Una genia incomprendida

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La hermana de Mozart (Nannerl, la soeur de Mozart, Francia/2010). Guión y dirección: René Féret. Elenco: Marie Féret, Marc Barbé, Delphine Chuillot, David Moreau y Clovis Fouin. Fotografía: Benjamín Echazarreta. Música: Marie-Jeanne Serero. Edición: Fabienne Féret. Distribuidora: Mirada Distribution. Duración: 115 minutos. Apta para todo público. Salas: 10.

Una (reconstrucción de una) historia real interesante concretada con el manual del film de qualité: enredos palaciegos, conflictos familiares, genios musicales, corrección política, algún que otro toque perverso (la protagonista vestida de hombre) y una prolijidad formal que distancia más de lo que atrae. Eso es lo que René Féret propone en La hermana de Mozart, una película tan correcta como intrascendente y, por lo tanto, rápidamente olvidable.

Bastante antes de que Wolfgang Amadeus Mozart se convirtiera en leyenda estuvo su hermana cinco años mayor, Maria Anna Walburga Ignatia -más conocida como Nannerl-, que también fue un prodigio musical, aunque claramente no pasó a la historia ¿Por qué? Eso es lo que explica Féret en esta película ambientada en 1763: por un lado, el machismo de un padre (y de una sociedad) que denigró, reprimió el talento creativo de Nannerl (interpretada aquí por la propia hija del director) por el mero hecho de ser mujer; y, por otro, su relación imposible con el por entonces “delfín” Louis de Bourbon (Clovis Fouin).  

No hay nada demasiado irritante en La hermana de Mozart, pero tampoco nada para destacar. Llama la atención, si, que un film tan monocorde se estrene cuatro años después de su realización y en diez salas, cuando tantas otras películas valiosas ni siquiera encuentran espacio en la cartelera comercial.