Críticas
La felicidad trae suerte, de Mike Leigh
Optimismo a prueba de cínicos
El director de Secretos y mentiras, Todo o nada y El secreto de Vera Drake regresa a la cartelera argentina con otra reivindicación de sus héroes anónimos de la clase trabajadora. En este caso, describe las vivencias de una maestra de escuela primaria dueña de un entusiasmo desbordante (la multipremiada Sally Hawkins) y la relación que establece con su irascible instructor de manejo.
La felicidad trae suerte (Happy-Go-Lucky, Gran Bretaña/2008). Guión y dirección: Mike Leigh. Con Sally Hawkins, Eddie Marsan, Alexis Zegerman, Sylvestra Le Touzel, Stanley Townsend y Kate O’Flynn. Fotografía Dick Pope. Música: Gary Yershon Edición: Jim Clark. Diseño de producción: Mark Tildesley. Distribuidora: SP Films. Duración: 118 minutos. Salas: 16. Apta para mayores de 13 años. Esta comedia costrumbrista retrata de manera ligera y sensible a la vez las experiencias laborales y afectivas de Poppy (Sally Hawkins), una maestra de jardín de infantes treintañera con un optimismo a prueba de todos los males de este mundo (casi al borde de la negación) que, a pesar de todos sus contratiempos, mantiene su sonrisa, su inocencia y su sinceridad siempre a flor de piel.
Esta nueva heroína del director de Naked, Secretos y mentiras, Simplemente amigas, Todo o nada y El secreto de Vera Drake se sobrepondrá al escepticismo militante de su compañera de cuarto (Alexis Zegerman) y a la neurosis de su obsesivo profesor de manejo (Eddie Marsan) como para ofrecer unas cuantas lecciones de vida.
Leigh es un experto a la hora de exaltar a los personajes (preferentemente femeninos) de clase trabajadora que sobrellevan con gran dignidad sus limitaciones y carencias. A esta altura, sabe qué cuerda tocar en cada instante, aunque por momentos también deja una sensación de déjà vu.
El humor británico no es mi fuerte (muchas veces me quedo fuera de los juegos lingüísticos, de las referencias culturales y de esa ironía que por momentos puede resultar vulgar y en otros, hasta sofisticada) y, quizás por eso, no terminé de disfrutar en toda su dimensión una película que, cuando la vi con público, logró que la platea estallara todo el tiempo en carcajadas y que, a la hora de analizar los comentarios de la inmensa mayoría de mis colegas más prestigiosos, recibió elogios que a mí me resultaron un poco excesivos.
Más allá de cierta irritación que me generó esa máquina de reir, de hablar (y de hacer el ridículo) que compone Hawkins (ganadora del premio a la mejor actriz en Berlín, del Globo de Oro y de decenas de otros galardones por este trabajo), admito que Leigh es un verdadero maestro en lo que hace y que La felicidad trae suerte fluye con la misma alegría y liviandad de sus personaje protagónico. Veremos si es capaz de contagiar esos sentimientos, esos estímulos positivos, a un público argentino que siempre parece necesitado de este tipo de propuestas. Un film -cabe aclarar- no apto para espíritus cínicos.
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Excelente!!!
Jaja... Si nos vamos a poner en puristas, a Martín devuélvanle la tecla del PUNTO!
No comparto para nada el comentario de Ignacio, es una película fantástica. Claro que si te gustan las pochocleras dificilmente puedas entenderla o disfrutarla. Hace rato que no se ve tan buen cine en cartel, la ví en una privada de prensa y todo el mundo salió encantado.
A mí no me gustó para nada. La pasé muy mal viéndola. Y el personaje de Poppy es uno de los más irritantes que yo recuerde. La odié profundamente.
Che devuélvanle la tecla de acento a Rodolfo! (va con onda amigo, pero revise lo que escribe que queda más lindo) Espero ansioso por ver la peli
Vi la pelicula en una funcion de prensa, y tengo que admitir que hacia bastante no veia una funcion de en la que un 90% de los criticos reia tanto y salia tan satisfecha. Esta bien, gustos son gustos, pero para mi no hay liviandad ni superficialidad en los personajes, al contrario, me parece que estan construidos sobre bases muy solidas, que las intenciones de Leigh no son la de crear una comedia simpatica, sino un simpatico drama existencialista (no la veo para nada como una comedia) sobre tratar de perpetuar la felicidad. O sea, trata de hacer una pelicula acerca de un tema abstracto de la felicidad, tomando dos polos extremadamente opuesto. Estereotipada a nivel superficial, pero con un pasado tragico detras, que ambos, a su manera tratan de esconder, y que las espectaculares interpretaciones de Hawkins y Marsan aportan mayor realismo y profundidad de lo que aparentan, pienso que al llevar al extremos sus personajes provocan cierta irritacion, que pienso es parte de la intencion de Leigh. Realmente supero mis expectativas. La estetica parece costumbrista, pero cada plano, cada vestuario, decorado e inclusive fotografia es impecable, como las mejores peliculas de Almodovar, en donde la estetica esta a la altura y no sobre la pelicula (como pasa en las ultimas). Deja de lado el mensaje moralista tradicional, optimista, inspirador o didactico de las peliculas clasicas estadounidenses (de Capra a Shadyac o Colombus), Leigh es sutil, romantico pero no meloso. Es verdad, que puede parecer cursi, pero creo que el final demuestra que la meta de la protagonista, no es modificar en si a los otros personajes como aparenta ser, sino seguir siendo ella misma, mas alla de las adversidades negativas que se le cruzan en el camino. Creo que la pelicula trasciende las apariencias de ser una comedia para ser un tratado sobre la felicidad. Y para que a un tipo que prefiere siempre las peliculas pesimiistas, oscuras y amargas le haya gustado tanto...<br /> <br /> Saludos