Críticas de “La estrella que perdí”, de Luz Orlando Brennan; y “Leyenda feroz”, de Denise Urfeig y Mariano Frigerio

Reseñas de dos novedades nacionales que, tras haber pasado hace pocos días por el BAFICI, llegan esta semana a las salas comerciales.

LA ESTRELLA QUE PERDÍ

La estrella que perdí (Argentina/2024) Dirección y guion: Luz Orlando Brennan. Elenco: Mirta Busnelli, Ana Pauls, Gustavo Garzón, Susana Varela y Ezequiel Asnaghi. Fotografía: Agustina Trincavelli. Edición: Daniel Casabé y Daniela García. Dirección de arte: Laura Copertino. Sonido: Manuel de Andrés. Música: Juan Manuel Ponce y Francisco Ponce. Distribuidora: Cinetren. Duración: 99 minutos. Salas: 17.

Norma Reyes es una actriz con un amplio reconocimiento acumulado durante décadas de carrera. Trabajó con los mejores, ganó premios y posó para decenas de revistas, tal como ilustra el muy pertinente plano inicial de La estrella que perdí. El presente, sin embargo, la encuentra ensayando una obra de perfil comercial que le gusta poco y nada, y que hace sin estar muy convencida, al tiempo que batalla contra las consecuencias de su edad y el temor a la soledad a raíz de la inminente mudanza de su hija Celeste, quien vive junto a ella y la empleada doméstica (Susana Varela).

Celeste (Anita Pauls) tampoco atraviesa un buen momento. Si bien está a punto de casarse, pasa buena parte de sus días enfrascada en la escritura de un guion y masturbándose, lo que despierta el enojo de Norma (Mirta Busnelli). La tensión entre ellas es una constante del debut en la realización de largometrajes de Luz Orlando Brennan, quien aborda las rugosidades de ese vínculo a lo largo de un relato honesto y sensible y mediante dos actrices que son, en la vida real, madre e hija.

En uno de los ensayos, mientras intenta darle forma a una criatura con mucho de ella en su ADN, Norma hace una referencia al trabajo de su tocaya Aleandro en El hijo de la novia. La estrella que perdí tiene un tono similar al de las películas de Campanella, en tanto conviven pasos de comedia agridulce con otros más volcados al drama “de envejecimiento” y su inevitable emotividad. Para que esto funcione resulta fundamental el trabajo de Busnelli y Pauls, dos mujeres que podrán pelearse como perro y gato, pero que están destinadas a quererse.





LEYENDA FEROZ

Los directores de Carroceros (2021), sobre los fans de Esperando la carroza, ahora se sumergen en otra película ya mítica, como la ópera prima de Marcelo Piñeyro estrenada en 1993.

Leyenda feroz, una película sobre Tango feroz (Argentina/2024) Dirección: Denise Urfeig y Mariano Frigerio. Guion: Mariano Frigerio. Con los testimonios de Fernán Mirás, Cecilia Dopazo, Marcelo Piñeyro, Leo Sbaraglia, Imanol Arias, David Lebon, Federico D´Elía, David Masajnik y Mirna Suárez. Dirección de Fotografía y Cámara: Aylén López. Montaje: Karina Expósito. Música: Adrián Guzmán. Diseño de Sonido y Mezcla: Hernán “Cachai” Ruiz. Producción: Carolina M. Fernández y Jorge Leandro Colás. Productores asociados: Claudio Pustelnik y Gabriel Arbós. Duración: 77 minutos.

Tango feroz: La leyenda de Tanguito es de esas películas que no necesita presentación. Estrenada hace poco más de 30 años, el primer largometraje del hasta entonces productor Marcelo Piñeyro significó un fenómeno sociocultural con pocos precedentes: vendió un millón y medio de entradas en un contexto donde el cine argentino –a la par que una buena parte de la sociedad– languidecía, cautivó a un público joven que encontraba pocas propuestas que lo representara, tuvo una de las bandas sonoras más importantes en mucho tiempo y marcó un antes y un después en la carrera del director y de todos sus jóvenes actores, especialmente la de sus protagonistas, Fernán Mirás y Cecilia Dopazo.

Dirigido a cuatro manos por Denise Urfeig y Mariano Frigerio, Leyenda feroz, una película sobre Tango feroz se propone revisitar el mito a través de un relato que, si bien no escapa a las formas más clásicas del cine documental de corte expositivo, transmite un bienvenido aire de alegría y melancolía sin que suene forzado.

Lo primero se debe a la sensación que genera el recuerdo en quienes participaron de la película, desde los propios Mirás y Dopazo hasta Piñeyro, pasando por los actores de reparto (Leonardo Sbaraglia, Federico D'Elía, David Masajnik, Mirna Suárez, Imanol Arias) y, desde ya, los autores de ese clásico generacional que es El amor es más fuerte (Leyenda feroz no escapa a indagar en los motivos que obligaron a los responsables creativos a crear una canción específica).

Lo segundo –y quizás más interesante– radica en que Leyenda feroz funciona también como el retrato de un mundo que ya no es, con sus maneras muy distintas de producir películas (“Tenía miedo de equivocarme porque sabía que el fílmico era carísimo”, reconoce en un momento Dopazo) y, sobre todo, con una ciudad previa a los vientos cosmopolitas que soplaron en las últimas décadas. No parece casual que la película comience mostrando los lugares icónicos del rodaje mientras se escucha el sonido de esas escenas, así como tampoco que el montaje final funda imágenes de la película con otras de la actualidad en las que esas locaciones se transformaron en iglesias, bazares y emprendimientos inmobiliarios.

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