Debates

Cómo mejorar la relación con el cine argentino

El director de Sábado, Los suicidas, Ocio y Victoria expone algunas cuestiones que han limitado la proyección nacional e internacional de los films exhibidos en el festival.

Publicada el 14/03/2016


En su nota Los desafíos del BAFICI, Diego Batlle apunta varias cuestiones que el festival debería repensar o revisar para mantener su lugar de relevancia. Me gustaría detenerme en una de ellas: su relación con el cine argentino.

He dirigido cuatro largometrajes; todos fueron programados en distintas ediciones del BAFICI (2001, 2005, 2010, 2015), cada uno con un director artístico diferente. También estuve involucrado como productor o guionista en otras varias películas; formé parte de varias mesas redondas; colaboré con textos en el diario del festival más de una vez; y participé con artículos en libros publicados por el festival. Con todo esto, quiero decir que el BAFICI fue y es para mí un espacio de pertenencia. Me ha recibido siempre; ha sido muy generoso conmigo. Pero también puedo decir que lo siento propio. El BAFICI es mío. Yo le pertenezco, por esa historia de tantos años; pero el BAFICI me pertenece también a mí. Desde ese lugar escribo lo que sigue.

Uno de los objetivos que se trazó el festival, desde su primera edición, fue el de ser una puerta de salida al mundo para el cine argentino más original, libre y (tal vez por esas mismas características) el más frágil y desprotegido. Para muchas películas fue, durante todos estos 17 años, un lugar no sólo de resistencia frente a otro cine argentino más profesional pero mucho menos interesante, sino también el lugar que les permitía tener visibilidad. En ese sentido, el BAFICI cumplió una condición indispensable en toda política cultural pública: poner en el centro lo que suele estar en los márgenes. Películas chiquitas, baratas, artesanales, de pronto tienen la posibilidad de ofrecerse en una sala de cine con condiciones de proyección ideales, sostenidas por la estructura de un festival que les ofrece un marco de pertenencia y valorización. Sin embargo, lamentablemente, pasados tantos años, debemos decir que no alcanza con esto. El lugar relevante que tenía el BAFICI como plataforma de lanzamiento para las películas argentinas en su proyección nacional e internacional se ha ido perdiendo.  Tratemos de pensar cuáles son las razones de esta pérdida.

1- Posiblemente haya un agotamiento de cierto tipo de cine para cierto público (y para ciertos críticos y programadores) que tiene ganas de ver un cine argentino independiente distinto. Veo cierto fastidio de parte de mucha gente vinculada al medio frente a las tendencias más minimalistas, tanto en lo argumental como en el tamaño de las producciones, como si se estuvieran pidiendo que el cine argentino independiente crezca en tamaño y argumentos.

2- Pero es posible que simplemente lo que esté sucediendo es que las películas argentinas independientes no sean tan buenas como en años anteriores. Cada uno tendrá su opinión respecto a esto.

3- O habría otra explicación. Sabemos que lo que se espera y se busca del cine latinoamericano, en la mayor parte de los festivales de cine del mundo, tiene que ver con la vía de la sordidez. Por suerte, los programadores del BAFICI siguen apostando por películas argentinas amables, que pueden ser críticas pero que no se regodean en la brutalidad que critican, que hablan de la violencia o de la corrupción de un sistema o un grupo social, pero que no convierten esa violencia o corrupción en su propia forma cinematográfica. Posiblemente, la falta de proyección internacional del cine argentino que se exhibe en el BAFICI no sea una prueba de las falencias de ese cine, sino todo lo contrario.

4- Tampoco habría que soslayar otra circunstancia evidente. El cine latinoamericano creció muchísimo en cantidad y calidad desde 1999 hasta ahora. Hay cinematografías que entonces ni siquiera existían y hoy ofrecen variedad y novedad. El cine argentino independiente debe competir con muchas más películas de otros países latinoamericanos para encontrar un buen lugar en la programación de los festivales de cine más importantes. Y lo hace con desventaja, porque sospecho que en condiciones de calidad similar, siempre se va a elegir una película de un país con una cinematografía emergente, relegando a la película argentina.

5- Otro dato a tener en cuenta es que cada vez es más habitual que los festivales grandes exijan estreno mundial, cuando hasta hace poco se conformaban con el estreno internacional. (Para los que no saben, el estreno mundial es la primera exhibición de una película en todo el mundo; el estreno internacional es la primera exhibición fuera del país de origen de la película.) Frente a este panorama, muchos productores y directores prefieren rechazar al BAFICI como lugar de estreno mundial, para no perder posibilidades en los festivales grandes.

6- Los medios nacionales (diarios de mayor tirada, la TV, las radios) han venido reduciendo cada vez más el espacio para difundir la presencia del cine argentino en el BAFICI. Salvo algunas excepciones (Página/12, sitios web como este que están leyendo y otros blogs que han venido surgiendo), casi no se ofrecen entrevistas a los directores de las películas en competencia ni se publican críticas.

Y seguramente habrá otras razones. Como verán, ninguna de ellas parece ser responsabilidad del propio BAFICI. Sin embargo, podemos suponer que cierta inercia entendible (luego de tantos años) por parte del festival en su relación con el cine argentino ha colaborado a esta situación. Creo que es válido señalar algunas cosas que han sucedido en las últimas ediciones y que deberían evitarse:

-Presentaciones de funciones de películas argentinas en competencia llevadas adelante por voluntarios que a veces ni siquiera vieron la película. Sería bueno que el director artístico (o al menos alguno de los programadores) ocupe ese rol.

-En el mismo sentido, los Q & A también son algunas veces coordinados por gente que no ha visto la película. Por otra parte, son excesivamente breves, ya que deben ser interrumpidos muy rápidamente para que empiece otra función. Y no hay un espacio para que los directores puedan seguir discutiendo sus películas con el público.  

-Hay muy poco espacio de debate acerca del cine argentino dentro del propio festival.

-No se fomenta ni se provoca el encuentro de los directores con los críticos y programadores.

Esta es una lista rápida, que no pretende ser exhaustiva. Otros podrán aportar más cuestiones. Pero pueden dar una pauta de que hay cosas que se pueden ajustar y mejorar. Y está claro que no he ofrecido ideas para mejorar la situación, más allá de mi recomendación de evitar algunas desatenciones con el cine argentino. Seguramente nosotros, los cineastas, también debamos revisar qué podemos hacer para que nuestras películas aprovechen mejor la oportunidad de difusión y proyección que les ofrece el festival. Pero también confío en la honestidad, la capacidad de trabajo y el amor por el cine independiente del equipo que está a cargo del BAFICI. El comienzo de una nueva dirección artística siempre abre la esperanza de mejoras y nuevas ideas.

Porque lo que sabemos todos es que el BAFICI, sin películas argentinas que entusiasmen, casi no tiene razón de ser. Yo quiero un festival en el cual el cine nacional que se muestre, genere expectativa, enojos, broncas, discusiones, entusiasmos. Si no, nada tendrá mucho sentido.

COMENTARIOS

  • 28/03/2016 10:59

    Porta Fouz no tiene el nivel ni carisma para llevar adelante el Bafici

  • 16/03/2016 13:34

    El BAFICI tiene demasiadas películas argentinas, cuando estrenás 70 películas no estás programando, estás poniendo casi todo y así la mayoría se pierde en la marea. Hay que curar (de curaduría) mejor. Se nota que hay mucho amiguismo y relleno. Por eso ciertos directores que ya tienen un poco más de nivel y trayectoria prefieren arrancar en otros festivales donde encuentran una mayor proyección internacional. Me parece bueno el aporte de Villegas. Cuidemos más al cine argentino en el BAFICI.

  • 14/03/2016 18:23

    En la edición del 2007, los cortos que prologaban cada función, daban una clara idea de cierto tipo de exclusión; todos cerraban con la frase: "si no es para vos, no es para vos". Hay que ver ahí, una razón de entre varias, de por que ha perdido fuerza el festival. Tanta soberbia, sumada a otras razones, algunas explicativas en esta nota, pueden generar ese rechazo que es bien evidente. Faltó decir que en los últimos 6 años, Mar del Plata le ha pasado el trapo al Bafici; un dato no menor. link del corto de los superiores: https://www.youtube.com/watch?v=GQybBZfebtk

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