Festivales
Crítica de “The Story of Souleymane”, película de Boris Lojkine (Un Certain Regard) - #Cannes2024
Tras la multipremiada Hope (2014), estrenada en la Semana de la Crítica; y Camille (2019), lanzada en Locarno, Boris Lojkine accede a la Selección Oficial de Cannes con la historia de un joven guineano en Francia.
The Story of Souleymane (L’histoire de Souleymane, Francia/2024) Dirección: Boris Lojkine. Guion: Delphine Agut y Boris Lojkine. Elenco: Abou Sangare, Nina Meurisse, Alpha Oumar Sow, Emmanuel Yovanie, Emmanuel Yovanie, Younoussa Diallo, Ghislain Mahan, Mamadou Barry, Yaya Diallo y Dalo Keita. Fotografía: Tristan Galand. Edición: Xavier Sirven. Sonido: Marc-Olivier Brulle. Duración: 92 minutos. En la sección oficial Un Certain Regard).
"No sé por qué vine a Francia", dice resignado Souleymane mientras se mira en el espejo del baño común del refugio para inmigrantes donde para desde que llegó desde su Guinea natal a la espera de papeles. El muchacho es un precarizado entre los precarizados: como no está habilitado para trabajar, le “alquila” la cuenta de la app de delivery a un usurero a cambio de buena parte de su recaudación, lo que lo obliga a pedalear durante largas horas, con lluvia o con sol, de día y de noche.
Exhibida en la sección Un Certain Regard, The Story of Souleymane encuentra a su protagonista días antes de testimoniar ante una funcionaria para ver si le otorgan o no el asilo. Piensa decir que es un militante político opositor al régimen guineano que debió huir por amenazas, una mentira ideada por un extranjero que “entrena” a los recién llegados y les facilita algunos papeles, siempre y cuando paguen lo que corresponde.
La película de Boris Lojkine se inscribe en esa tradición cinematográfica de corte realista con resonancias sociales que tanto agrada a los programadores de los principales festivales europeos, una suerte de remedo tardío del registro habitual de los hermanos Dardenne, que sigue a Souleymane en vísperas de una situación trascendental. De allí, entonces, que la acumulación de desgracias –maltratos de clientes y vendedores, problemas con la bicicleta, una traición del dueño de la app y sigue la lista– deje en evidencia las costuras de un guion demasiado preocupado por decir algo sobre “la realidad”.
Lojkine, sin embargo, no cae en la bajada de línea ni en el señalamiento de los victimarios. Lo suyo pasa por explorar los pliegues de un sistema con múltiples responsables y del que todos quieren sacar una tajada. En medio queda el pobre Souleymane, al que el guineano de 23 años Abou Sangare –que también sufrió las miserias de la inmigración ilegal– le imprime una notable impronta de autenticidad y bonhomía.

Sumate a la comunidad OtrosCines/Club
Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad que mantiene el acceso a todos sus contenidos de forma gratuita. Además, se accede a una amplia oferta de beneficios y contenidos exclusivos.
MÁS INFORMACIÓN
SOBRE BENEFICIOS
Y SUSCRIPCIONES
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO

FESTIVALES ANTERIORES
El film de los cordobeses Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas obtuvo la segunda máxima distinción, mientras que el Pudú de Oro al Mejor Largometraje fue para Wind, Talk to Me, del serbio Stefan Djordjevic
Put Your Soul on your Hand and Walk, La noche está marchándose ya, The Voice of Hind Rajab y Un techo sin cielo encabezan este ranking personal sobre las mejores películas vistas en la 32ª edición de la muestra chilena.
Tras el multipremiado corto Mi última aventura (2021), los cordobeses Sonzini y Salinas debutan en el largometraje con una hilarante oda cinéfila que es al mismo tiempo un film político sobre la desintegración argentina. Tras su estreno mundial en el festival chileno, competirá en DocLisboa y la SEMINCI de Valladolid, entre otros festivales.
Reseñas de las dos últimas películas chilenas que se presentaron (luego de La vida que vendrá y de Un eclipse y el caos) en estreno mundial en la sección principal de esta edición.

Todo bien con estas películas "comprometidas", pero que plomazo suena.