Críticas
Wolverine: Inmortal, de James Mangold
Marvel en versión unplugged
Luego de "reiniciar" la saga de los mutantes con X-Men: Primera Generación y antes del regreso grupal previsto para dentro de exactamente un año con X-Men: Days of Future Past, otra vez de la mano de Bryan Singer, Fox y Marvel recuperan el comic A Ronin's Story (1982), de Chris Claremont y Frank Miller, ambientado en Tokio, y construyen una película que tiene bastante más de artes marciales, yakuzas y existencialismo, que de la habitual espectacularidad a base de efectos visuales. No es un film revolucionario (ni siquiera del todo redondo), pero surge como una bienvenida rareza.
Wolverine: Inmortal (Estados Unidos/2013). Dirección: James Mangold. Con Hugh Jackman, Hiroyuki Sanada, Tao Okamoto, Rila Fukushima, Famke Janssen, Will Yun Lee, Svetlana Khodchenkova y Haruhiko Yamanouchi. Guión: Mark Bomback y Scott Frank. Fotografía: Ross Emery. Música: Marco Beltrami. Edición: Michael McCusker. Diseño de producción: Francois Audouy. Distribuidora: Fox. Duración: 126 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas. Copias: 209 (85 en 35mm, 113 digitales 3D y 11 digitales 2D).
Con la excepción de Robert Downey Jr. como Tony Stark/Iron Man, nadie ha estado tanto en pantalla en el papel de un personaje de Marvel como Hugh Jackman. Mientras se espera el regreso de los X-Men para el año próximo con Days of Future Past, el personaje de Logan /Wolverine tiene un nuevo film en solitario que -sin ser una maravilla- constituye una suerte de revancha y de reivindicación frente a la decepcionante X-Men Orígenes - Wolverine (2009).
El director James Mangold, un sólido artesano de la industria que ha realizado dignos films como Tierra de policías, Johnny & June: Pasión y locura; El tren de las 3:10 a Yuma y Encuentro explosivo, prescinde bastante de las explosiones y de la habitual ametralladora de efectos visuales para narrar una película “japonesa” en muchos sentidos. Más allá de haber citado al cine de Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu como fuentes de inspiración y de estar casi íntegramente ambientada en Tokio, Nagasaki y alrededores, Wolverine: Inmortal tiene más de ninjas, samuráis y yakuzas, de artes marciales, de mitología y rituales nipones, que de monstruos o acumulación de imágenes espectaculares generadas por computadora.
Tras un prólogo que transcurre justo cuando la bomba atómica explota en Nagasaki, el film salta a la actualidad. Vemos que Logan se ha convertido en un alma en pena, una suerte de vagabundo de aspecto descuidado que reniega por completo de su pasado (“Un Ronin sin amo”, lo definirán más tarde). Mientras se pelea con unos cazadores en un bar de pueblo, aparece en escena una extrañísima joven llamada Yukio (Rila Fukushima), que lo convence de viajar a Tokio para ver a un anciano moribundo, a quien conoció durante la Segunda Guerra Mundial y que ahora es el empresario más poderoso de Japón.
Ya en su nuevo destino, Logan descubrirá que las cosas no son tan sencillas como parecían y quedará en medio de una lucha entre gánsteres, con políticos e industriales involucrados, y, por supuesto, con una despiadada mutante como rival: Viper (Svetlana Khodchenkova). Pero el motivo principal para volver a las fuentes de Wolverine será, claro, el amor, ya que mientras tiene que cuidar a Mariko (Tao Okamoto), joven y bella heredera del imperio de su abuelo, se irá enamorando de ella.
Basado en el cómic A Ronin's Story (1982), de Chris Claremont y Frank Miller, Wolverine: Inmortal trabaja una veta existencialista (que tiene que ver con la “condena” de la inmortalidad a la que alude el título), pero que está lejos de la complejidad y las ambiciones de, por ejemplo las Batman, de Christopher Nolan. Más allá de sus picos de solemnidad y de humor, las comparaciones van por el lado del cine de yakuzas de Takeshi Kitano, de la saga de Kill Bill (aunque le falta más desparpajo, estilización y referencias pop para “dialogar” con Quentin Tarantino) y de una tensión que remite al William Friedkin de Contacto en Francia (hay excelentes escenas en un funeral y sobre un tren bala).
Jackman convence tanto en las peleas cuerpo a cuerpo (incluso cuando debe enfrentar a un gigantesco samurái plateado) como cuando tiene que sostener las escenas dramáticas (que no son particularmente inspiradas). Tampoco se destaca demasiado el trabajo con el 3D, a todas luces innecesario y hasta distractivo. No estamos, por lo tanto, ante una película revolucionaria (ni siquiera del todo redonda), pero que sí surge como una bienvenida rareza dentro del universo Marvel.
Nota: Fiel al espíritu de las películas de superhéroes, tras los créditos finales hay una larga (y buena) escena sobre... el inminente regreso de los X-Men. Los fans de la saga quedan avisados para no abandonar raudamente la sala.
(Esta crítica fue publicada con algunos cambios en el diario La Nación del 25/7/2013)
Tweets publicados previamente como adelanto de la crítica:
Me sorprendió gratamente WOLVERINE INMORTAL. James Mangold opta por las artes marciales (transcurre en Japón) con pocas CGI. Un acierto
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
Le falta un poco más de humor y estilización, pero WOLVERINE: INMORTAL es más Kill Bill, de Tarantino, y yakuzas de Kitano que otra X-MEN
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
Sólido Hugh Jackman en WOLVERINE: INMORTAL. Se banca bien las peleas cuerpo a cuerpo y la veta existencialista que es el eje de la historia
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
Varios críticos ingleses y estadounidenses hablan de "falta de ambiciones" a-la-Nolan en WOLVERINE: INMORTAL. Creo que es uno de sus logros
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
En el marco de un Hollywood que apela con desesperación al 3D, en WOLVERINE INMORTAL es totalmente innecesario. Distrae más de lo que aporta
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
Fiel al espíritu Marvel, tras los créditos finales de WOLVERINE: INMORTAL hay una larga (y buena) escena sobre... el regreso de los X-MEN
— Diego Batlle (@dmbatlle) July 23, 2013
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<p>¡Buenisima! Es una pelicula casi japonesa, que privilegia la acción y la construcción del personaje antes que el uso de efectos y la aparición de mutantes innecesarios. La acción esta mucho mejor repartida que en Superman, donde por momentos se hacía lenta. Muy buena.</p>
<p>Finalmente a Diego le gustó una de X-MEN, está noche llueve, jajaja, fuera del chiste la verdad que me parece un acierto (por lo que vengo leyendo en críticas de distintos sitios) que hayan hecho una peli de Wolverine más de acción que de efectos especiales. Me gustan todas las X-men, menos la de Wolverine que me pareció innesesaria porque contaba algo ya visto. Espero ansioso el jueves para ver esta. Saludos</p>
<p>Ja, con la de Antes de la medianoche y esta ya se está haciendo clásico el nuevo género CRITICAS EN VARIOS TWEETS. Nos sirve de anticipo mientras esperamos la crítica... ¿TRADICIONAL?</p>