Críticas
El hilo rojo, de Daniela Goggi
Infielmente tuya
Tras el éxito de crítica y público de Abzurdah, la directora y la protagonista de aquel film se reunen para un drama romántico que queda bastante lejos de su predecesora. Más allá de los condimentos extracinematográficos que ocuparon tanto espacio en la prensa del corazón, esta película sobre la pasión, la infidelidad, la culpa y la mentira resulta -en medio de su prolijidad formal- un estudio bastante obvio, torpe y banal sobre el amor y las segundas oportunidades.
El hilo rojo (Argentina/2016). Dirección: Daniela Goggi. Elenco: Eugenia Suárez, Benjamín Vicuña, Hugo Silva y Guillermina Valdés. Guión: Daniela Goggi, Milagros Roque Pitt y Alejandro Montiel. Fotografía: Sol Lopatin. Edición: Alberto Ponce. Dirección de arte: Graciela Oderigo. Distribuidora: Buena Vista International. Duración: 100 minutos.
En El hilo rojo hay todo tipo de productos de Apple y múltiples nexos con servicios de Aerolíneas Argentinas (dos ejemplo contundentes de product placement), hay varios personajes con tatuajes, se usa (dos veces) un tema de Amy Winehouse, los personajes son enólogos, azafatas, estrellas de rock y fotógrafos, se chatea y se usa mucho Instagram, pero la sensación permanente cuando se está viendo El hilo rojo es que se trata de una película vieja, que atrasa bastante en el contexto actual del cine industrial / comercial argentino. Y digo vieja y no clásica (pese a sus explícitas referencias a Casablanca) porque -más allá de su incuestionable prolijidad- la película no funciona ni siquiera en los términos básicos: trama, estructura dramática, construcción de personajes, diálogos... Ni que hablar de cierta lógica o credibilidad.
Cuesta entender cómo una directora que venía de realizar una valiosa película como Abzurdah, rodó este film cuya única justificación parece ser la del “gancho” de ver a la mediática pareja de la vida real en pantalla. Es que todo aquí es tan inverosímil, caprichoso y por momentos ridículo que sólo queda espacio para el morbo por los asuntos de público dominio (incluso para alguien que como yo que no consume los programas ni los sitios de chimentos). En ese sentido, hay que indicar que las escenas eróticas son bastante “subidas de tono” para los estándares del cine comercial local y que la China Suárez es de una belleza que encandila y que sostiene cualquier plano (y en cualquier situación). Sólo hay que indicarle a la diva que no hace falta que tenga triple capa de maquillaje cuando su personaje recién se levanta de la cama. No puede decirse lo mismo respecto del carisma de Benjamín Vicuña, un actor sin brillo, aunque aquí haga de un tipo ordinario en circunstanacias extraordinarias.
Tras un breve prólogo que transcurre en 2007, en el que el enólogo Manuel (Vicuña) conoce a la azafata Abril (Suárez) y su apasionado primer encuentro se interrumpe de forma abrupta, la acción salta hasta la actualidad. Ella ahora está casada con Bruno (el español Hugo Silva), un astro musical, y él con Laura (Guillermina Valdés), una exitosa fotógrafa. Ambos, además de parejas y carreras, son padres y no están precisamente preparados para el fogoso romance cuando inevitablemente se reencuentren (en un hotel de lujo en la paradisíaca Cartagena de Indias para más datos). Cualquier parecido con la realidad, por supuesto, es mera coincidencia.
Tras ese planteo -que ya de por sí no era particularmente inspirado-, la película abordará de la manera más obvia, superficial y torpe que pueda imaginarse cuestiones como la infidelidad, la culpa y la mentira. Una (no) película que, lamentablemente, tiene muchos más condimentos extracinematográficos que artísticos.
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Creo que me entusiasme y espere con ansias esta película. Pero sentí que en la escena que la anciana nombra El hilo rojo fue sólo para justificar el título. Sin mencionar el final desabrido y poco emocionante.
Cuando terminè de ver Absurdah el año pasado vaticine a la dupla directora e interprete un futuro muy prometedor. Pero parece que aqui el hilo rojo resultò ser un piolìn colorado - ya que estamos en metáforas- No bastò una idea original màs un relato de una escritora más tres guionistas, para evitar que la ficción no pueda superar a la real realidad. Esta especie de exaltaciòn de la infidelidad -que por otra parte sucede todos los dias y en las mejores familias- se quedó en un melodrama romántico de bajo rango creativo. Paisajes y entornos bellos y envidiables, seductores probados y también envidiables y la presencia de lluvias torrenciales para acentuar las congojas y que permiten además fumar un cigarrillo tranquilamente bajo el chubasco, les faltó no obstante, algo imprescindible: el aroma de una pasiòn genuina. Todo parece una producciòn de diseño muy calculado para reunir voluntades masivas de seguidores de pitorreos mediàticos, pero ojo...la realidad tiene mejores guionistas. Si la salud de nuestra sociedad permite que salgan proyectos intelectual y emocionalmente más jugados y honestos seguiré confiando en la dupla......que el piolín se convierta nuevamente en un hilo fuerte...y si es rojo mejor.
Diego, supongo que compartis que el tiempo, es lo mas valioso que tenemos. Lamento que hayas perdido dos horas del tuyo para ver esta bazofia, con pseudo actores, y con las peores intenciones. Lamento que exista gente que gaste plata en realizar estos adefesios con la peor lacra de la tele y con no actores. Mi repudio.
Leyendo la crítica parece que la calificación es una o media estrellita. ¿Por qué dos entonces? ¿Uno por cada atributo de la China?
Por lo que veo, me parece que pueden resultar nàs interesantes los informes de Luis Ventura sobre estos intèrpretes que este costoso film... de todos modos irè a verlo.