Críticas
Buscando a Dory, de Andrew Stanton
Algo para recordar
El 17º largometraje de la factoría Pixar es, también, la consolidación de la cuarta saga de estos maestros de la animación después de las de Toy Story, Monsters y Cars. Ahora es Dory, con su pérdida de memoria de corto plazo, quien asume el protagonismo en una historia decididamente naïve y encantadora que podrá ser disfrutada en algunas funciones en versión original subtitulada. Más allá de ciertas lecciones de vida sobre la superación y no darse por vencidos ante las dificultades que resultan demasiado subrayadas, esta secuela de Buscando a Nemo regala belleza, gracia y emoción. Atributos no demasiado frecuentes en el cine de hoy.
Buscando a Dory (Finding Dory, Estados Unidos/2016). Dirección Andrew Stanton y Angus MacLane (co-director). Voces (versión original): Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Ed O’Neill, Kaitlin Olson, Diane Keaton, Eugene Levy, Sigourney Weaver, Ty Burrell, Idris Elba y Dominic West. Guión: Andrew Stanton y Victoria Strouse. Fotografía: Jeremy Lasky e Ian Megibben. Edición: Axel Geddes. Música: Thomas Newman. Diseño de producción: Steve Pilcher. Distribuidora: Walt Disney. Duración: 103 minutos. Apta para todo público. En salas 2D y 3D. Copias: 393 (en 23 se exhibe la versión subtitulada en las funciones nocturnas).
Trece años se tomó el guionista y director Andrew Stanton para la secuela de Buscando a Nemo, una de las películas más queridas de los estudios Pixar. La espera valió la pena, ya que esta segunda entrega con la olvidadiza Dory ahora como protagonista y con Marlin y su hijo como personajes secundarios pero decisivos en el desarrollo de la trama mantiene la emoción, la sensibilidad, la belleza y la eficacia narrativa.
La película arranca con un prólogo en el que vemos a Dory de pequeña acompañada por sus sobreprotectores padres. Nuestra heroína irá creciendo hasta que el presente de la historia se ubica un año después de las aventuras de Buscando a Nemo. Con sus problemas de memoria a corto plazo a cuestas (que tienen consecuencias tragicómicas), ella empezará a tener algunos mínimos recuerdos que la llevarán a buscar a sus progenitores. Para ello deberá cruzar el océano con la leal compañía de Marlin y Nemo hasta llegar al Instituto de Vida Marina en California, un inmenso parque y acuario donde se desarrollará buena parte de los conflictos.
La principal incorporación de esta segunda parte es un divertidísimo y algo desquiciado pulpo mimético llamado Hank, aunque también se destacan los lobos marinos Fluke y Rudder. La película es premeditadamente inocente, siempre querible y quizás el único reparo sea su tendencia a subrayar demasiado las moralejas sobre los valores familiares que busca rescatar y exaltar. Nada grave. Se trata, en definitiva, de otra joya artística (la animación es hermosa) de la factoría Pixar.
Recomendación 1: Lleguen con tiempo a la función. Antes de Buscando a Dory se proyecta el corto Piper, sobre las experiencias de un pájarito recién nacido que debe aprender a alimentarse a orillas del mar. Una delicia artística y narrativa (no hay un solo diálogo).
Recomendación 2: No se vayan durante los créditos finales. Hay una simpática escena tras los títulos.
Recomendación 3: Si no concurren con niños busquen en la cartelera las funciones subtituladas (habrá pocas). Los aportes en las voces originales de Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Ed O’Neill, Kaitlin Olson, Diane Keaton, Eugene Levy, Ty Burrell, Idris Elba y Dominic West son extraordinarios y en la versión doblada se eliminaron por completo las hilarantes referencias a Sigourney Weaver. Una pena. Aquí el detalle de funciones subtituladas
(Esta crítica fue publicada en el diario La Nación del 16/6/2016)
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Esta pelicula es un claro ejemplo de segundas partes que no son buenas. Le da más vueltas de tuerca innecesarias a una historia que cerraba bien en "Buscando a Nemo", y de la que no había nada más que contar. Eso sí, cuenta con el sello de calidad Disney/Pixar en lo que refiere a calidad en la animación, lo que hace que sea indiscutible el realismo, belleza y espectacularidad de las imágenes.
Es verdad, gracias por la corrección saludos
No es el 16º largometraje de Pixar, es el 17º. No es que importe mucho, pero dado que la reseña lo da como un dato verdadero, creo conveniente avisarte...