Crítica de “El beso de la mujer araña” (“Kiss of the Spider Woman”), película de Bill Condon con Diego Luna, Tonatiuh y Jennifer Lopez

El director de títulos como Dioses y monstruos, Soñadoras, Crepúsculo: Amanecer, La Bella y la Bestia, y guionista del musical Chicago retomó la historia concebida por el argentino Manuel Puig con resultados no del todo convincentes. Tras su proyección como film de apertura del Festival de Mar del Plata 2025, se estrenará el 8 de enero en salas comerciales de nuestro país.

El beso de la mujer araña (Kiss of the Spider Woman, Estados Unidos-México/2025). Dirección: Bill Condon. Elenco: Diego Luna, Tonatiuh (Elizarraz), Jennifer Lopez, Bruno Bichir, Josefina Scaglione y Aline Mayagoitia. Guion: Bill Condon, basado en el musical de Terrence McNally y en la novela de Manuel Puig. Fotografía: Tobias Schliessler. Música: John Kander y Sam Davis. Edición: Brian A. Kates. Distribuidora: BF París. Duración: 129 minutos. Apta para mayores de 13 años.

Primero fue una novela publicada por Manuel Puig en 1976. Luego, tuvo innumerables versiones teatrales. En 1985, Héctor Babenco la llevó al cine con William Hurt (ganó el Oscar a Mejor Actor Protagónico por el papel de Luis Molina), Raúl Juliá y Sonia Braga; en 1992, se estrenó el musical que poco después se convertiría en un éxito en Broadway. De hecho, aquella historia de amor, fantasía y represión se siguió reciclando una y otra vez en todos los formatos, universos y geografías imaginables.

Lo que sí sorprendió es que 40 años después de aquel largometraje de Babenco, un experto en el musical como Bill Condon decidiera volver a filmar esa historia. Lo primero que incomoda -al menos desde nuestra perspectiva- es que este drama está ambientado en una cárcel argentina en mayo de 1983 (es decir, pocos meses de las elecciones presidenciales que ganaría Raúl Alfonsín, cuando la dictadura militar ya había atenuado su despliegue represivo) y los protagonistas hablan en un inglés con acento mexicano.

Pero dejemos las precisiones históricas y el verosímil de lado, ya que aquí la fantasía está por encima de las cuestiones políticas (algo similar a la Evita, de Andrew Lloyd Webber): esta versión modelo 2025 pierde en la comparación con la de 1985 porque imperan las sobreactuaciones, las simplificaciones, los clichés, los estereotipos y el pintoresquismo, mientras que ni siquiera la ambientación ni los múltiples números musicales alcanzan a deslumbrar como sí suele ocurrir con otros exponentes del género made in Hollywood.



El corazón del relato pasa, claro, por la relación entre Luis Molina (Tonatiuh, ascendente actor californiano de familia mexicana), un joven gay que se percibe mujer y ha sido condenado a 8 años tras las rejas por ofensa sexual e indecencia pública; y Valentín Arregui (Diego Luna), un militante de izquierda al que los guardiacárceles y el responsable de la prisión (Demián Bichir) torturan para que delate a sus compañeros revolucionarios. Opuestos entre sí en todos los sentidos, Molina y Arregui compartirán no solo el diminuto espacio de la celda, sino también confesiones, reflexiones, deseos y frustraciones.

Pero tanto Luna como Tonatiuh también formarán parte de la veta fantástica / onírica / musical del relato. Si a ellos les toca interpretar dos papeles, mayor aún es el despliegue de Jennifer Lopez en tres versiones: Aurora, Ingrid Luna (inspirada en Dolores del Río) y la Mujer Araña del título. Allí se imponen coloridas coreografías que contrastan con lo ominoso y sórdido de la cárcel, pero esas proyecciones fantásticas del personaje de Molina, con su amor por los galanes y las divas del cine clásico, tampoco alcanza un vuelo que pueda redimir del todo a una película que no es un desatino, pero está lejos de las cimas del musical.