Crítica de “Legítimo rey” (“Outlaw King”), de David Mackenzie (Netflix)

Tras inaugurar el último Festival de Toronto, llega a la popular plataforma de streaming el más reciente largometraje del director de Sin nada que perder, con Chris Pine y Stephen Dillane como protagonistas.

La vara estaba puesta demasiado alta para David Mackenzie después de hacer la extraordinaria Sin nada que perder (Hell or High Water). Es por eso que Outlaw King (otra producción original de Netflix que estará disponible el gigante del SVOD desde el 9 de noviembre con el título local de Legítimo rey) decepciona un poco, aunque se trata de una sólida película épica de corte clásico y con impactantes escenas de batalla.

Chris Pine, cuyo trabajo en el anterior film de Mackenzie fue toda una revelación, interpreta al noble escocés Robert The Bruce, quien se convierte en rey de ese país tras liderar una rebelión contra el monarca de Inglaterra, Eduardo I (Stephen Dillane). 

Mackenzie se queda en un nivel un tanto superficial de la historia, delineando al protagonista a partir de sus acciones y estrategias militares. La historia de amor que comienza con un matrimonio arreglado con una noble inglesa, Elizabeth de Burgh (Florence Pugh), aporta una dimensión más al personaje pero tampoco tiene tanto peso.

Lo mejor del film, que resulta un poco largo en sus más de dos horas, es la impactante batalla final contra los ingleses, una secuencia que presenta un gran despliegue de producción y buenas ideas de puesta en escena.