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Crítica de “Por siempre amigos”, de Ira Sachs
El director de The Delta, Forty Shades of Blue, Keep the Lights On y Love is Strange ha sido desde siempre un favorito del circuito de festivales internacionales. Finalmente, llega a la cartelera comercial argentina con una entrañable película que combina dinámica familiar y conflictos preadolescentes con elementos de drama y comedia y un notable elenco encabezado por los pequeños Theo Taplitz y Michael Barbieri, acompañados por Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina García y Alfred Molina. Una joyita para no dejar pasar.
Por siempre amigos (Little Men, Estados Unidos/2016). Dirección: Ira Sachs. Elenco: Theo Taplitz, Michael Barbieri, Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina García y Alfred Molina. Guión: Ira Sachs y Mauricio Zacharias. Fotografía: Óscar Durán. Música: Dickon Hinchliffe. Edición: Mollie Goldstein y Affonso Gonçalves. Diseño de producción: Alexandra Schaller. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 85 minutos. Apta para todo público.
Por siempre amigos es la séptima película de Ira Sachs. Habitué de festivales internacionales y con algún estreno en formato hogareño como único antecedente en la Argentina, su nombre es prácticamente desconocido aquí. El primer estreno comercial de uno de sus trabajos es, entonces, de por sí una buena noticia. Y, si encima se trata de una película enorme, de esas que acompañan a sus personajes aun cuando no los entienda ni comparta sus decisiones, la noticia es todavía mejor.
El relato es disparado por la muerte del papá de Brian Jardine (Greg Kinnear, extraordinario). La relación entre ellos no era precisamente buena, pero igual le dejó un departamento en Brooklyn, oportunidad ideal para que los Jardine puedan alejarse un poco del caos de Manhattan. La herencia incluye también un local en la planta baja del edificio donde funciona un negocio de ropa y costuras a cargo de Leonor (la chilena Paulina García, reconocida internacionalmente por su protagónico en Gloria, de Sebastián Lelio). Ella, a su vez, tiene un hijo, Antonio, de la misma edad que el de los Jardine, Jake. Entre ellos iniciarán, más allá de sus diferencias culturales, económicas y sociales, una de esas amistades que marcarán a fuego sus vidas.
La película podría ser una comedia, un drama o un coming of age. El primer gran mérito de Por siempre amigos es no ser ninguna en particular. Reposado, por momentos incluso contemplativo, el relato irá avanzando o no según las acciones que atraviesen sus protagonistas, deteniéndose en situaciones pequeñas y cotidianas cuyas consecuencias se vislumbran menos importantes para el presente que para el futuro, como si Sachs entendiera que los quiebres de una vida suceden en medio del fragor de la rutina y sin que nadie los espere.
Claro que lo anterior no es el único motivo para el espectador empatice con el film. Los personajes son quizá los más parecidos a personas que se hayan visto en la cartelera en años, hombres y mujeres con dobleces, fragilidades, inseguridades y preocupaciones cercanas, propias de la clase media en la que se circunscribe el relato. Los chicos andan en los 11 ó 12 años, y así piensan y actúan. Los padres, bien entrados en sus cuarentas, también.
Película de profundas dimensiones humanas, Por siempre amigos es la consolidación de Sachs como una de las voces autorales más importantes y seguras del cine estadounidense. La oportunidad de ver Por siempre amigos en pantalla grande y en una sala oscura, entonces, no debe desaprovecharse.
Aquí otra reseña en nuestro blog Micropsia
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Hermosa por donde se la mire. Es la "Boyhood" 2016 en términos de belleza, simpleza y humanidad. En qué gran actor se ha convertido Greg Kinnear: dejó de hacer papeles secundarios sin mucha relevancia y viró su carrera a un rumbo más comprometido; recientemente lo ví en "Editando al amor" en Netflix (desconozco el título en inglés) y me pareció un muy buen trabajo. Por otro lado qué saludable para el cine latinoamericano que le den una oportunidad a Paulina García y ese personaje tan oscuro. Y lo de los chicos es tan, pero tan prometedor. Inolvidables Tony y Jake, ojalá tengamos la oportunidad de verlos crecer en el cine.
Perdón...quise decir LA SEPARACION de Farhadi en lugar de Una separación.
Pelicula de lacerante belleza moral. Que hermoso cuando el cine norteamericano decide poner la vida común en estado puro.. Y digo común porque el conflicto de base puede darse en cualquier consorcio de vecinos donde pueden nacer amistades entre chicos de familias que no empatizan entre si. Aunque en este caso, la trama conecta una genuina amistad con algunas decisiones inevitables del órden de lo ético, que en lo sustancial, genera una inquietante sozobra en edades de comenzar a comprender el complicado mundo de los adultos No hay buenos versus malos, sino necesitados versus necesitados, la vida continuará y dejará huellas que también son inevitables. Un guión inteligente y una interpretación magistral - especialmente los chicos- nos dejan una conmovedora pista para entender un mundo no tan idílico que hasta nos puede interferir la más pura amistad sin avisarnos antes. A su término no pude dejar de pensar en UNA SEPARACION , donde también se conectaba lo ético con una difiicil decisión adolescente, en un final abierto lúcido y hermoso. En este caso, como espectador sentí la necesidad que el jóven reencuentre a su amigo y pueda llegar a parecerse a un Van Gogh que no tenga que cortarse la oreja ....como un docente bestiun le predijo en el comienzo de la película.
Extraordinaria, en todo sentido. Cuanta naturalidad en las impecables actuaciones, destaco la escena en que el profesor de actuación y el personaje de uno de los niños,Tony, se enfrentan en un diálogo sin desperdicio. Todos están perfectos, la chilena Paulina García conmovedora, el resto hace marco ideal a tranto talento. Para disfrutar desde los títulos, imperdible.