Festivales
Un festival en 9 películas
Por Beatriz Martínez, desde San Sebastián
-The Deep Blue Sea, el más reciente trabajo del británico Terence Davies con Rachel Weisz (foto), fue lo mejor de la 59ª edición de la muestra vasca. Sin embargo, la principal polémica se dio alrededor de Los pasos dobles, nuevo film del español Isaki Lacuesta que se llevó la Concha de Oro y no pocos cuestionamientos de la crítica. En esta cobertura se analizan estas dos películas y otras 7 dirigidas por Hirokazu Kore-eda, Julie Delpy, Enrique Urbizu, Sarah Polley, Benito Zambrano, Rodrigo García y Kim Ki-duk.
-Además, todos los premios oficiales y no oficiales.
-The Deep Blue Sea. Fue sin duda la obra más importante presentada en la Sección Oficial del festival. Terence Davies ejercita su magistral capacidad plástica y narrativa en esta pieza de orfebrería estilística plagada de hallazgos visuales que comienza con un impresionante prólogo en el que la cámara del cineasta se introduce de lleno en el perturbador drama romántico que va a desplegarse a continuación a través de unas imágenes cargadas de fuerza expresiva. Basada en una obra de Terence Rattigan, la película se configura como una exquisita pieza de cámara teatral, hipnótica y contenida, en la que se disecciona el destructivo poder de la pasión amorosa en el marco de la Inglaterra de posguerra. La hipocresía y los tabúes sociales así como los fantasmas y los traumas generados a causa el conflicto bélico basculan por el tejido de esta película arrolladora protagonizada por una estupenda Rachel Weisz.
-I Wish. El director japonés Hirozaku Kore-eda presentó I Wish (Milagro)', película con la que vuelve a demostrar no sólo su humanismo cinematográfico, sino también su capacidad para confeccionar ficciones alrededor de sentimientos universales tales como el dolor, el vacío y la pérdida. En esta ocasión vuelve a centrar su foco en la estructura familiar, fracturada tras el divorcio de unos padres que han decidido separar a sus dos hijos para quedarse cada uno con uno de ellos. Así, nos introduciremos en el universo bien diferenciado de los niños Koichi y Ryunosuke, en sus respectivas parcelas tanto geográficas como domésticas e íntimas, de forma que accedemos a sus anhelos y esperanzas más profundas, a sus dudas, a su confusión tras la escisión. I Wish es un estupendo relato de iniciación infantil. Quizás, el milagro al que se refiere el título tenga que ver precisamente con el misterio de crecer, de acceder a la edad adulta, de aprender a renunciar a algunas cosas y darse cuenta de las contradicciones que supone entrar en la madurez, con la capacidad de elección y renuncia que ella conlleva. Aunque no nos encontremos ante la mejor obra de su director, sin duda contiene alguno de los momentos de emoción más sincera y delicada vistas en este festival.
-Le Skylab. Una de las películas que causó mayores simpatías fue el último proyecto tras la cámara de la también actriz Julie Delpy, que comienza a cimentarse una interesante trayectoria como cineasta tras la muy reivindicable The Countness (2009). The Skylab se configura a modo de retrato generacional menos nostálgico y más crítico (y cínico) de lo que se ha comentado. Y es que detrás de esa apariencia de comedia coral luminosa, se esconde una incisiva crítica a la sociedad de finales de los años setenta, en la que palpitan los resquicios de la desilusión del mayo del '68, los traumas generados en la guerra de Argelia y la tensión política del momento, convirtiéndose todos estos elementos en un caldo de cultivo para generar tensiones internas entre los miembros de una familia que se une para pasar en la Bretaña francesa un día que coincide con la posible caída en esa zona del satélite Skylab (que actúa como un catalizador detonante de las inestabilidades atmosféricas que terminan condicionando el comportamiento de los personajes, como también lo hacía Léos Carax en Mala sangre). La narración se escinde en dos esferas: la protagonizada por los adultos, en la que se palpa la crispación en cada una de las conversaciones, y la de los niños, que bascula alrededor de la figura de la niña Albertine, de diez años de edad, y el descubrimiento de sus primeros sentimientos amorosos. La mezquindad de los mayores frente a la inocencia de los más pequeños culminará desvelando la turbiedad de todo el trasfondo social que converge en el film en un giro final, muy sutil, que nos muestra todo su perturbador alcance simbólico.
-No habrá paz para los malvados. La última película española a competición fue el regreso a la dirección de Enrique Urbizu, que continúa la senda de su aclamada La caja 507 para ofrecernos un poderoso thriller protagonizado de nuevo por un estupendo José Coronado, que se mete en la piel de un inspector de policía cansado, anacrónico, fuera de la ley, una especie de llanero solitario, de pistolero sacado de un western crepuscular que da sus últimas boqueadas en un mundo, el de las calles, que todavía conoce mejor que nadie. No habrá paz para los malvados es seca, ruda y canalla, un escupitajo de cine negro milimétricamente planificado por un director que conoce a la perfección las convenciones genéricas y sabe sacarles el mejor partido. De nuevo Urbizu, junto a su guionista Michel Gaztambide, teje una brillante narración que parte de un hecho fortuito para ir imbricando los hilos de una trama que termina por conectar directamente con la actualidad política y la crispación social vivida en España en los últimos años, tomando como hilo dos investigaciones paralelas que destaparán la podredumbre moral arraigada en los bajos fondos.
-Take this Waltz. Otra actriz reconvertida en directora es Sarah Polley, que presentó Take this Waltz, crónica de las penurias sentimentales de una mujer, Margot (Michelle Williams), que se debate entre el compromiso y la estabilidad de un matrimonio sin pasión y el deseo renacido de tener una aventura amorosa con un joven que le hace replantearse sus necesidades afectivas. A pesar de unos interesantes apuntes iniciales, Polley no parece capaz de encauzar una historia que se pierde en las interminables y extenuantes diatribas sobre el vacío existencial de la protagonista, incapaz de generar empatía con el espectador. La película fue acusada de cursi, pija y almibarada con razón (la sombra de Isabel Coixet es alargada), y para colmo contiene una de las peores utilizaciones de una canción mítica (la que le otorga el título a la película) que hemos visto en mucho tiempo, así como los peores tics del cine indie americano.
-La voz dormida. Basada en la novela homónima de la fallecida Dulce Chacón, La voz dormida es el tercer largometraje de Benito Zambrano, director que alcanzó notoriedad en 1999 gracias a su ópera prima, Solas. Se trata de una nueva recreación por parte del cine español de la Guerra Civil, esta vez desde la óptica de aquellas mujeres que tras la contienda tuvieron que sufrir la represión y la condena por parte del bando nacional en la cárcel. A pesar de las buenas intenciones, la película de Zambrano vuelve a caer en los mismos clichés que ha ido acumulando este género a lo largo de los últimos años, es decir: la configuración de personajes maniqueos, de buenos y malos, víctimas y verdugos sin fisuras, subrayados enfáticos en la descripción de acciones, sensacionalismo exacerbado y manipulación emocional, así como una rancia y conservadora puesta en escena al más puro estilo cartón piedra. Propaganda ideológica para tiempos difusos que no aporta demasiado a la rigurosa revisión de la memoria histórica que podría haber sido.
-Albert Nobbs. Después de los retratos corales Con sólo mirarte (1999), Nueve vidas (2005) y Amor de madres (2009), Rodrigo Garcia se centra esta vez en la descripción de un solo personaje, Albert Nobbs, una mujer que tiene que travestirse para poder acceder como hombre a un empleo de mayordomo en la represiva sociedad irlandesa del siglo XIX. Glenn Close, que recibió este año el Premio Donostia por toda su carrera, interpreta con ínfulas de convicción (aunque su fondo se quede en la máscara) a esta mujer que debe ocultar su identidad tras una capa de secretos y mentiras mientras consume su existencia en una profunda insatisfacción vital por negar sus inclinaciones sexuales y no poder integrarse dentro de los moldes de la jerarquía social establecida. Rodrigo Garcia realiza una afinada recreación de los usos y costumbres de la época, al mismo tiempo que consigue un acertado retrato de una comunidad viciada por la hipocresía, en la que, al igual que ocurre con Albert Nobbs, nada es lo que parece. Sin embargo la película carece de ritmo, y sus iniciales puntos de interés se agotan con rapidez, reduciendo su alcance al de mero panfleto reivindicativo.
-Amen. Después de presentar en el Festival de Cannes 2011 el documental Arirang, Kim Ki-duk compró varios billetes para viajar por diferentes ciudades de Europa en compañía de la actriz Kim Ye-na. De este trayecto itinerante por el viejo continente surge Amen, una especie de juguete aventurero totalmente amateur, rodado con cámara casera y sonido ambiente en el que el director recurre a un estilo sucio y descuidado en beneficio de una autoconciente inmediatez y fluidez estilística que no termina de funcionar. Una joven (Kim Ye-na) busca en París, Venecia y Aviñón a un antiguo amante, pero durante el trayecto será acosada por un misterioso hombre que oculta su rostro tras una máscara de gas (el propio Kim Ki-duk), que la conducirá por los misterios del martirio físico y espiritual hasta que entre ellos termine estableciéndose una incomprensible vinculación afectiva. La historia, al principio intrigante, no alcanza el vuelo magnético requerido y se pierde en un frustrante trayecto que deriva en un discurso peligrosamente reaccionario y conservador.
PALMARÉS OFICIAL
-CONCHA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA: LOS PASOS DOBLES, de Isaki Lacuesta (España-Suíza)
-PREMIO ESPECIAL DEL JURADO: LE SKYLAB, de Julie Delpy (Francia)
-CONCHA DE PLATA AL MEJOR DIRECTOR: FILIPPOS TSITOS, por ADIKOS KOSMOS / UNFAIR WORLD (Grecia)
-CONCHA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ: MARÍA LEÓN, por LA VOZ DORMIDA (España)
-CONCHA DE PLATA AL MEJOR ACTOR: ANTONIS KAFETZOPOULOS, por ADIKOS KOSMOS / UNFAIR WORLD (Grecia)
-MEJOR FOTOGRAFÍA: ULF BRANTÅS, por HAPPY END (Suecia, Alemania)
-MEJOR GUIÓN: HIROKAZU KORE-EDA, por KISEKI / I WISH (Japón)
MIEMBROS DEL JURADO OFICIAL DE LA 59 EDICIÓN
-FRANCES MCDORMAND, actriz (Presidenta)
-GUILLERMO ARRIAGA, escritor, guionista y director de cine
-ÁLEX DE LA IGLESIA, director de cine
-BENT HAMER, director de cine
-BAI LING, actriz
-SOPHIE MAINTIGNEUX, directora de fotografía
-SOPHIE OKONEDO, actriz
Premio KUTXA Nuevos Directores:
-GANADORA: THE RIVER USED TO BE A MAN / DER FLUSS WAR EINST EIN MENSCH, de Jan Zabeil (Alemania)
-MENCIÓN ESPECIAL: EMEK TIFERET / A BEAUTIFUL VALLEY, de Hadar Friedlich (Israel-Francia)
-MENCIÓN ESPECIAL: STILLLEBEN / STILL LIFE, de Sebastian Meise (Austria)
Premio Horizontes:
-GANADORA: LAS ACACIAS, de Pablo Giorgelli (Argentina-España)
-MENCIÓN ESPECIAL: HISTORIAS QUE SÓ EXISTEM QUANDO LEMBRADAS, de Julia Murat (Brasil-Argentina-Francia)
-MENCIÓN ESPECIAL: MISS BALA, de Gerardo Naranjo (México)
PREMIOS NO OFICIALES
-Premio del Público: THE ARTIST, de Michel Hazanavicius (Francia)
-Premio del público Película Europea: ET MAINTENANT ON VA OÙ?, de Nadine Labaki (Francia-Líbano-Italia-Egipto)
-Premio Euskatel de la Juventud: WILD BILL, de Dexter Fletcher (Reino Unido)
-Premio Serbitzu Zinemira: BI ANAI, de Imanol Rayo (España)
-Premio TV Otra Mirada: JODAEIYE NADER EZ SIMIN / NADER AND SIMIN, A SEPARATION, de Asghar Farhadi (Irán)
Premios Cine en Construcción 20
-PREMIO CINE EN CONSTRUCCIÓN DE LA INDUSTRIA: 7 CAJAS, de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori (Paraguai)
-PREMIO CASA DE AMÉRICA: INFANCIA CLANDESTINA, de Benjamín Avila (Argentina-España-Brasil)
PREMIO FIPRESCI: SANGUE DO MEU SANGUE, de João Canijo (Portugal)
PREMIO SIGNIS: KISEKI / I WISH, de Hirokazu Kore-eda (Japón)
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Diego Batlle elige a las nuevas películas de Richard Linklater, Jafar Panahi, Kleber Mendonça Filho, Kelly Reichardt y Nadav Lapid como sus favoritas de este año.
En el cierre de la cobertura Diego Batlle y Manu Yáñez analizan el palmarés título por título, lo nuevo de Kelly Reichardt, Nadav Lapid, Christian Petzold y Lav Diaz, entre otros films, y hacen un balance general de esta edición 78.
-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 73 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival. Ya hay 64 disponibles.
La Quinzaine eligió como film de cierre esta ópera prima que ya había tenido buena recepción en el Festival de Sundance, donde ganó el premio a Mejor Guion.