Debates
Cómo distribuir / Para quién exhibir
Publicada el 30/11/-0001
Acuerdo en principio con que los sistemas tradicionales de distribución y exhibición están en crisis, pero me parece que las soluciones deben pensarse con la cabeza y no con el bolsillo, que es, a priori, lo que han hecho las cadenas multipantalla de exhibición en Argentina, y los grandes estudios de Hollywood de donde proviene casi el 100 % de los productos que ocupan sus pantallas. Está claro que hace ya muchos años las ideas son un bien escaso en el cine norteamericano y no solo por la pobreza de los guiones de los productos mainstream, sino por la imbecilidad creciente que los ejecutivos de los estudios esgrimen como argumentos y exponen como modelos para una industria que es cada vez menos sustentable tal como está siendo concebida.
Está claro también que el precio de las entradas en Argentina es alto y que los exhibidores hacen lo imposible por perjudicar aun más al productor nacional de diversos modos: ponen el cartelito de “localidades agotadas” a una función de una película argentina para en realidad reasignar esa sala al tanque norteamericano de turno; le quitan los mejores horarios a la película argentina para acelerar su fracaso en taquilla; relegan sus afiches y banners a los más recónditos espacios para que el espectador deba someterse a una especie de “dónde está Wally” para encontrarlos; fuerzan al distribuidor para que acepte una liquidación menor al 50% para permanecer una segunda semana, contraviniendo incluso la ley que lo impide; no permiten la fiscalización sistemática de las salas por parte de los productores, y un gran número de otras variables que convierten nuestros estrenos en pequeñas odiseas que luego deben atravesar la crítica del implacable de turno para terminar, en la mayoría de los casos, como mero ladrillito en la pared de la estadística que dice que los argentinos casi no ven cine argentino. Todo un relato de “profecía autocumplida”.
Nunca creí que la solución recayera centralmente en abaratar sólo las entradas para las películas argentinas. Creo que esta sería otra manera de aceptar que las empresas de exhibición pueden hacer lo que quieran, y ser aun más lastimeros frente a nuestros espectadores: “…vean nuestras películas…les cobramos más barato que las norteamericanas a ver si así los convencemos de venir…”. La solución, o parte de ella, está en lo que el Estado debe hacer en materia de regulación sobre el gravamen aduanero de los negativos de las películas extranjeras, sobre la cantidad de copias de exhibición por film y sobre la cantidad de pantallas que una sola película puede ocupar por complejo. Además de aplicar con mejor criterio y sustentabilidad la cuota de pantalla y media de continuidad, claro. Es decir, equiparar y aun mejorar las condiciones de exhibición de las películas nacionales, como sucede en la mayoría de los países que quieren sostener un mercado interno, Estados Unidos inclusive. Un simple vistazo sobre la cartelera de las menos del millar de salas de todo el país daría cuenta de la concentración creciente y del modelo de explotación y ocupación de pantallas que plantea el cine norteamericano. Cada vez menos películas en más pantallas con un stock de recambio permanente y un bombardeo sistemático de igual proporción para los espacios de promoción y publicidad. La meta, día a día, es cumplir con la divisa de quien fuera titular de la Motion Picture Asociation (MPA): “tenemos el 90% del mercado mundial de distribución de cine; queremos el 100%”. Luego, y solo luego de que el Estado corrija esta situación de asimetrías crecientes, la medida de ofrecer mejores precios en nuestras exhibiciones podrá funcionar como atractivo complementario en sentido positivo y no como manotazo de ahogado.
Volviendo al inicio, los sistemas tradicionales de exhibición están en crisis. Por eso, se hace necesario que la industria local se replantee junto a las autoridades del INCAA de qué modo y con qué nuevas herramientas se buscará que las películas argentinas lleguen a la mayor cantidad de público. Si la concentración en complejos multipantalla y los altos precios impiden (en muchos casos totalmente) la asistencia a las salas de un gran sector de la población que hace tiempo ya no va al cine, habrá que ser creativos en generar los medios y los espacios para recomponer ese vínculo perdido con las audiencias y para que cada película pueda buscar a sus espectadores y conectar con ellos. Con o sin precios de oferta, es necesario el mejoramiento de las salas INCAA y la creación de nuevos espacios con las mejores comodidades y atractivos como fue sucediendo en España desde los años ‘80 hasta hoy con las salas de “versión original subtitulada”. Más aún, es necesario redefinir el concepto de “espectador” y superar el modelo de consumidor tipo de los complejos multipantalla y del shopping pochoclero.
Teniendo en cuenta que estamos frente a un umbral de transformación profunda en los sistemas de emisión, recepción, exhibición y aun en los procedimientos a la hora de elegir por un producto audiovisual, poner toda la energía en tratar de resolver solamente lo que hoy es el canal tradicional, es poco menos que suicida.
Con Aníbal Esmoris, coproductor conmigo de Luca, siempre tuvimos claro que el destino de nuestra película no era el circuito tradicional de pantallas. Desde diciembre del año pasado hemos presentado el film en salas de rock, teatros de diferentes localidades, festivales, salas del circuito INCAA de todo el país, cineclubes, y eventos al aire libre que han sumado cerca de 70 presentaciones y más de 58.000 espectadores con un altísimo promedio por función, habida cuenta de que aun nos quedan otras tantas funciones programadas hasta fin de año en que seguramente saldrá la edición en DVD. Está claro que esto que hacemos no aparece en las estadísticas que miden la afluencia de público, pero tampoco era nuestra preocupación que así fuera. Lo central era construir una alternativa para que el público de una película como Luca, que sabíamos que existía y sabíamos que era mucho, pudiera enterarse, acercarse y tener la posibilidad real de verla y disfrutarla. Y eso lo estamos logrando con creces convirtiendo la película en un éxito de público aunque los medios del cine lo ignoren.
Es cierto que Luca tiene características especiales como producto, pero tan cierto como que cualquier film tiene su público potencial, en mayor o menor medida, y que es tarea de los productores también aportar en el afianzamiento de formas alternativas de distribución promoviendo que todos los sectores puedan ver aquello que les causa interés o deseo. El MALBA lo ha ido sosteniendo; el espacio INCAA Gaumont también a pesar de sus problemas de infaestructura, el Cine Club Hugo del Carril en Córdoba es un ejemplo de este modelo, y hay muchas otras opciones existentes y por crearse que requieren de inventiva y esfuerzo y sobre todo de desprejuicio a la hora de romper con ataduras y tabúes con la “forma única”, cada vez más concentrada del sistema tradicional.
Instalados definitivamente en el siglo XXI, es preciso despegar de una cantidad de lastres y ataduras y atreverse a la renovación estructural para seguir dando las batallas de siempre por más y mejores alternativas para que nuestro cine tenga la posibilidad de ser apreciado por todos.
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el 23 de setiembre de este año se cumplen 10 años consecutivos del ciclo de cine nacional de la Universidad nacional de san Juan. Como coordinador y autor del ciclo quiero expresar que desde aquel 20 de setiembre del 98 y hasta la fecha , no paramos y hemos brindado al público general de san juan la oportunidad de ver cine argentino, con entrada libre y gratuita. en epoca de frio en el aula magna de la facultad de filosofía humanidades y Artes y en verano al aire libre en el Anfiteatro buenaventura Luna, con una capacidad de 1200 localidades. desde esa fecha todos los miercoles a las 21,30 realizamos esta hermosa tarea de que el público de San juan pueda disfrutar de nuestro cine. Cuando comenzamos el ciclo, san juan solo tenía habilitada una sala cinematográfica, asi que este proyecto apoyado por la secretaría de cultura de la presidencia y del INCAA, hizo que muchos sanjuaninos pudieran conocer y descubrir a nuestros talentos. Me acuerdo que en la funcion inaugural nos acompañó Rodrigo Moreno y Andrés Tambornino y estrenamos Mala Epoca . Luego nos visito Gustavo Corrado,Paki galé y Tuvimos la oportunidad de estrenar por primera vez en el interior el trabajo documental de Favio "Perón, Sinfonia..". Desde que inauguramos el ciclo hasta la fecha pasaron mas de 150.000 espectadores, y seguiremos aportando desde san juan este granito de arena a favor del cine argentino. Muchos de los directores conversaron conmigo en los festivales de cine de mar del plata y hemos podido exhibir películas que fueron estreno con mas de 10 años de producidas, pues al no haber salas no había exhibición. Hemos realizado además el festival la Mirada Interior" con el apoyo de la seccion oficial y el lic. Alberto Raso montes. Espero que esta información la puedan divulgar, y esperamos complacidos que algun director quiera exhibir sus películas en San Juan. Mas datos pueden ubicar en pagina de la Universidad y en Google poniendo mi nombre.<br /> Gracias y espero difusion gracias.<br /> Cralos Cerimedo<br /> Coordinador ciclos de cine<br /> Universidad Nacional de San Juan
Francamanete estoy harto de escuchar los mismos lamentos que hace 10 años o mas cuando asistí al primer bafici donde se disertaba sobre la distribucion del cine independiente. La verdad que como futuro director de documentales, no se si me gustaria rogar a un complejo que esta posicionado como un complejo de supuestos tanques que den mi humilde pelicula que no tiene nada que ver con lo que se vende ahí. <br /> <br /> Es cierto ahi se cobra mejor la entrada, pero ahí esta mi publico me pregunto. <br /> <br /> Si se libera la entrada y nos dan la posibilidad de elegir nuestros precios no se sino seria una ayuda. <br /> <br /> Por ejemplo uno cuando compra un libro que es cultura, los precios son diferentes, uno cuando compra un cd de musica los valores son diferentes, uno cuando va un teatro los valores son diferentes.<br /> <br /> Por ejemplo, en un complejo de un shooping dan ¨Sin lugar para los debiles¨ y en la otra dan ¨Reencarnación¨ y las dos entradas salen 20 pesos ¿ Cual elige el espectador medio ?. <br /> <br /> El Film argentino, sin cuestionarlo, ni a favor ni encontra, tiene su publico, pero yo no se si echarle la culpa a ¨Sin lugar para los debiles¨, al cine de capitales extranjeros, o a nosotros como industria que no generamos el espacio adecuado para llegar a nuestros espectadores que los hay. <br /> <br /> Creo que debemos aceptar de una vez que ellos quieren vender sus cintas pochocleras, y fundamentalente sus pochoclos, siempre hubo regulaciones y nunca funcionaron, uno se pregunta entonces , obvio ellos nunca las cumplieron, entonces me pregunto algun día cumpliran algunas de esas regulaciones que fomenten nuestro cine si sus objetivos claramente estas destinados a vender su cine. Creo que que es una gran perdida de tiempo en obligarlos hacer algo que nunca van hacer. Es cierto muchos me van a decir, porque hay que resignarse si en francia se cumple. Cierto, no lo discuto, pero me parece mas fructifero, que nuestra industria de cine comercial, independiente, documental, etc... tenga sus propias vias de distribución sin depender de ningun complejo extranjero.<br /> <br /> El exito del ultimo film NACIONAL, ¨Un Novio para mi mujer ¨ demuestra algo claramente. Lo produjo una productora que generalmente tiene buena distribucion, como lo es Patagonik. Sin embargo este tanque nacional, por llamarlo de alguna manera, fue exhibida desde su primer semana en el cine Gaumont. Una cosa que me emociono, fue pasar un día miercoles por la tarde cerca de las 2 o 3 AM por la vereda y ver un cola de gente impresionante como cuando yo era chico. Desconozco sus numeros de ventas en los complejos, pero queda claro algo, mas alla de nuestros gustos cinematograficos, que podran o no estar de acuerdo con el ultimo filme protagonizado por Suar, El espacio Incaa Gaumont, no da abasto, si un tanque nacional se tiene que estrenar ahi, es porque claramente refleja la falta de salas y que hay publico para filmes nacionales. Como asi tambien lo demuestran la permanencia durante meses de documentales argentinos en la sala MALBA.<br /> <br /> Creo que nuestro estado tiene muchos lugares públicos que podrian aprovecharse para expandir nuestra distribucion nacional, muchos de ellos tienen buen acceso como los de los shoopings, por lo menos en la cap fed. El interior no conozco mucho, pero si se una cosa, la oferta cultural es un desastre si depende de las salas pochocleras. <br /> <br /> Nuestro cine tiene su público, pero no es facíl llegar a él. El publico dicen los marketineros es el que sostiene lo que se ve, para justificar lo que hay. Por eso podriamos decir tenemos la televisión que tenemos. Que gran mentira, el publico elige lo que tiene adelante que es distinto y lo elige dentro de ciertas circuntancias en la que la publicidad, la sala y el valor de la entrada tienen un peso muy importante. Nosotros deberiamos poder darle otra opción a ellos. Lo loco es que los films, buenos, malos, regulares etc... se hacen, pero no hay salas.<br /> <br /> A.Pablo Scavetta<br />
¿A dónde va el cine nacional?<br /> Incaapaces frente a los tanques<br /> <br /> El Gobierno Nacional decidió reemplazar a Jorge Alvarez por Liliana Mazure al frente del Incaa producto de un desgaste del primero tras la denuncia de hechos de corrupción ocurridos durante su gestión. Hechos que tienen que ver con una práctica habitual es institucionalizada en el INCAA -así como en todo el gobierno K- de manejo discrecional de fondos. Práctica que se hizo pública esta vez tras un plan de lucha de una asociación de documentalistas (DOCA). <br /> <br /> Aparentemente la nueva conducción, más “nacional y popular” que la anterior, estaría dispuesta a realizar cambios en la política del Instituto. Mas allá de la “transparencia” de publicar las erogaciones en la web del Instituto, veamos que hay más allá...<br /> <br /> La crisis del cine nacional<br /> <br /> Desde la puesta en marcha de la Ley de Cine, en 1994, hay un crecimiento sostenido de la cantidad de películas nacionales. Ese año se estrenaron 11, en 2000 fueron 45(1) y el promedio en los últimos 4 años se acerca a las 60 producciones (las estadísticas sólo registran las películas que pasan por el circuito del INCAA, dejando afuera una cantidad de producciones no estrenadas en salas oficiales). Para darse una idea de este número en perspectiva histórica digamos que en el período 1945-1955, considerado de auge de nuestro cine con una gran afluencia de público tanto a nivel nacional como latinoamericano, el promedio anual fue de 43 estrenos(2). <br /> <br /> Sin embargo, desde la promulgación de la Ley, también creció el control de la industria de Estados Unidos sobre la exhibición y la distribución, es decir, el dominio de la cantidad de espectadores y de la recaudación. Esta situación naturalmente derivó en una contracción del público del cine nacional: en el año 1980 el porcentaje de espectadores de películas argentinas era de 16,2%(3), en el período 2004-2006 ese porcentaje bajó al 12,1%(4) y el año pasado estuvo en el 9,1%(5), por debajo de la irrisoria cuota de pantalla del 10%.<br /> <br /> Esta proporción en el reparto de la exhibición y la distribución no permite la supervivencia -en términos de mercado- de una producción nacional. Así es que hoy una mínima cantidad de títulos alcanzan a recuperar sus costos con la venta de entradas, generalmente las películas ligadas a los grandes medios de comunicación que actúan a través de diferentes empresas (Patagonik, Primer Plano, Buena Vista, Polka, Sono Film, Telefe). El resto existe sólo gracias a los subsidios y créditos del INCAA, a los bajos costos laborales post devaluación de 2002, a la auto-explotación autogestiva, y al trabajo casi gratuito en las “cooperativas” de la producción “independiente”.<br /> <br /> ¿A quién Sirven?<br /> <br /> Esta cruda realidad llevó a un sector del cine, representado con vehemencia por Pablo Sirvén del diario La Nación, a plantear una ridícula regla de tres simple: si tenemos una cantidad determinada de espectadores de cine argentino, disminuyendo la cantidad de películas subiría el promedio de espectadores para cada una de ellas y podríamos hablar de mayores éxitos comerciales. ¡De tocar la distribución del mercado ni hablar! <br /> <br /> Pero lo peor es que este planteo, según el mismo Sirvén, aparentemente ha encontrado eco en la nueva conducción del instituto: “…cayó muy bien en el medio cinematográfico local que Liliana Mazure (…) esté resuelta a parar con la máquina de lanzar 70 estrenos nacionales, que casi nadie ve, en que se convirtió el Incaa en los últimos años. La idea es menos películas, que conecten más con el público, con mayor presupuesto y ayudar a construir productoras más fuertes”(6). Realmente, llamaría la atención una posición así de quien reivindica el grito de las entrañas peronistas de 1973, aunque el gobierno K hace tiempo que hizo propia la política del tero. <br /> <br /> 1973/1983 Un grito de corazón<br /> <br /> Para poner el debate en su lugar recordemos que un funcionario del Instituto de Cine en aquel año, Octavio Getino, impulsaba un anteproyecto de Ley entre cuyas medidas proponía “una mayor intervención del Estado en materia de producción, distribución y exhibición mediante empresas y actividades propias; (…) incremento de la exhibición de películas argentinas; (…) estímulo a la construcción de circuitos de producción y utilización cinematográfica a nivel popular…”(7). También señalaba como éxitos de su gestión el “incremento de la producción nacional” y el “aumento de la concurrencia a las salas”. <br /> <br /> Luego de la “primavera camporista”, con el gobierno de Isabel y el de las Juntas militares, se produce una concentración del público de cine en los sectores más pudientes producto tanto del aumento del precio de entradas como de la caída del poder adquisitivo de los trabajadores. “El resultado ha sido mejores ingresos con menores espectadores. Un factor contribuyente a este desenvolvimiento fue la virtual desaparición de películas argentinas como principal competidor a partir de 1975”(8)<br /> <br /> En 1983 podía leerse lo siguiente en un documento firmado por quienes hoy están en la punta de la pirámide: “Debemos modificar la actual situación, pero ello requerirá de una firme voluntad política de quienes nos gobiernan, que no teman enfrentar a las estructuras monopólicas, y dirigida a romper los que hasta ahora han sido centros de poder. Obviamente, deberá realizarse una acción revolucionaria profunda y para ello deberá formarse la actividad teniendo en cuenta que el cine debe ser, y de hecho lo es, no sólo una industria, sino un elemento informativo, en tanto testimonio, y formativo, en tanto transmisor de ideas”(9).<br /> <br /> La comedia de la tragedia<br /> <br /> Hoy, a 25 años de este documento suscripto por la DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), el panorama del cine es igual o peor que en ese entonces. Las empresas extranjeras determinan la programación de los cines argentinos gracias a su dominio sobre la distribución, la difusión y la exhibición y la consecuencia de esto es que más del 80% de la recaudación va para sus propias arcas. En 2007 las majors (Buena Vista –Disney-, Warner, Universal Paramount, Columbia Pictures, Tristar, Fox) controlaban el 75,57% del mercado(10) y las salas que pertenecen a empresas extranjeras (Hoyts, Village, Cinemark y Nacional Amusements) se llevaban el 64,93% de la venta de entradas(11). A estas empresas no les importa que la cantidad absoluta de espectadores disminuya -de un pico de 45 millones de espectadores anuales en 2004 cayó a 34 millones en 2007(12)- porque su recaudación sigue subiendo a pesar de ello -de 247 millones de pesos en 2005 a 322 en 2007(13)- gracias al constante aumento en el precio de las entradas. <br /> <br /> Las vidas posibles <br /> <br /> En un largo y contradictorio documento, proponiendo una nueva ley de fomento, la DAC de hoy expresa así su acuerdo con Pablo Sirvén: “El INCAA debe establecer una cantidad máxima de películas o proyectos audiovisuales a ser producidos anualmente (...)”(14). <br /> Recortar la cantidad de producciones de películas nacionales en el marco de una currícula de estudiantes de cine que no deja de crecer en todo el país (en el 2006 había 14.000 estudiantes(15)) y una capacidad productiva que creció a la par, es intentar ir contra la historia y el desarrollo de la industria de la que tanto hablan. <br /> <br /> Se estaría, de esta manera, dicho en palabras tan en boga en estos momentos, perdiendo una oportunidad histórica para el desarrollo de la industria cinematográfica argentina. Se continuaría entregando en bandeja a hoollywood tanto el control del negocio como la penetración ideológica imperialista en detrimento de la posibilidad de expresión y desarrollo de una identidad cinematográfica nacional.<br /> <br /> Por otra parte, muchos trabajadores de la industria quedarán desocupados, y los que no, cobrarán salarios más bajos producto de la competencia de la fuerza de trabajo excedente. Factor que se acrecienta día a día con los estudiantes de cine que entran a estudiar con la esperanza de ser creadores y terminan en su mayoría como mano de obra flexibilizada de la industria publicitaria o de la televisión. <br /> <br /> La nacionalización de la distribución y la exhibición en el país, bajo control de los trabajadores y espectadores del cine, es el único instrumento capaz de revertir este estado de cosas. Esta medida generaría los fondos necesarios para liberar la multiplicación de la producción nacional, para darle a la misma la difusión necesaria en los medios, para volver a abrir salas en los barrios a precios subsidiados para el espectador y de esta manera darle al cine nacional el lugar que le corresponde, no sólo del mercado, sino y principalmente como “elemento informativo, en tanto testimonio, y formativo, en tanto transmisor de ideas”, como se planteaba en el 83...<br /> <br /> Los sectores del cine nacional que actualmente concentran la mayor producción y estrenos comerciales no están dispuestos a ir en contra de los intereses de las multinacionales. Ya ni hablar de una nacionalización, ni siquiera están dispuestos a dar pelea por la cuota de pantalla o para imponer impuestos extraordinarios a la industria hollywoodense. Ya tuvieron el tiempo necesario para demostrarlo y no lo han hecho. Se conforman con ser la patria contratista del Incaa. <br /> <br /> Muy distinta es la perspectiva que plantean los documentalistas organizados en DOCA, consiguiendo el subsidio al documental digital y el reconocimiento de la figura de realizador integral que coloca la piedra basal para barrer con el dominio de las productoras, y liberar así la producción verdaderamente independiente con fines culturales y por fuera de las lógicas mercantiles.<br /> <br /> Por todo esto, frente a esta eterna encrucijada del cine nacional, el Ojo Obrero impulsa la organización independiente de los estudiantes y trabajadores del cine para abrir un espacio de debate y lucha para imponer estas reivindicaciones. <br /> <br /> Bs. As., 7 de julio de 2008 <br /> <br /> Ojo Obrero - Grupo de cine y foto<br /> www.ojoobrero.org<br /> <br /> (1) Getino, Octavio, “Cine Argentino”, Ciccus, 2005, Buenos Aires. <br /> <br /> (2) Op. Cit.<br /> <br /> (3) Op. Cit.<br /> <br /> (4) http://www.cultura.gov.ar/sinca/sic/estadisticas/recdatos/detalle.php?id=41<br /> <br /> (5) La Nación del 29 de Junio de 2008, Pablo Sirvén<br /> <br /> (6) Idem anterior.<br /> <br /> (7) Getino, Octavio, “Cine Argentino”, Ciccus, 2005, Buenos Aires, pág. 67.<br /> <br /> (8) Revista Variety, citada por Heraldo de Cine, en Buenos Aires 1979 (ver “Cine Argentino”, pág 170. Getino, Octavio)<br /> <br /> (9) Documento “Medidas de emergencia imprescindibles para poner en marcha la recuperación de la cinematografía nacional”, firmado por DAC, AAPCI, SICA, AAA, Asociación de Realizadores de cortometraje, Federación de Cine Independiente, Laboratorios Cinematográficos Argentinos, en 1983.<br /> <br /> (10) http://www.cultura.gov.ar/sinca/sic/estadisticas/recdatos/detalle.php?id=85<br /> <br /> (11) http://www.cultura.gov.ar/sinca/sic/estadisticas/recdatos/detalle.php?id=139<br /> <br /> (12) http://www.cultura.gov.ar/sinca/sic/estadisticas/recdatos/detalle.php?id=102 <br /> <br /> (13) Idem anterior<br /> <br /> (14) InfoDac, Especial Julio 2008<br /> <br /> (15) INCAA, Censo Nacional Audiovisual 2006
Absolutamente de acuerdo,la Argentina no termina en la General Paz y el cine va más allá de las multisalas. He podido comprobarlo personalmente acompañando películas por todo el país. Sería interesante crear un mecanismo de difusión que permitiera hacer conocer el destino de los films que buscan otros caminos. No se puede seguir repitiendo que a nuestro cine "no lo va a ver nadie", porque no es cierto.<br /> Tal vez con el Incaa se podrían organizar en toda la Argentina, como se hizo alguna vez en la Patagonia, un circuito con apoyo de Secretarías de Cultura, semanas de cine argentino con 4 peliculas de diferente género. El éxito era enorme. Hay que seguir pensando y aportando.