Columnistas
Los desafíos del BAFICI
Por Diego Batlle
El nuevo director artístico del festival, Javier Porta Fouz, enfrenta un panorama lleno de cambios, retos y posibilidades.
El BAFICI nació en 1999 y en pocos días más celebrará su 18ª edición. Por la dirección artística pasaron Andrés Di Tella, Quintín, Fernando Martín Peña, Sergio Wolf y Marcelo Panozzo. Ahora se suma a la lista otro crítico, Javier Porta Fouz.
La gestión de Porta Fouz es, a la vez, una continuidad (trabaja en el festival desde 2001), pero también una posibilidad de empezar a recuperar parte del terreno perdido en los últimos años.
Como asiduo concurrente al (y defensor del) BAFICI en todas sus ediciones, paso a enumerar algunas cuestiones que me parecen pertinentes a la hora de (re)pensar el festival: su historia y, sobre todo, su presente y su futuro.
-Presupuesto. El BAFICI pasó de ser la estrella cultural de la ciudad a ser uno más de los múltiples festivales que organiza el área de cultura (jazz, tango, circo, teatro, danza, etc.). Sus carencias (o limitaciones) presupuestarias se notaron sobre todo en las últimas ediciones, ya que ni siquiera se actualizaron sus fondos en relación con las devaluaciones (muchos de sus costos son en dólares) ni con la galopante inflación.
-Apoyos. El festival nunca consiguió un sponsoreo privado acorde a su importancia y masividad. Sé de los múltiples esfuerzos que se hicieron al respecto y algunas empresas terminaron apostando tímidamente, pero el BAFICI siempre dependió en buena medida del dinero del gobierno porteño y para el macrismo está claro que dejó de ser una prioridad. La muestra tampoco gozó del apoyo del INCAA, que desde siempre aportó montos mínimos (mucho menos que, por ejemplo, para Pantalla Pinamar) porque lo consideraba alejado de “la industria” y casi siempre los distintos funcionarios eran de signos políticos opuestos. Porta Fouz tiene ahora la posibilidad de encontrar mejores vías de comunicación con la gestión de Alejandro Cacetta.
-Influencia internacional. El BAFICI surgió en paralelo con la explosión del Nuevo Cine Argentino y durante sus primeras ediciones sirvió como principal plataforma de lanzamiento hacia el exterior. En los últimos tiempos ese lugar se fue perdiendo. Los programadores de los principales festivales dejaron de venir o cada vez fueron eligiendo menos películas del BAFICI. Basta con analizar la enorme cantidad de películas que se dieron en el festival porteño en los últimos años y el escaso recorrido que la mayoría de ellas luego tuvo en el exterior.
-Relación con el cine argentino. El BAFICI era la prioridad de todo realizador joven. Pasar por allí era la gran carta de presentación y poco menos que la consagración para un cortometrajista o un operaprimista. Hoy muchos directores prefieren arrancar por otros festivales nacionales e internacionales. Incluso varios films argentinos premiados en el BAFICI no se han estrenado o se han lanzado con grandes demoras y en condiciones más que precarias. Ni siquiera las salas de El Cultural San Martín, que en principio iban a estar dedicadas a sostener la línea del BAFICI durante el resto del año, funcionaron en ese sentido. El cine del festival se ve durante esas casi dos semanas, pero -con muy pocas excepciones- está ausente el resto del año.
-Programación. La decisión de los organizadores de no pagar screening-fees (montos que cobran productores o agentes de venta por cada proyección de una película) o, en el mejor de los casos, de abonar cifras bajas para los actuales parámetros internacionales hace que el festival haya perdido varios de los títulos más fuertes de los últimos años en detrimento, por ejemplo, de Mar del Plata, que sí contó con los recursos para asegurarse los “tanques” festivaleros. Así, en las últimas ediciones del BAFICI se notó bastante “relleno”, películas regulares o buenas que “engordaban” la grilla hasta llegar a los 400 títulos que sí o sí debían conseguirse. Está claro que uno de los fuertes de la muestra es su diversidad (la posibilidad de que cada segmento de público arme “su” festival) y su capacidad de descubrimiento, pero con pocos recursos es más difícil conseguir las películas más notables que, se sabe, además no abundan.
-Invitados. El BAFICI tiene cada año decenas de invitados nacionales y extranjeros, muchos de ellos valiosos. Sin embargo, por falta de dinero, de contactos o por la dificultad que siempre implica convencer a una figura de que viaje hasta la Argentina, no ha tenido en estos 17 años tantas “estrellas” del cine de autor como hubiese merecido (hablo de un David Lynch, un Brian De Palma, un Jim Jarmusch). Cuando en 2013 se cayó a último momento la visita del maestro coreano Hong Sang-soo la edición quedó “renga” porque no había un Plan B u otra visita de semejante fuste. Así, muchas veces el BAFICI depende de que algún organismo extranjero “aporte” una figura, como ocurrió el año pasado con Isabelle Huppert. Podrán responderme que vinieron decenas, centenares de nuevos y no tan nuevos cineastas, y es cierto, pero todavía recuerdo la bienvenida locura que generó en su momento la llegada casual (vino de sorpresa para acompañar a su hija Sofia) de Francis Ford Coppola. No es la cuestión central, pero las presencias “mediáticas” ayudan a posicionar a cualquier festival, incluso a uno independiente como el BAFICI.
Algunos lectores verán esta columna como un cuestionamiento a la actualidad del BAFICI y no es así. El festival ya tiene su tradición, su perfil, su público fiel, su lugar en la ciudad y en el mundo. Es, para mucha gente, un ámbito de referencia. Pero no está mal, sobre todo cuando se inicia una nueva etapa, marcar ciertas carencias, ciertos aspectos que pueden estar en crisis (o simplemente mejorarse). Un festival, se sabe, es algo dinámico, en permanente mutación (como el propio cine). El BAFICI, por lo tanto, no puede (no debe) dormirse en sus laureles.
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Puede sonar demasiado light o etereo, pero el cambio de sede creo que también le jugo en contra
Vale mencionarse el amiguismo que existe (y es innegable) dentro del BAFICI en materia de largo/medio/cortometrajes nacionales deben estar y cuales no. La mayoria de ellos son de egresados de la Universidad del Cine, en un festival que se acerca mucho mas a esta escuela que a la ENERC o a Diseño de imagen y sonido de la UBA.
Totalmente de acuerdo, ya sea por cuestiones presupuestarias o de organización el Bafici ha perdido el nivel que tenía antes. Espero poder verlo otra vez en todo su esplendor, como fanatica baficiana que soy.
¿El Bafici en el Gaumont? Excelente. Que las películas independientes se busquen otra sala. Entre "me casé con un boludo" y demás éxitos de taquilla, no se puede pretender que películas que no son producidas por los canales de TV, Polka y Patagonik, accedan al público. Que esperen. No deben ser muy buenas si no entraron al Bafici o no consiguieron producción de la buena. Ya le darán después una pasada a las 2 de la tarde, tres veces por semana, aunque llenen o cumplan la media de continuidad. Es al pedo decir: estamos conversando con todos los sectores para encontrar una solución para el problema de la exhibición del cine argentino. INCAA TV que pasa cine extranjero, idem la TV pública. Y ni hablar de como programan el resto de los Espacios INCAA.
No hay que ignorar el Bafici, es un espacio que se ganó gracias al impulso de gente bien creativa. Caso de Di Tella, Quintín, Peña y otros muchos que aportaron. Pero esta última camada son sanguijuelas que buscan pequeños espacios de poder. Los casos más notables son el heladero Fouz, Gayo y Violeta Bava (caso de estudio que debería darse en las universidades de cine)
Lo único que lamento es que en los ultimos años los grandes títulos festivaleros, por una cuestión de calendario y fondos, van a parar al prestigioso Festival de Mar del Plata. Me gustaría ver algunos de los grandes films que solo se vieron en esa pantalla en el BAFICI. Pero me temo que eso no va a pasar y tendremos que conformarnos con la aparición de algunos torrents...
Programadores y Críticos: seres vivos que viven y se nutren de otro, sin aportarle ningun beneficio y que suelen causarle algún daño o enfermedad.
Mariano Benito, ¿vos decís en 2007 cuando era director artístico Fernando Martín Peña, el mismo director artístico de Mar del Plata?
Porta Fouz de director artístico del festival... Qué chiste. Él muestra la peor cara de la crítica cinematográfica, nada más que un filistino resentido. Muy de acuerdo con Guillermo en sus menciones de Oubiña, Koza y Bernini, hubiesen sido muy interesantes y capaces directores para el festival. Bueno... Una buena razón para ignorar el BAFICI este año.
Creo que era la oportunidad para darle el festival a críticos o programadores en serio, no a serviles de medio pelo. Por ejemplo Roger Koza, Emilio Bernini, Oubiña hubiesen sido una buena opción.
Enhorabuena. No te disculpes Diego. Por supuesto que estas cuestionando y no entiendo como dejamos pasar estos años sin hacerlo. Desde que el BAFICI se fue del Abasto dejó de ser el festival que tanto queríamos. Lo descuidamos y por ahora está perdido.
a) godarista: sobre tu ìtem 1, "debe sostenerse esté quien esté en el gobierno de la ciudad y del país" -de acuerdo. pero si el ejecutivo nacional debe sostenerlo, estaràs tambièn de acuerdo con que se lo sienta en provincias, DE TODOS LOS ARGENTINOS... yes?... y tu ìtem 3 -de acuerdo totalmente-
En la edición del 2007, los cortos que prologaban cada función, daban una clara idea de cierto tipo de exclusión; todos cerraban con la frase: "si no es para vos, no es para vos". Hay que ver ahí, una razón de entre varias, de por que ha perdido fuerza el festival. Tanta soberbia, sumada a otras razones, algunas explicativas en esta nota, pueden generar ese rechazo que es bien evidente. Faltó decir que en los últimos 6 años, Mar del Plata le ha pasado el trapo al Bafici; un dato no menor. link del corto de los superiores: https://www.youtube.com/watch?v=GQybBZfebtk
Dicen que la película preferida de Porta Fouz es Hechizo del tiempo, ojalá la pase como película de apertura... hay que ser comercial, se viene el Bazofi
Portafouzzzzzzzz nooooooooooooooooo por favor!! ya arruinó mi revista preferidaaaaa, que no corrompa el Bafici!!
Coincido con Tru, basta de Quintines, Portafouz y demas amigotes, que no tienen espalda para un festival tan grande como el querido Bafici. Su fortuna fue ser servil todos estos años. Y que se investigue al marido de Flavia!
Antonio Prieto: es buena idea que pongan a una mujer directora mientras no sea Flavia. Ya bastante tuvimos con su marido que usaba fondos públicos para beneficiar un emprendimiento privado (el MARFICI). Confesión que el mismo dijo en el diario La Nación. Si Argentina fuese Suiza todavía estaría tras las rejas.
1- El festival debe sostenerse esté quien esté en el gobierno de la ciudad y del país. Su valor artístico es indiscutible y es patrimonio de todos los porteños 2- Hay que exigirle cada vez más, no cada vez menos. No hay que ser condescendiente y conformarse. En una ciudad rica como CABA el gobierno debe darle los recursos necesarios y lógicos, no una migaja. 3- Creo que, si bien no es la prioridad tener películas de autores consagrados, el Bafici podría hacer un esfuerzo para regalarnos los films más premiados en Cannes, Berlín y Venecia. Se puede ahorrar en otras cosas, lo sabemos Buen texto para alimentar la discusión sana y necesaria, sin las habituales chicanas políticas que desvían y embarran el debate
Es lamentable, que tan hermoso festival, este en manos de estos especimenes anticulturales del PRO. Y ademas, de un comercialucho critico de poca monta como Porta Fouz. Teniendo tantos valores 100 veces mejores que PF, que solo esta por ser amigo amarillo. ¿Y una mujer, para cuando? ¿No hay cinefilas, directoras, o simples paladares cinéfilos femeninos que puedan dirigir este festival? Por suerte, la produccion mundial de cine es siempre buena, y llegan films valiosos. Qué triste que estos administradores manejen uno de los eventos culturales mas importantes de Buenos Aires. Deplorable.
Comparto varios aspectos de tu columna, pero tampoco se le puede pedir a un festival que mantenga su capacidad de sorpresa y de reinventarse tanto tras 18 años. El BAFICI ya es mayor de edad y, como tal, tiene a ser más conservador de lo irreverente que fue en un principio. Y no está mal. Nos pasa a todos en la vida. Tenemos un momento de audacia, riesgo y rebeldía, y luego nos aburguesamos un poco. El BAFICI pasó de ser un festival de vanguardia a un buen festival de consumo local y latinoamericano. No es poco, pero su momento de oro ya pasó. Saludos