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Crítica de "El padre de mis hijos", de Martín Desalvo

Una comedia despojada y provocadora que sintoniza con estos tiempos de fuertes cambios para la mujer.

 

Estreno 15/03/2018
Publicada el 15/03/2018

El padre de mis hijos (Argentina/2018). Dirección: Martín Desalvo. Elenco: Mora Recalde, Julián Lucero, Javier Drolas, Paula Carruega, Horacio Fontova, Romina Richi, Mirella Pascual, Ezequiel Rodriguez, Agustín Toscano, Santiago Magariños y Margarita Páez. Guión: Alejo Flah y Agustina Gatto. Fotografía: Nicolás Trovato. Edición: Agustín Rolandelli. Dirección de arte: Alicia Vázquez. Sonido: Damián Montes Calabró. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 85 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas. Salas: 6.



Tras codirigir Las mantenidas sin sueño y filmar El día trajo la oscuridad (y antes del estreno también este año del muy buen thriller político Unidad XV), Martín Desalvo presenta esta (tragi)comedia de enredos sentimentales que, bajo su superficie lúdica, su fluidez y su desparpajo, esconde una mirada descarnada y visceral a las angustias (las presiones, los mandatos sociales) de las mujeres cuando los cuarenta se acercan.

Eva (Mora Recalde) cumple 38 años, se acaba de separar de una pareja con la que compartió demasiado tiempo (Javier Drolas) y su hermana menor (Paula Carruega) se casa y está embarazada. Sus padres (Horacio Fontova y Mirella Pascual) están felices con ser abuelos y metidos en sus propias miserias, por lo que no le prestan demasiada atención. Los que sí tienen interés en ella son su ginecólogo (Julián Lucero), un padre divorciado (Ezequiel Rodríguez) y su joven alumno en las clases de bajo que ella da (Santiago Magariños). Como amiga y confidente aparece el personaje que interpreta Romina Richi, la típica amiga guarra que la anima a aventurarse en diversas búsquedas (como simpático dato de color Richi aparece en la ficción como madre de Margarita Páez, su hija también en la vida real).

El padre de mis hijos describe el patético y al mismo tiempo encantador caos de la vida cotidiana, los aspectos menos glamorosos de la intimidad femenina, las desventuras sexuales, las contradicciones permanentes. Es una comedia absurda hasta lo deforme, incómoda por momentos, pero que intenta ser lo más honesta posible. Tiene pasajes intensos y provocadores (por momentos se adivina cierto espíritu almodovariano) e incluso en los que no resultan tan logrados también se asumen riesgos constantes.

Quienes busquen una comedia clásica y del todo convincente puede que se sientan un poco frustrados y hasta irritados con El padre de mis hijos, una película contemporánea en el mejor sentido del término, revulsiva y audaz en muchos de sus 85 minutos y que sintoniza con cierto espíritu de época, ese en el que la mujer se está replanteando su lugar en el mundo, los dogmas que las generaciones anteriores le fueron marcando. Ya parece ser tiempo de, como le ocurre a Eva, buscar nuevos caminos, probar, equivocarse, volver a probar y descubrir con la menor cantidad posible de condicionamientos externos qué es lo que realmente se desea.





COMENTARIOS

  • 16/03/2018 18:15

    Hay obsesiones que se instalan fuertemente por los variados mandatos culturales que nos definen y uno de ellos es precisamente -de los más intensos- que la mujer solo alcanza su plenitud completa con la maternidad. A partir de este punto de partida El padre de mis hijos compone una comedia disruptiva de los caminos más transitados por nuestro cine y utiliza el desparpajo, el absurdo y la transgresión en muchos de sus momentos más logrados, y a través de un lenguaje zafado, también muy poco habitual. La columna vertebral de la efectividad de la propuesta es la interesante composición que hace Mora Recalde de su personaje casi cuarentona, y que dota a las situaciones del bienvenido tono demencial de sus contradicciones, desvelos y desafios al paso con innumerables varones tan dispersivos como patéticos. El resto de los intérpretes acompañan muy bien y especialmente la simpatía de la hija real de Richi y Fito Paez que interviene en uno de los momentos más desopilantes y absurdos. Quizás esta peli necesite de un sostén publicitario para instalarla, porque está a tono con preocupaciones muy actuales y que sugiere, como superación de su tratamiento de humor deschavetado pero no banal, las opciones diversas que pueden tener los humanos para su plenitud.

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