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Crítica de “Vergel”, de Kris Niklison (Competencia Argentina)
Casi una década después de la muy promisoria Diletante, la multifacética, Kris Niklison regresa con una coproducción con Brasil (país en el que pasa buena parte del año) que se centra en las sensaciones de una mujer de ese origen que, en plenas vacaciones veraniegas en Buenos Aires, sufre la repentina muerte de su marido.
Encerrada en el octavo piso de un edificio lleno de plantas, tiene que lidiar con la burocracia judicial (no liberan el cuerpo del difunto hasta determinar si fue un accidente o un homicidio) y de la funeraria (que no puede acelerar los trámites para el envío del cadáver de regreso a Brasil).
Atención: spoiler
Su único contacto vital es ese exuberante vergel en la terraza del departamento de una amiga que no está presente y lo que desde allí ve en los edificios vecinos (unos niños jugando, gente que se disfraza, una fiesta descontrolada, una pareja de ancianos, un viejo que cuelga la ropa). Hasta que aparece en escena la vecina del piso de abajo (Maricel Alvarez), que en principio hará de confidente y ayudante para luego convertirse en su amante. Las escenas de sexo entre ambas son bastante largas e intensas, y conforman uno de los ejes de este relato sobre la angustia y el deseo, sobre el duelo y la culpa, sobre la pulsión de la vida y la de la muerte.
Otro de los hallazgos del film -además de la convincente actuación de la brasileña Camila Morgado- tiene que ver con lo visual. El trabajo con la luz natural que invade a distintas horas del día ese departamento es prodigioso (la fotografía y la cámara estuvieron a cargo de la propia Niklison) y sintoniza con los distintos estados de ánimo por los que va atravesando la protagonista.
Aunque no todas las situaciones tienen el espesor dramático buscado (por ejemplo, hay una subtrama con un hombre agresivo con la voz de Daniel Aráoz al que solo se escucha por teléfono o detrás de la puerta que no agrega demasiado), Vergel termina siendo un inquietante film que evita caer en el golpe bajo. La belleza, a veces, también aparece en medio de la tristeza y el dolor.
Nuestra entrevista con la directora Niklison
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Gracias Diego :)