Críticas
Rara, de Pepa San Martín
La guerra de los sexos
Premiada en el último Festival de Berlín, esta ópera prima de la joven directora chilena describe con sensibilidad conflictos ligados a las relaciones familiares y a cuestiones propias de la identidad.
Rara (Chile-Argentina/2015). Dirección: Pepa San Martín. Elenco: Julia Lübbert, Mariana Loyola, Agustina Muñoz, Emilia Ossandón, Daniel Muñoz, Sigrid Alegría y Coca Guazzini. Guión: Alicia Scherson y Pepa San Martín. Fotografía: Enrique Stindt. Música: Ignacio Pérez Marín. Edición: Soledad Salfate. Dirección de arte: Amparo Baeza. Distribuidora: Cinetren. Duración: 88 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 13.
Basada en el caso real de una jueza que, en 2004, perdió la custodia de sus hijas legalmente por su orientación sexual (había dejado a su marido y estaba en pareja con una chica), la opera prima de la hasta aquí cortometrajista Pepa San Martín –coescrita con Alicia Scherson– toma esa información y parte desde allí para hacer un retrato de la vida en ese nuevo núcleo familiar tomando como punto de vista el de la mayor de las hijas. Más provocativa desde su tema que desde su forma, la película de San Martín intenta ser accesible para todo público y así lograr una mayor atención sobre los temas que trata.
Y los trata muy bien. Gracias a un guión inteligente que no subraya demasiado los temas ni pinta fácilmente a la madre y al padre como héroes o villanos (cada uno, a su manera, cree estar haciendo lo correcto y adecuado para las chicas) y a una puesta en escena que se juega por largos planos secuencia, uno de los grandes méritos de la película está en las actuaciones más que convincentes de casi todo el elenco (el padre, acaso, es el único punto flojo en términos de composición) y en cómo la tensión entre las parejas se ensambla a la perfección con la de la chica, que se ve en medio de estos problemas pero a la vez tiene su propio mundo (amigos, escuela, etc.) del que preocuparse.
El centro es la descripción de la vida cotidiana de Sara (Julia Lubbert), quien parece sentirse bastante a gusto en este nuevo modelo familiar que incluye a su madre Paula (Mariana Loyola, de La nana) y su nueva pareja, Lía (la argentina Agustina Muñoz, regular actriz de las películas de Matías Piñeiro). Su padre (Daniel Muñoz) la tiene también algunos días con ella y, de a poco, empieza a sembrar dudas en Sara respecto al tipo de vida que su madre lleva. Si a eso se le suman los conflictos normales que una preadolescente puede tener con su madre (salidas tardías, un conflicto con un gatito recogido de la calle, etc.), todo lleva a que Sara y su muy simpática y algo bizarra hermana menor Catalina empiecen a dudar sobre con quién vivir. No es una situación muy diferente a la de un divorcio normal, solo que aquí el elemento homosexual del asunto le da un condimento extra. Especialmente al padre, que usa cualquier situación tensa como ejemplo de los problemas que implica para las niñas este nuevo tipo de vida.
Si bien en otros países donde estas cosas no suceden tanto los temas que trabaja Rara pueden quedar un poco anticuados, no hay dudas que están resueltos con inteligencia y sutileza, aprovechando la complejidad del asunto para tratar de ser polémica y política sin alienar al resto de la audiencia. Si bien en su forma la película tiene algo de didáctico –en lo que respecta a la aceptación de las familias no tradicionales por parte de las que supuestamente sí lo son–, eso no impide que los argumentos estén bien dosificados e integrados a lo que finalmente importa aquí: la vida de Sara y de su hermana.
(Esta crítica se publicó originalmente en nuestro blog Micropsia durante la cobertura de la Berlinale 2016)
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Interesante película que confirma el buen momento del cine chileno. Basada en un hecho real, narra la historia de una mujer de unos cuarenta años separada y con dos hijas, que vive con otra mujer y debe hacer frente a un juicio por tenencia cruzado por todos los prejuicios sociales que despierta el hecho que dos niñas(de 13 y 10 años) tengan dos madres. La película está contada desde el punto de vista de la mayor de las hijas, en el momento de su despertar sexual, atravesado por tan particular situación. Sin ser una gran película, se disfruta de punta apunta con dos niñas actrices que son verdaderas devoradoras de escenas. Bien el resto del elenco (7/10)
Bellisima pelicula. Su grandeza radica en la lucidez, rigor y sobriedad con la que se pone en el punto de vista de las criaturas para indagar de que manera las atipicidades producen efectos de desconcierto en momentos de la vida que también tiene sus complejidaes. Y no solo es la elección sexual en el formato de las familias, sino también conflictos, vinculares, carencias, violencias descuidos o silencios pueden producir rmomentos de angustias como los que aquí se plantean. Con una forma narrativa clásica pero veraz en las descripciones de una cotidiianidad aparentemente normal y coloquial, emergen con sutilezas las contradicciones de los distintos intereses involucrados. También es notable un momento que deriva en la foto de aqui arriba -en la que previamente me parecia obvia y banal- pero que en el devenir de la historia y su desenlace resulta increíblemente conmovedor y resuelto con una magnifica e ingenua sensualidad cinematográfica. Un poco también como en nuestra Juana a los 12 conocida hace poco, el film constituye una dolorosa requisitoria a la sensatez del mundo de los adultos....veremos de donde sacaremos la fuerza para asumirla.