Críticas
De martes a martes, de Gustavo Triviño
Vigilar y castigar
Promisorio debut como realizador de este experimentado operador de steadycam y asistente de dirección con un thriller psicológico muy sólido, aunque con varios aspectos extra cinematográficos para la controversia.
De martes a martes (Argentina/2013). Guión y dirección: Gustavo Triviño. Con Pablo Pinto, Alejandro Awada, Malena Sánchez, Daniel Valenzuela, Roly Serrano, Silvia Baylé, Jorge Sesán y María Paula Desch. Fotografía: Julián Apezteguia. Música: Nicolás Mayer y Jonathan Tesei. Edición: Pablo Faro. Dirección arte: Dolores Sosa. Sonido: Fernando Soldevila. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 96 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas: 4 (MALBA, Arte Multiplex Belgrano, Showcase Norte y Showcase Rosario).
El protagonista de esta ópera prima del reconocido asistente de dirección y operador de steadycam Gustavo Triviño tiene unos cuantos puntos en común con el de la notable película uruguaya Gigante, de Adrián Biniez. Juan Benitez (Pablo Pinto) también es un "urso" bonachón, de esos que aguantan puteadas, malos tratos, abusos degradantes y miradas prejuiciosas sin apelar a la enorme fuerza que poseen (hasta que...).
Mientras soporta su rutina en una fábrica textil, las horas extras como patovica en fiestas conchetas (donde también es objeto de no pocas burlas) y los constantes reclamos de sus seres queridos, sueña con juntar el dinero necesario para abrir un gimnasio propio (es un apasionado por el trabajo corporal con aparatos).
En medio de la dinámica barrial del relato nuestro antihéroe es testigo de la violación de una atractiva y simpática joven que atendía un quiosco de la zona y coqueteaba con él, pero -en vez de denunciar el hecho- decide chantajear al culpable (un “villano” interpretado por Alejandro Awada). Allí arranca el costado moral del relato, que resulta bastante más polémico y discutible que su formidable primera mitad (la presentación del personaje y su universo).
De todas maneras, más allá de la lógica discusión que generará en el terreno extra cinematográfico (hay algo clínico y bastante acrítico en la mirada), esta carta de presentación de Triviño lo muestra como un narrador de gran solidez y con múltiples recursos. Habrá que estar muy atento, por lo tanto, a su promisoria carrera como realizador.
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A 13 años de su promisoria ópera prima, De martes a martes, que fue multipremiada en la edición de 2012, Triviño vuelve a la sección principal de Mar del Plata con un también valioso segundo largometraje.
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<p>Es verdad que tiene mucho en común con Gigante pero también algo con Irreversible, de Gaspar Noé, especialmente en esa música de fondo que aparece como \"orbitando\" alrededor de cada fotograma después de la violación. La película tiene su clima pero, como habitualmente sucede con el cine norteamericano, la resolución de la historia termina desdibujando un comienzo más que promisorio.</p> <p>Con este tema y el personaje en cuestión ( para analizarlo y discutirlo ampliamente) no daba para una resolución políticamente correcta.</p>
<p>Realmente es muy lograda la primera mitad en la expresividad de modalidades climas y texturas de un contexto suburbano siempre al borde de la transgresiòn o de algunas desatenciones èticas. Hasta el director parece quedar enganchado en esas premisas. Habrà que seguirle el rastro a este director.</p>