Festivales
Cine e Historia, según Beatriz Sarlo (Talent Press)
Esta crónica de la charla dada por la reconocida intelectual en el Talent Campus fue realizada en el marco del Talent Press que organizó la FUC.
HISTORIA Y REPRESENTATIVIDAD
1.- De un lado está el
cine como fuente de los historiadores, que no fue fuerte hasta ahora, ya que
apenas tiene sólo un siglo para la historia de la humanidad. Los historiadores
tienen en el cine documental, así como en la ficción, una fuente para la
historia futura, cómo se vestía la gente, qué comían, con que entusiasmo
hablaban de un Mc Donald de ¾ de libra (alguna película de Quentin Tarantino por
ejemplo). Cuando los historiadores toman eso del cine crean una pequeña historia
que no está en los diarios, ni en los documentos públicos pero que es el centro
de la historia social.
La mayor parte del cine condena (no las
experimentales o vanguardistas) su parte representativo, la fotografía tiene una
fuerza analógica, tan poderosa que va a ser imposible que los historiadores no
tomen ésta para pensar de qué manera fue el pasado, no es porque el cine diga
verdades sobre ese pasado, yo no sé si Pizza, birra, faso va a
ser una verdad sobre la vida de una juventud de Buenos Aires en la década del
90, pero es una fuente ineludible para contar cómo era esa trama social en ese
momento, no importa la calidad estética que tenga esa película sino la calidad
documental, y no entro en la discusión si es un non fiction o no, sino que hablo
de calidad documental porque fue filmada en las calles de Buenos Aires, se ve la
gente de Buenos Aires, cómo salen de las discotecas de la ciudad, cómo se pelean
al salir de la disco etc.
La literatura siempre tuvo ese poder se
suscitar ideas y fuentes a los historiadores, es muy difícil estudiar a la
Argentina del siglo XX si uno no lee a Roberto Arlt incluso al mismo Borges.
Pero el cine tiene un lastre documental de manera más evidente, por más
manipulación técnica que haya el lastre representativo es más cierto, tanto así
que yo conocí a una persona que no conocía París pero había visto la obra de
Godard y cuando pisó la capital francesa por primera vez comenzó a reconocer
esquinas.
2.- El cine como una virtud milagrosa formó su público
de manera casi instantánea. Si bien hay anécdotas de la gente que se asustaba
viendo la locomotora y la multitud saliendo de la fábrica (Lumière), etc., esas
anécdotas duran un segundo en la historia del siglo XX. Por un rasgo que guarda
semejanza con la televisión (siento decirlo así), que no es necesario sino ver
cine para ser público del cine, aunque para ser público de los Strauss es
necesario saber ciertas cosas, lo mismo para ser público de El perro
andaluz.
Pero para convertirse en público del mainstream del
cine sólo se necesita ver cine, sólo tienes que ver cine, cuando uno
volvía por más ya era público, si uno no salía mal de la primera película
de dos horas y volvía por más ya era público, las destrezas que tenía que
tener para convertirse en ese público se las daba el propio acto de sentarse
frente a una pantalla. Esta bendición no pasa con otras artes, primero porque
hay que saber leer, en un primer nivel, luego en un segundo nivel hasta un
tercero que es mayor, hay que aprender, hacer escuela. Hay una ruptura, se puede
aprender de cine sin haber pasado por una enseñanza formal, esto no habla ni
bien ni mal del cine sólo hace una diferencia de los discursos, de los
instrumentos con los que se escribe para que ese discurso funcione. Esto nace a
la velocidad con la que se implantó el cine en la sociedad moderna. El cine nace
y triunfa.
NORTEAMÉRICA
3.- El cine norteamericano, padre y
madre de todo, de todos los horrores y de todas las excelencias (en una
parte del siglo XX) uno de sus grandes directores nace pensando dos películas
históricas, en 1915 y 1916 Griffth filma El nacimiento de una
nación, que es lo que el título indica, es la primera interpretación de
cómo nacen los Estados Unidos pero para el uso de las masas no para los señores
de Nueva Inglaterra ni para los que fundaron la nación. Y otra película
episódica que es Intolerancia, películas que parecen verdaderamente increíbles
ya como proyectos, grandioso y al mismo tiempo grandilocuente, y que le
puede a la historia.
En ese momento el cine se convierte en usuario y
cliente de la historia, con la excepción de la religión y las artes populares, a
éstos el cine le agrega la verosimilitud realista. El cine desde el comienzo
parece la vida misma, y cada vez más, aunque yo diría que en los últimos 20 años
cada vez menos. Medido con el “realistómetro” de los años 70, por ejemplo
Roberto Rossellini, el cine no es extraordinariamente realista, pero medido con
los años 15 el cine da el paso de cumplir un deber realista, de estar cargado de
moléculas realistas.
En 1928, dos años después de Griffith, se filma lo
que yo llamo el primer cine histórico de arte, donde la atención estética es
máxima, como lo es el cine de Dreyer, donde toma uno de los acontecimientos
históricos fundamentales de la historia de Francia, la revolución francesa, la
primera guerra mundial. Lo extremadamente interesante de las películas de Dreyer
es que la el elemento de vanguardia estética devorara el elemento histórico,
aquí se crea un conflicto entre la historia buscada por el cineasta y la
dimensión estética que la película tenga. Todos estos elementos que es parte de
la historia laica francesa (la iglesia no tiene peso, siempre se habla de la
república) es como devorar una película y se convierte en contradicción entre
cine e historia.
CANTANDO BAJO LA LLUVIA
Seguramente ni Stanley Donen
ni Gene Kelly jamás hubieran pensado que en una Universidad del Cine de Buenos
Aires se iba a hablar de Cantando bajo la lluvia como una
película histórica (hubieran dicho seguramente que los latinoamericanos no saben
nada), sin embargo es bueno tomar como referencia éste filme como un ejemplo de
película histórica, como lo es el norteamericano que nace en una estrecha
correlación con la historia, sin embargo se centra en un capítulo especial de la
historia de ese país, la expansión de la frontera ganadera, hacia el oeste.
Tanto vemos en las películas de John Ford gente que se desplazaba desde el
centro, por la línea de Chicago hasta el oeste. Ese es el western, el
avance de la frontera ganadera, un género masculino. Esas caravanas de avance es
un avance económico, avance de los estados civilizados urbanos y
esclavistas.
Poder, violencia y riqueza funcionó en el western, así
como en el policial, sólo que éste último funciona de manera desnuda y en el
western como mito, el western como género es mitómaniaco (o mitológico), para
lograr esto se basó el género en crear héroes positivos (John Wayne), ahí su
éxito, recordemos la famosa frase “acá en el oeste a las historias verdaderas
preferimos los mitos”.
Cantando bajo la lluvia de alguna
manera adopta un genero totalmente improbable para resolver las contradicciones
que se dieron al momento del pasaje del cine mudo al sonoro, momento que los
cineastas vanguardistas odiaron, Eisenstein odió ese pasaje, parecía que el cine
perdía eso que lo había constituido, se había trabajado durante 30 años sobre la
idea del cine mudo, el pasaje al sonoro fue traumático en estética (para los
vanguardistas) da un golpe de muerte para el expresionismo alemán. El aspecto
poético del cine queda aceptado, porque era la imagen no la palabra. Y se
convierte en un trauma de la producción, de la tecnología, de los estudios, del
saber para el cine.
Entonces, los directores de Cantando bajo la
lluvia lo que hacen es contar este pasaje del cine, y lo cuentan a
manera de mito, es decir establecen perfectamente una salvadora, alguien que es
capaz de entrar al sonoro, en el argumento se está filmando una película con
Gene Kelly como protagonista y una rubia típica del cine mudo que cuando abre la
boca tiene una voz espantosa, y no logran que cambie y estaba quedando fuera de
la película hasta que por casualidad a Donald O’Connor se le ocurre el doblaje,
cuando le pide a Debbie Reynolds que canta maravillosamente bien que se ponga
detrás de él le pide que cante y el mueve la boca, cuando Kelly ve esto le
parece perfecto y plantea hacer eso con la actriz para salvar la película. Por
eso esta película siempre está entre las 10 mejores películas del siglo XX, y
aparece no por ser una historia banal sino por su perfección formal y además
pone de manifiesto de una manera extraordinaria la conversión de una historia a
mito.
HOLOCAUSTO
Para empezar no hay un género holocausto,
hay una parte del documental que se dedica a aquello pero no se refiere a lo
genérico, ni siquiera la reflexión sobre cómo se representa el holocausto es
posterior sino anterior, ya cuando termina la guerra empieza esa reflexión,
Adorno escribe la famosa frase es imposible la poesía después del holocausto,
cuando dice poesía quiere decir cualquier acto de creación, no es que no se
pueda escribir sobre el holocausto sino que eso es inmostrable. Después hay una
serie de pensadores que niegan la posibilidad de que el Holocausto fuera
presentado. Si Adorno volviera a vivir y viera película La lista de
Schindler se volviera a morir en ese mismo instante, no porque le
parezca buena o mala la película, sino porque él no podía pensar que alguien
pudiera mostrar cuerpos de judíos al borde de la muerte, desnudos corriendo por
un campo de concentración, y hacer de eso una escena con movimiento de cámara y
grúa.
Vamos desde La lista de Schindler hasta la muy
temprana (pegada al cine de guerra) y muy severa Noche y
niebla, de Alain Resnais, ya ahí comenzaba la discusión sobre si las
imágenes debían ser mostradas para que eso fuera sabido, o al revés, para que
eso fuera sabido las imágenes no eran necesarias, salvo en el periodismo, la
discusión circundaba si era necesario que esas imágenes pasen por las artes
representativas. Esa discusión se reactiva a fines de los 60, no siempre se
hablaba del holocausto del mismo modo. Se discute en la posguerra primero, luego
se desordenó y volvió en los años 70, volvió por un acontecimiento externo que
es que algunos historiadores alemanes, no nazis, donde no justifican el
holocausto sino que lo explican. Mientras tanto Claude Lanzmann preparaba
Shoah (película de 9 horas sobre el Holocausto), y la filmaba
participando evidentemente en este debate, suscribiendo lo que decía Adorno,
donde no hay imagen del campo de concentración.
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FESTIVALES ANTERIORES
-Con la proyección de Blue Moon, de Richard Linklater, dará comienzo la 63ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón, que se realizará del viernes 14 al sábado 22 de noviembre.
-El cine argentino está representado por Las corrientes, de Milagros Mumenthaler; Nuestra Tierra, de Lucrecia Martel; The bewilderment of chile, de Lucía Seles; y el estreno mundial de Los bobos, de Basovih Marinaro y Sofía Jallinsky.
-En este espacio iremos actualizando las películas reseñadas.
-Se publicaron 53 críticas.
Tras Las altas presiones (2014) y A estación violenta (2017), Santos estrenó en el FIXC este largometraje que le valió el premio a Mejor Dirección en la sección principal.
-Los bobos, de Basovih Marinaro y Sofía Jallinsky, ganó la competencia FIXC Premiere, mientras que The bewilderment of chile, de Lucía Seles, obtuvo el Premio del Público en la sección Tierres en trance.
-Magic Farm, de la argentina Amalia Ulman, fue reconocida por el Jurado Joven.
-Al oeste, en Zapata triunfó en la sección oficial Albar.
Padre Madre Hermana Hermano / Father Mother Sister Brother, de Jim Jarmusch; Las líneas discontinuas / As liñas descontinuas, de Anxos Fazáns; Al oeste, en Zapata, de David Bim; y Blue Heron, de Sophy Romvari, lideran el ranking personal de nuestro enviado especial a la muestra asturiana.
