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Crítica de “Pluribus”, serie de Vince Gilligan con Rhea Seehorn (Apple TV)
La muy esperada nueva serie del creador de Breaking Bad y Better Call Saul es una exigente propuesta que mantiene e incluso potencia el caudal de ideas y apuestas de riesgo en el marco de una historia distópica que se aleja de los lugares comunes de las series apocalípticas.
Pluribus (Estados Unidos/2025). Showrunner: Vince Gilligan. Dirección: Vince Gilligan, Gordon Smith, Zetna Fuentes, Gandja Monteiro y Adam Bernstein. Guion: Vince Gilligan, Vera Blasi, Ariel Levine, Gordon Smith, Alison Tatlock, Jenn Carroll y Jonny Gomez. Elenco: Rhea Seehorn, Karolina Wydra, Carlos-Manuel Vesga, Samba Schutte, Miriam Shor y Jeff Hiller. Duración: 9 episodios de entre 43 y 62 minutos cada uno. Los tres primeros (Somos nosotros, Chica pirata y Granada) ya están disponibles en Apple TV. Luego se sumarán de a uno por viernes hasta el cierre de temporada el 26 de diciembre.
ATENCIÓN: esta reseña contiene algunos spoilers del inicio de la serie (la lectura o no, por lo tanto, queda a criterio de cada lector/a)
“It's the end of the world as we know it and I feel fine”, canta Carol Sturka, la protagonista absoluta, mientras maneja en el inicio del séptimo episodio. Sí, en Pluribus hay algo parecido a ese fin del mundo que anuncia el estribillo del clásico tema de R.E.M., pero ella no parece sentirse nada bien con ser una de las 13 sobrevivientes a las que el extraño fenómeno que descubrimos en el arranque de la serie no afecta (el por qué de la inmunidad es uno de los tantos misterios que manejará el relato).
En el inicio vemos a Carol en el final de la gira promocional de su nuevo libro. Sí, ella es una escritora de novelas románticas bastante populares (hay una larga fila para firmas y selfies), pero ella está lejos de sentirse orgullosa de su obra y de este tipo de eventos. Cuando sale de la librería con su manager y pareja Helen (Miriam Shor), esta cae víctima de algo que podría estar relacionado con lo que los astrónomos habían detectado 11 meses antes a partir de señales llegadas desde el espacio exterior.
De manera insólita, como si fuera una paradoja del destino, esta mujer malhumorada, irritable, resentida, cuestionadora, verá cómo a partir de entonces el resto del mundo vive en medio de una suerte virus de la felicidad (completamente artificial e intolerable para ella): todos están ligados a un proceso denominado The Joining y resultan excesivamente amables y serviciales con ella, la llaman, le sonríen, quieren ayudarla, pero para eso no hace más que exacerbar su enojo, su incomodidad y su rebeldía.
Si bien hay algunos secundarios de cierta relevancia como la Zosia de Karolina Wydra, el Diabaté de Samba Schutte o el Manousos de Carlos-Manuel Vesga, otro de los personajes latinos que tanto gustan a Gilligan que va creciendo en importancia y presencia con el correr de los episodios, Pluribus es prácticamente un one woman show. En efecto, Gilligan creó la serie para y por Rhea Seehorn. Si ella ya había deslumbrado con su Kim Wexler, aquí tiene todo el tiempo y las posibilidades para mostrar sus múltiples facetas, que van desde el melodrama propio de las historias apocalípticas hasta el humor físico a-la- Tati / Keaton / Chaplin con todos los matices intermedios que puedan imaginarse.
A la hora de encontrar vínculos con Breaking Bad y Better Call Saul (más allá de Seehorn, claro), están las locaciones de Albuquerque, pero en verdad Pluribus tiene más conexiones con Los expedientes secretos X (recordemos que Gilligan escribió más de 30 episodios de ese clásico de la ciencia ficción), con Lost, con 3 Body Problem, con Last Man on Earth y sobre todo con el delirio, el absurdo y la capacidad de fascinación de Severance, otra serie de Apple TV con la que comparte no pocos tonos.
Gilligan se mete con la felicidad impostada, los abusos y miserias de la tecnología en estos tiempos de inteligencia artificial, el control totalitario revestido de servicios a la comunidad, los efectos de los virus (imposible no pensar en la influencia pandémica y la "nueva normalidad"), y la lucha del individuo con una (anti)heroína tan especial como Carol.
Pluribus no siempre funciona del todo bien como comedia, por momentos se estira demasiado en escenas que parecen más climáticas o derivativas que fundamentales para el crecimiento de la trama, aunque los 7 capítulos vistos (Apple TV aún no anticipó a los críticos los dos últimos) muestran a un Gilligan fiel a sí mismo, y al mismo tiempo también dispuesto a tomar riesgos, a concretar una serie por momentos desconcertante, nunca condescendientes ni demagógica. Pluribus exige tiempo, paciencia y concentración para ingresar a su muy particular universo, pero una vez adentro y aceptados sus códigos constituye una de las experiencias más estimulantes y provocadoras de la cosecha 2025 del mundo de las series.
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