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Crítica de “La Torre Oscura”, de Nikolaj Arcel, con Idris Elba y Matthew McConaughey
Esta transposición de una de las obras máximas de Stephen King deja sabor a poco.
La Torre Oscura (The Dark Tower, Estados Unidos/2017). Dirección: Nikolaj Arcel. Elenco: Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor, Katheryn Winnick, Abbey Lee, Jackie Earle Haley, Fran Kranz, Claudia Kim y Michael Barbieri. Guión: Akiva Goldsman, Jeff Pinkner, Anders Thomas Jensen y Nikolaj Arcel, sobre las novelas de Stephen King. Fotografía: Rasmus Videbæk. Música: Junkie XL. Distribuidora: UIP (Sony). Duración: 95 minutos. Apta para mayores de 13 años.
La Torre Oscura es la 42ª adaptación de una novela, cuento o novela corta de Stephen King, pero para el escritor tiene un sabor especial, ya que se trata de la que él cataloga como su obra máxima. Menuda decepción debe haberse llevado ante una película que navega en un mar de géneros sin aferrarse a ninguno, convirtiéndose en un auténtico cocoliche sin rumbo.
Compuesta por un total de 4.250 páginas distribuidas en ocho tomos, La Torre Oscura tiene un arco narrativo que puntea lo terrorífico, la distopía, el coming of age y la ciencia ficción. Son todas constantes de la obra de King que aquí, sin embargo, aparecen diluidas en medio de la historia de un chico que tiene pesadillas sobre un mundo paralelo dominado por el malvado Walter (Matthew McConaughey).
En ese planeta hay, siempre según los sueños que Jake (Tom Taylor) le cuenta a su mamá, un estudio científico desde el cual intentan destruir una torre gigante que sirve para mantener el equilibrio en el sistema solar. Quien trata de evitarlo es un pistolero solitario (Idris Elba) que deambula por un paisaje desértico. Esos sueños se volverán reales cuando, después de escapar de unos supuestos médicos con marcas muy parecidas a los “malos” de su inconsciente, Jake descubra un portal en medio de una casa abandonada en Nueva York que lo transporta hasta aquellas tierras.
Es necesario suspender totalmente cualquier atisbo de incredulidad para lo que viene después. No por las situaciones en sí, sino porque la película nunca logra establecer las reglas generales del mundo en el que suceden. Igual con los personajes. Nunca queda claro por qué Walter quiere destruir la torre ni mucho menos qué tipo de poderes son los que vuelven a Jack un botín tan preciado, así como tampoco quién es el Pistolero o si intenta asesinar a Walter por algo más que una vendetta personal. Así, La Torre Oscura se limita a hilar situaciones con el capricho de los guionistas como único criterio. Dentro de cuatro semanas King volverá a las salas argentinas de la mano de una nueva adaptación de It, ahora a cargo del argentino Andrés Muschietti. Ojalá tenga revancha.
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