Críticas
Streaming
Especial series documentales: “Telemarketers” (HBO) y “Depp vs. Heard” (Netflix)
Con pocas horas de diferencia llegaron al streaming dos propuestas de no ficción de tres partes cada una que abordan controvertidos casos. El resultado artístico, sin embargo, es diametralmente opuesto.
Telemarketers (Estados Unidos/2023). Dirección: Sam Lipman-Stern y Adam Bhala Lough. Duración: tres partes de una hora cada una. Disponible en HBO de Estados Unidos (fecha de estreno a confirmar en América Latina). ★★★★✩
Hace algo más de dos décadas Sam Lipman-Stern tenía 14 años cuando ingresó a Civic Development Group (CDG), una empresa de telemaketing que crecía de forma exponencial. El adolescente, que quería evitar un puesto mal pago en McDonald's o Burger King, vio allí la posibilidad de ganar algo más de dinero y se sumó a decenas de empleados, entre los que había ex convictos (incluidos narcotraficantes y asesinos) en libertad condicional, adictos a todo tipo de sustancias y otros menores que como él abandonaban la secundaria. El ambiente era bastante pesado y desbordado, y él empezó a registrarlo con su cámara de video durante los siete años que pasó en esas oficinas.
CDG no paró de crecer, abrió decenas de centros en pueblos y ciudades degradadas por la crisis y ganó decenas de miles de millones de dólares con un esquema obsceno: sus trabajadores llamaban en nombre de entidades que representaban a policías, a bomberos, a veteranos de guerra lisiados o a enfermos de cáncer y luego se quedaban con entre el 88 y el 90% de lo recaudado. En determinado momento fueron incluso más allá en su estafa: aseguraban en sus llamadas que el 100% de los ingresos iban a esas entidades, pero seguían alimentando los bolsillos de unos empresarios que empezaron a someter a sus empleados a condiciones de trabajo cada vez más infrahumanas (los echaban si no hacían determinada cantidad de llamadas diarias y conseguían un mínimo de fondos) y hasta amenazaban con llamar a los agentes encargados de supervisar su libertad condicional. “Esclavismo moderno”, se dice y las imágenes de esos call centers parecen demostrarlo.
El entonces coprotagonista de aquellos hechos (el otro personaje central es el más veterano Patrick J. Pespas, considerado en su momento como una “leyenda del telemarketing”) y hoy codirector del documental Sam Lipman-Stern llegó a grabar más de 200 horas de imágenes, pero nunca supo muy bien qué hacer con todo ese material (por momentos bromea con ser una suerte de nuevo Michael Moore). Hasta que llegó a los hermanos Josh y Benny Safdie (Good Time: Viviendo al límite, Diamantes en bruto) y al equipo detrás de la serie The Righteous Gemstones (Danny McBride, Jody Hill, y David Gordon Green), quienes vieron el potencial de esos videos en particular y de la historia en general como para construir lo que en definitiva es un notable ejercicio de found footage y una true crime story de insospechados alcances.
En el primer capítulo ya queda claro que CDG fue investigada por el gobierno, multada por 19.000 millones de dólares y terminó en la quiebra, pero el negocio, adoptando el mismo modelo, siguió vivito y coleando. Un fraude monumental dominada por la codicia, la hipocresía y el cinismo de la que Lipman-Stern fue protagonista y víctima a la vez. Ahora, 20 años después, llega el momento de exponerla en toda su dimensión. El resultado es al mismo tiempo fascinante y desolador.
Depp vs. Heard (Reino Unido/2023). Dirección: Emma Cooper. Duración: tres partes de 47, 48 y 50 minutos. Ya disponible en Netflix. ★★✩✩✩
Todo lo que de novedoso y sorprendente ofrece Telemarketers, Depp vs. Heard lo tiene de mediocre, previsible y convencional. Las casi tres horas de esta producción del Channel 4 inglés proponen una acumulación de diversos materiales a partir de una edición manipulatoria y una musicalización intrusiva cuyo resultado final no va más allá del de un informe largo propio de un noticiero televisivo.
Hay muchas imágenes del juicio (Johnny Depp y Amber Heard declararon con dos semanas de distancia pero en la compaginación parece como si uno le contestara al otro), de canales de noticias, influencers, youtubers y conductores de podcasts que siguieron el caso (casi todos a favor del actor de Piratas del Caribe) y decenas de videos de TikTok, Snapchat e Instagram que se burlaban una y otra vez de la actriz.
Para quienes siguieron el caso no hay casi aportes significativos y para los demás se trata de un mero ejercicio morboso en el cual asistimos durante varios minutos a, por ejemplo, por qué Heard dejó sobre excrementos sobre la cama de Depp. No hay un punto de vista interesante y quienes “analizan” el caso antes, durante y después dejan mucho que desear. La supuesta equidistancia de la directora Emma Cooper no hace más que convertir este trabajo en un verdadero desatino, un desperdicio de tiempo. Ojalá esta batalla legal y sus implicancias (la violencia doméstica, los excesos de la fama, la plaga de haters en redes sociales) tengan nuevos (y sobre todo mejores) acercamientos.
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