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Dos críticas de “Oscuro animal”, de Felipe Guerrero

Dos miradas femeninas sobre estas historias de mujeres huyendo del horror de la guerra civil en la notable ópera prima de ficción del colombiano Guerrero.

Estreno 16/03/2017
Publicada el 14/03/2017

Oscuro animal (Colombia-Argentina-Holanda-Alemania-Grecia/2016). Guión y dirección: Felipe Guerrero. Elenco: Marleyda Soto, Jocelyn Meneses, Luisa Vides, Verónica Carvajal, Josué Quiñones, Pedro Suárez y Lorena Vides. Fotografía: Fernando Lockett. Edición: Eliane Katz. Distribuidora: Compañía de Cine. Apta para mayores de 13 años. Salas: 5 (BAMA Cine Arte; Centro Cultural Leonardo Favio de Río Cuarto, Córdoba; Cine Teatro Pico de Gral. Pico, La Pampa; Centro Cultural José Hernández de Rawson, Chubut y Centro Cultural Cotesma de San Martin de los Andes, Neuquén).



Crítica 1, por Josefina Sartora


Hay que celebrar el estreno de esta rara avis, un excelente film colombiano sobre la violencia en ese país, que tiene la peculiaridad de carecer de diálogos. Que no son necesarios, dada la elocuencia de la imagen y el relato que ella conlleva. 

En la selva colombiana, en plena lucha armada entre bandos nunca identificados, se desarrolla la historia de tres mujeres que viven paralelas situaciones de abuso y violencia, y salen al camino en busca de algo mejor. Una ha perdido a su hombre y su familia, chupados por no sabemos quiénes, grupos armados que destruyen a su paso, y deja su hogar devastado. Otra es esclava sexual de uniformados que la tratan como objeto de uso y descarte. La tercera, una luchadora, soldado de la resistencia, también sometida al abuso masculino.

En montaje paralelo, las tres historias avanzan a medida que las mujeres se trasladan por la selva en su intento por huir del infierno que cada una vive. La ausencia de diálogos permite cierta amplitud de interpretaciones, la imagen es por demás sugerente del conflicto básico, y es una medida inteligente evitar lo anecdótico, el detalle particular. Así el drama queda reducido a su esencia: la violencia masculina en su forma más animal, que no conoce nacionalidades, ni grupos partidarios, ni fechas determinadas. La violencia en varias de sus formas, pero igualmente destructiva. O el oscuro animal puede ser la guerra misma, que degrada al hombre predador hasta sus instintos más básicos. O también, es la fiereza que poseen esas mujeres que no se doblegan, no se entregan. Las tres mujeres tienen personalidades firmes pero anónimas, constituyen arquetipos, sin caer en el estereotipo ni en la idealización romántica, luchan por su supervivencia y son ellas –las mujeres- las únicas que tienen algún gesto de solidaridad, de comprensión, incluso de ternura en ese deambular trágico. Pero carecen de voz, y su única salvación, la única puerta para recuperar su dignidad, para intentar recomponerse, parece la huida. 

Una vez más, es admirable la fotografía del argentino Fernando Lockett. Frente a esa naturaleza agreste y agresiva, la selva como zona de peligro  y amenaza permanente. Sabe captar lo esencial de cada toma, la expresión de las mujeres, en planos medios y panorámicos. No menos capital es el uso de la música, con distintos ritmos tropicales que sirven para identificar a cada grupo humano.

La primera escena es impecable, esa obertura plasma en pocos minutos toda la tragedia que se vive y la que vendrá en consecuencia. También es valioso que no se identifique los bandos, posibilitando que la violencia se expanda a cualquiera, poniendo el acento en sus consecuencias. La propuesta de Felipe Guerrero parece actuar como contrapeso de la actual tendencia al diálogo permanente, a la velocidad de las escenas. Su ritmo es acorde con el avance de las mujeres, desde la presentación hasta su llegada a la ciudad. Si bien algunos planos de prolongan más de lo conveniente, y el film se extiende un poco más allá de lo óptimo. 

La selva era un infierno, pero la ciudad no lo será menos.





Crítica 2, por Carlota Moseguí

Sin diálogos ni sonido ambiental que no provenga de la selva –se imponen los llantos, cumbias, disparos y gemidos–, esta revelación del Festival de Rotterdam versa sobre la huida de tres mujeres hacia Bogotá para reescribir su futuro.

El director de los cortos Medellín y Nelsa y de documentales como Paraíso y Corta prescinde de la puesta en escena del pasado de sus protagonistas y tampoco expone las causas de su urgente necesidad de evasión. La clara presentación de los acontecimientos parece algo secundario para el director colombiano. Sin embargo, Guerrero nos invita a intuir un relato a través de una mirada perdida, una lágrima o un primer plano de una impactante fotografía.

Oscuro animal no celebra el escape de sus protagonistas, sino que denuncia las razones que provocaron dicha huida: ese ‘oscuro animal’ –ambiguo pero cierto– al que podríamos llamar ‘terror’ o ‘paranoia’. El miedo grabado en los rostros de las mujeres proviene de la certeza de ser violadas, torturadas o asesinadas en cualquier momento.

Por otro lado, pese a tratarse de un film con un contenido altamente feminista, Guerrero retrata a sus protagonista –grandes (y silenciosas) soñadoras– como aquello que realmente son: el sexo débil. Ante una realidad cultural y una coyuntura totalmente adversas, las protagonistas no hallan otra alternativa que cambiar de lugar para asegurar su supervivencia.


COMENTARIOS

  • 14/03/2017 20:49

    Muy rara vez en la cantidad de criticas que leo, hacen alguna observacion sobre el sonido de las peliculas, con excepcion de la musica. Esta pelicula bastante detalle y cantidad de elementos que seguramente no estan elegidos al azar, y que no solo complementan sino que tambien brindan informacion en la historia, pero siento que lamentablemente es un area pocos pueden discernir. Creo que estaria bueno que aquellos que hacen criticas ampliaran su conocimiento en este sentido, ya que salvo ocaciones muy manifiestas no pueden distinguir bandas sonoras de calidad, tanto tecnicamente como expresivamente. El sonido en el mundo audiovisual funciona casi de manera subliminal pero al menos espero que aquellos que se dedican a esto pudieran al menos notarlo. Desde ya gracias por el espacio de expresión, espero lo tomen como una critica que intenta construir para aquellos que valoramos mas apectos que solos los visuales.

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