Festivales

Críticas de la Competencia Argentina + Balance general de la cosecha de este año

Desde directores con pasos previos por el festival porteño como Rodrigo Moreno, Iván Fund, Néstor Frenkel, Mauro Andrizzi o Sebastián Lingiardi hasta otros que debutan en la realización, la sección oficial -que estuvo integrada por 11 variados exponentes de la producción nacional más reciente- dejò un panorama no demasiado estimulante. Más allá de algunas búsquedas interesantes, como las de Un mundo misterioso (foto), y de la corrección técnica y formal de la gran mayoría de los largometrajes, faltaron verdaderas revelaciones como las que sí se produjeron en ediciones anteriores.
Publicada el 30/11/-0001
A modo de balance: No fue un buen año para la Competencia Argentina. Es cierto que El estudiante (vista en la Competencia Internacional) resultó una gran película, pero la selección oficial nacional no entregó ninguna obra que se acerque a los niveles de Historias extraordinarias (2008), Excursiones (2009) o Los labios (2010), por nombrar sólo algunas (hubo varias otras).

Para mi gusto, sólo hubo dos despropósitos en la selección (Enero y La pileta), mientras que el resto fue correcto, en algunos casos incluso bastante logrado, pero con méritos que no alcanzan a convertirse en verdaderos "descubrimientos" de la sección. Bienvenida la experimentalidad de Fund, Grosso, Andrizzi, Cárdenas y Lingiardi, indudablemente simpáticas las propuestas de Frenkel y los hermanos Levy, pero -a esta altura- yo le pido más al cine argentino y al BAFICI. No me conformo con estos hallazgos parciales, porque en años anteriores sí habían aparecido notables exponentes y un panorama general más sólido.

En este sentido, aún con sus desniveles (casi inevitables teniendo en cuenta su estructura), creo que Un mundo misterioso es la película más interesante, en la que se nota la personalidad de un director. Pero Rodrigo Moreno no es un descubrimiento. En todo caso, una ratificación. Y la película ya estuvo en la competencia oficial de la Berlinale. Por lo tanto, queda este año una sensación de desencanto, de cierta insatisfacción.  Igual, para mi siempre es una experiencia gratificante encontrarme con "lo nuevo de lo nuevo" que se hace en la Argentina. Esperamos con ansias la edición 2012.

 

Todas las reseñas:

-Enero (70’), de Cynthia Grabenja y Marcelo Scoccia.

Un pianista sufre un trauma fìsico y psìquico tras un accidente automovilìstico que dejò a su mujer en coma. Discìpulo de Kagel (¿Mauricio?), hace tres años que no toca y no compone. Pero su maestro muere y la nieta le pide a esta suerte de "fantasma" que escriba un réquiem en su honor. Los directores abordan temas como la culpa y el bloqueo creativo, pero lo que deberìa ser un film de climas intensos y profundidades psicológicas se queda en una llamativa chatura estética, narrativa y actoral, con diálogos de una torpeza inconcebible, simbolismos y metáforas obvias (la pared azul) y todo tipo de subrayados. Insólita elecciòn por parte de los programadores del BAFICI.

 

-Hoy no tuve miedo (120’), de Iván Fund.

El prolífico Fund -La risa (BAFICI 2009) y Los labios, codirigida con Santiago Loza (BAFICI 2010)- propone dos películas de 60 minutos en una. Si bien estos films son "hermanos" en tiempo y forma, en el segundo aparece una apuesta todavía más experimental que en el primero (que no es precisamente una narración tradicional), con la aparición del equipo de rodaje "conviviendo" con los protagonistas y un juego con distintas capas de sonido (y silencio). Hoy no tuve miedo es una película de pueblo, con sus bailes adolescentes, sus perros, sus bares, sus fiestas familiares, su naturaleza exuberante y sus atardeceres (y amaneceres). Chicas que preparan sus vestidos de noche, jóvenes que consultan a un tarotista gay, curtidos trabajadores, noches de truco y canto... todo eso conforma el universo que Fund registra en un film (híbrido entre la ficción y el documental) ambicioso, caótico, caprichoso, pero también lleno de talento y sensibilidad. El director, de apenas 26 años, filma y prueba: del ensayo y error, estoy seguro, aflorará en poco tiempo más lo mejor de su cine. Buen ojo, ideas y sensibilidad no le faltan. 

 

-Ostende (85’), de Laura Citarella.

Ganadora de un concurso radial, una joven llega al Viejo Hotel Ostende para disfrutar del premio, que consiste en cuatro noches en el lugar. Mientras espera la llegada de su novio para el fin de semana, se empieza a obsesionar (observando todo a la distancia) con la historia de uno de los escasos huéspedes, un hombre maduro que mantiene una misteriosa relación con dos muchachas a la vez (¿amantes?). Aun cuando llega su pareja, la protagonista sigue fijada con ellos y continúa siguiéndolos por el pueblo y la playa. El film, que comienza como una suerte de Perdidos en Tokio local, se va enrareciendo con un trama que va hacia lo policial. Brillante productora de Pampero Cine (aquí el productor fue su socio, Mariano Llinás), Citarella debuta en la dirección con un film que tiene ciertos rasgos, elementos, situaciones interesantes, pero que en varios pasajes resiente sus (anti)climas con una propuesta demasiado monocorde. Se queda, así, a mitad de camino entre la contemplación y la sensación de incomodidad y extrañeza de su personaje principal y la supuesta tensión y suspenso que debería tener un thriller más tradicional.

 

-Las piedras (75’), de Román Cárdenas.

Egresado del CIC (uno de las coproductores del film), Cárdenas escribió, dirigió y protagonizó este film ambientado en el Delta del Paraná. La "trama" (hay aquí bastante poco de narración tradicional) tiene que ver con una pareja que prácticamente convive sin comunicación entre ellos. El protagonista es un escritor en plena crisis creativa que sale a andar en kayak, en moto o a bailar con un amigo (gran coreografía con un clásico de New Order de fondo). Ella es una atribulada empleada de una empresa de fumigación y su mayor preocupación pasa por conseguir una nueva heladera (los alimentos podridos funcionan aquí como simbolismo algo obvio de la descomposición general). Pero si el film no ofrece (ni pretende ofrecer) nada nuevo en términos dramáticos (hay bastante de contemplativo e hipnótico en la propuesta), encontramos en Cárdenas un director con indudable oficio técnico, buen ojo para conseguir encuadres virtuosos y para concebir interesantes climas con un lucido trabajo visual y sonoro. Habrá que ver cómo evoluciona su carrera a la hora de enfrentar narraciones más potentes.

 

-Sipo'hi - El lugar del manduré (70’), de Sebastián Lingiardi.

Tras el vertiginoso "policial" Las pistas, que presentó en Competencia Argentina del año pasado, Lingiardi regresa con otro film protagonizado por los wichís del Chaco, aunque en este caso no apela a la ficción sino a un pausado documental con imágenes sobre la ciudad del título, mientras en off se escuchan cuentos tradicionales (de esos que se transmiten de generación en generación via oral) con animales y espíritus como protagonistas. El film arranca con cierto déjà vu del cine de Lisandro Alonso o Pedro Costa, pero luego alcanza vuelo propio y mayor sentido cuando se cuestiona su propio lugar (el del director, el de la película, el de los indígenas) y toma decisiones radicales (como poner la imagen en negro durante los relatos o discutir internamente cómo mantener viva la historia wichí y su relación con los "blancos"). No sé si es una gran película, pero finalmente me convenció bastante. 

 

-En el futuro (62’), de Mauro Andrizzi.

Tras la controvertida y muy politica Iraqui Short Films, Andrizzi rodó de manera muy artesanal esta segunda película, que le valió el Queer Lion en el Festival de Venecia 2010. Construido como un libro (tiene un preámbulo, separación en capítulos, historias independientes presentadas como un falso documental y un epílogo en súper 8), el film -que propone una decena de recuerdos desde el presente de experiencias amorosas del pasado y una espera y unos deseos con vistas al futuro que indica el título- tiene algunos aspectos autobiográficos (al principio, incluso, se escucha al propio Andrizzi), que luego el guionista y director ficcionalizó, poniendo el énfasis en el lugar del narrador y en la tercera persona. Besos en todas las combinaciones y en primer plano, erotismo, climas enigmáticos, parejas bailando, fotografías, imágenes en un bello, cuidado y melancólico blanco y negro, y un aire al cine de David Lynch son otras de las cosas que propone esta extraña y fascinante película.

 

-Amateur (76'), de Néstor Frenkel.

El director de Construcción de una ciudad reivindica en su nuevo film al septuagenario Jorge Mario, odontólogo de profesión en Entre Ríos, pero entusiasta superochista, obsesivo cinéfilo (hilarantes sus métodos de archivo), conductor de un longevo programa radial dedicado al séptimo arte, fundador de un grupo de boy scouts, campeón de tiro, filatelista y coleccionista de muchos otros tipos de objetos. Entre todas sus reliquias, el multifacético personaje guarda una muy especial: una copia de su western Winchester Martin, que tuvo dos versiones y podría tener una tercera. El protagonista -que por momentos recuerda al Daniel Burmeister de El ambulante- tiene muchos atractivos como para generar empatía del espectador, aunque para mi gusto Frenkel -que hace gala nuevamente de sus múltiples ideas narrativas y visuales- resulta demasiado condescendiente con su criatura, incluso ante cierto patetismo de sus actividades y pensamientos. Igual, se trata de un retrato humano lleno de simpatía y con no pocos hallazgos.

 

-Un mundo misterioso (107'), de Rodrigo Moreno.

El director de El custodio construyó una comedia asordinada, que describe las desventuras de Boris (Esteban Bigliardi), un joven al que su pareja, Ana (Cecilia Rainero), le pide “un tiempo” para pensar si quiere continuar con una relación que siente demasiado previsible, sin riesgo. El protagonista (un típico antihéroe) entrará en un estado de confusión que lo hará vagar sin rumbo fijo. En su viaje (tanto interior como exterior), Boris se irá a vivir a un decadente hotel de dos estrellas, adquirirá un viejo auto rumano con el que deberá atravesar una tormenta eléctrica, visitará bares y librerías de usados, seguirá a mujeres por la calle, tendrá algún romance fugaz, irá a fiestas y al casino, viajará sin suerte a Colonia y terminará cenando con un mecánico en la noche de Año Nuevo. Con un humor negro que por momentos remite al absurdo del cine del finlandés Aki Kaurismäki, del estadounidense Jim Jarmusch o del argentino Martín Rejtman, Moreno se arriesga con un film libre hasta lo anárquico y bastante desconcertante por sus bruscos cambios de situaciones, de tono, y de personajes secundarios. Bigliardi, actor-fetiche de la nueva generación del cine nacional, resulta el intérprete ideal para el atribulado Boris, mientras que en el terreno visual se destaca la fotografía de Gustavo Biazzi en el poco utilizado (en cine) formato casi cuadrado (1:1,33).

 

-Novias - Madrinas - 15 años (60’), de Diego Levy y Pablo Levy.

Los hermanos Levy filman la cotidianeidad de la sedería del Once que desde hace décadas maneja su padre. Con testimonios a cámara (fija) tanto del patrón -de fuerte carácter- como de los viejos empleados (todos personajes bien porteños, con facetas hilarantes, al borde del patetismo, pero finalmente bastante queribles), y con imágenes que muestran la relación que establecen con los muy diversos clientes que llegan en busca de telas para sus vestidos de fiesta, el dúo construye una pequeña y simpática película, de esas que se ven con agrado y no tienen pretensiones de trascendencia.

 

-La carrera del animal (73’), de Nicolás Grosso.

De la FUC han salido todo tipo de directores y películas (una de las últimas, ligada al cine de género, es Fase 7), pero hay una suerte de marca, de escuela, que podría englobar a las películas de Matías Piñeiro, Alejo Moguillansky, Manuel Ferrari, etc. En esa linea neo-nouvelle-vague, cuyo referente a nivel padrinazgo podría ser Rafael Filippelli- se inscribe este debut de Grosso, con un film en blanco y negro con aires de experimentación godardiana. Un padre ausente, dos hijos desorientados, una fábrica con 282 empleados a punto de cerrar, crecientes presiones de los trabajadores que pretenden llegar a la autogestión... De eso se trata La carrera del animal, un film que -más allá de sus desniveles actorales y de ciertos diálogos altisonantes y artificiosos- consigue imágenes, climas, situaciones inquietantes, de gran tensión y con un sesgo casi fantasmagórico. Otro joven director a tener en cuenta.

 

-La pileta (63’), de Matías Bringeri.

En su ópera prima, este joven actor de cine y teatro describe las vivencias de tres obsesivos cultores del modelismo naval, que se reúnen en una fuente (la pileta del título) de una plaza porteña para hacer navegar por las sucias aguas del lugar a sus barcos en escala. El problema es que estos personajes no resultan demasiado atractivos (más allá de su veta algo freak) y los intentos de Bringeri por oponer la pasividad de ese hobby con la energía del boxeo tampoco hacen crecer demasiado el relato. Así, sólo algunos pocos momentos simpáticos u observaciones punzantes surgen en medio de una narración bastante anodina.DB


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COMENTARIOS

  • 16/04/2011 10:53

    No vi todas como Diego asi que no puedo opinar con tanta certeza como él, pero creo que El estudiante es la Historias extraordinarias o Los labios de este año. Que haya estado en competencia internaciona y no en la nacional es un detalle. Lo importante es que hubo un gran descubrimiento argentino este año.

  • 15/04/2011 17:48

    el tema es que con los peronchos uno está acostumbrado al manejo discrecional de la caja, pero con los PRO bafici es algo que era impensado...<br /> una verguenza bafici...

  • 15/04/2011 11:38

    ¿Qué pasó con el foro de lectores?!!! No me digan que llegó la censura a Otros Cines!!!!

  • 15/04/2011 11:01

    La regla, que es para las peliculas argentinas en CUALQUIER SECCION, está publicada en la página web y en boletin oficial de la CABA por lo que es legislacion vigente que los funcionarios publicos a cargo del Festival del Estado porteño deberían cumplir y haer cumplir. La regla puede ser buena o mala, según como se quiera ver, y marca muy diferentes perfiles de festival. Uno es con películas nuevas, quizás más chicas y otro que incluye las de cannes o berlin. Es una decisión, valida en cualquier caso. Lo que no corresponde bajo ningún punto de vista es la falta de reglas claras y funcionarios que se arrogan atribuciones que no tienen. Además, me pregunto, la excepción a la regla valdrá también para películas que estuvieron en MDP o en Pirápolis???? Lo de primeras y segundas películas es solo válido para competencia internacional. Igual ha habido escándalos MUCHO peores en el Bafici... Saludos.

  • 14/04/2011 21:50

    Javier: creo que esa regla es para la Competencia Internacional nomás.

  • 14/04/2011 12:39

    no solo la de andrizzi la de moreno también

  • 14/04/2011 12:20

    Otra parte del reglamento: hasta donde yo sabia, en el Bafici solo podian participar primeras o segundas películas. De eso ya se "olvidaron" hace rato, no?

  • 13/04/2011 12:34

    Koko tiene razon; la pelicula de Andrizzi deberia estar inhabilitada para participar en la Competencia Nacional.

  • 12/04/2011 8:54

    estaba por ir a ver una peli al bafici, pero no fui... me colgué mas de 2hs mirando por la ventana de casa... está buenísima!!!... pasan un montón de cosas!!!<br /> salud!

  • 11/04/2011 16:09

    es increíble que las reglas no sean para todos las mismas, o que bafici decide cundo esas reglas se rompen a discreción... hay películas Argentinas que están en competencia y no son premier mundial como piden las reglas, recordemos que en esa categoría hay premios en efectivo y que el presupuesto del festival como también el sueldo de todos los que participan proviene del estado, es decir de todos nosotros, o sea que romper las reglas establecidas es realmente grave

  • 11/04/2011 13:43

    Por qué en el bafici compiten películas argentinas que por reglamento NO pueden competir o sea aquellas para las que el bafici no es la premiere internacional. Esta es prácticamente la única regla que tiene dicho "reglamento" ..... bafici, otra vez sopa

  • 10/04/2011 18:36

    Ayer vi la de Rodrigo Moreno. No me gusto. Me pareció una película superficial, con pretensiones de profundidad que en muy pocos casos se logra. El código de actuación me pareció insoportable. Esos personajes que usan el mismo tono neutro indistintamente para decir "te amo" o "te odio", sumado al que recibe el comentario con el mismo gesto neutro, sin sabor a nada... Me quedo con Attenberg (griega, de la selección internacional) que usa un código de actuación mas teatral por ej, pero lo usa a fondo y logra crear una poética.<br /> En la de Moreno las actuaciones resultan casi siempre inverosímiles, aburridas, sin matices.<br /> Por otro lado, el director trabaja con planos extensos que no creo que cuentan tanto como pretenden, con objetos o miradas o personajes vacíos, sin mucho para decir.<br /> Me pareció una película sí, libre desde muchos aspectos, pero por momentos puramente formal.

  • 10/04/2011 9:45

    Me gustó mucho la de Rodrigo Moreno, incluso en su estructura algo caótica, anárquica, en sus cambios de rumbos y de climas. Es una película libre, desprejuiciada, muy personal, distinta a todas. Me gusta -como dijo en las entrevistas- que un director más consagrado siga compitiendo con otros más jovenes en el BAFICI, más allá que estuvo en Berlín. Felicitaciones a Rodrigo, con El custodio y esta ya tiene dos grandes pelis.

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