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Entrevista a Esteban Trivisonno, director de “Tito” (Competencia Latinoamericana) - #BAFICI
Egresado de la EPCTV, este docente, actor, director y guionista rosarino debuta en el largometraje con esta película basada en la figura del mítico intérprete -también de esa ciudad- Tito Gómez.
Sinopsis: Cinco estudiantes universitarios de Comunicación se lanzan al rodaje de un documental sobre el reconocido actor rosarino Tito Gómez. A medida que la lmación avanza, Tito se convierte poco a poco en un personaje indomable y siniestro que hará todo lo necesario para volver a ser una estrella.
Pasen a ver una comedia santafecina desopilante sobre el mítico actor Tito Gómez (El asadito, de Gustavo Postiglione), al que cinco estudiantes de Comunicación Social (“Ahhh, ¿pero ustedes no son de cine?”) le dedican un documental autobiográfico. La materia de la ficción es la grabación del propio documental, que llegado un punto se sabotea a sí mismo como si lo que vemos, a medida que avanza, fuera a desaparecer con nosotros dentro. Cada aparición del señor es memorable, una apoteosis de la vanidad, y es que Tito “se come la pantalla” multiplicándose (por todas las veces en las que no lo dejaron aparecer en una película). La operación de Trivisonno no puede dejar de recordar a la de Tim Burton con Martin Landau –y su memorable Béla Lugosi– en Ed Wood (Álvaro Arroba en el catálogo del festival)
-¿Cómo definirías la película?
-Tito es, a grandes rasgos, una comedia siniestra y con algo de farsa que toma la figura del actor rosarino Tito Gómez (El asadito, El cumple), el cual es retratado por un grupo de estudiantes en un documental que tiene que ser realizado para aprobar una materia de la universidad. Conjugamos la fascinante personalidad de Tito, sus pasajes de su vida y su trabajo como actor (pero también como dueño de un motel y vendedor de piletas), y creamos una película que bordea el llamado “cine dentro de cine” pero que a fin de cuentas termina teniendo un tono burlón en el que nuestro principal objetivo es despistar sobre lo que es real y aquello que creamos sobre Tito. Todo esto se da a partir de entrevistas con directores de cine y teatro que lo han dirigido, compañeros actores, archivos y lo descubierto por los estudiantes en el armado de su propia película.
-¿Cuáles fueron los principales desafíos?
-Nuestra película fue desafiante desde el primer momento que la pensamos, en abril de 2015, en Rosario. Salimos a filmar sin un guión estructurado, muy abierto a la improvisación. Todo fue prueba y error a la hora de pensar qué película debíamos contar: tuvimos un falso documental en sus inicios, con archivos y testimonios, que mutó en una ficción con claros límites desde la producción. El desafío mayor fue poder retratar a Tito en su magnitud como personaje, esto implicaba (desde mi lugar) poder contar una historia universal sobre un actor X que sufre el abandono del “medio”, la desesperación de lo cotidiano y en donde no hubiera un territorio claro: hablamos de la ciudad de Rosario, filmamos en un pueblo (el mío) llamado Correa, pero no nos arraigamos… todo pasa por Tito y su complejidad como objeto de estudio. Otro factor desafiante fue realizar el film sin irnos de nuestro presupuesto inicial a sabiendas que teníamos mucho material a ser incluido. En ese sentido, el inteligente diseño de producción que confeccionamos junto a Pamela Carlino (productora) y Ana Berard (asistente de dirección) fue clave para lograr el film que hoy tenemos y mostrar al Tito que queríamos.
-¿Cómo fue el proceso de producción y con qué apoyos contaron?
-Como mencioné, iniciamos el rodaje en 2015, en Rosario, y desde nuestra productora Prometeo Contenidos contando con el apoyo del equipo técnico (reducido por aquel entonces), el elenco más joven (los cinco actores que interpretan a los estudiantes) y nuestra estrella, Tito Gómez, quien abrió las puertas de su casa y su familia, y cuya generosidad y talento sobrepasaron nuestras expectativas.
Nos presentamos en el programa Espacio Santafesino, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe, y ganamos el premio estímulo en la categoría Largometraje en Producción. Con ese premio pudimos encarar el rodaje en mayo de 2016 y ejecutar un ajustado diseño de producción, sabiendo que el estímulo representaba un 3% de un presupuesto de una película media del INCAA. Nos tomamos todo el 2017 para montarla, y en el camino sumamos a un gran músico como Pablo Crespo, cuyo trabajo hizo cambiar (una vez más) a nuestro film, y la finalizamos hace pocos meses teniendo un especial resguardo sobre qué lugares elegiríamos para su recorrido.
Consideramos entonces que los aportes más valiosos que hemos tenido en todo este tiempo son el compromiso y la generosidad del equipo técnico en su totalidad, del maravilloso elenco (Tito nuevamente como astro total) y de la gente que hasta el día de hoy apuesta a nuestra película en todas sus etapas.
-¿Qué expectativas tenés ante esta presentación en BAFICI? ¿Cómo seguirá la carrera de la película?
-El BAFICI fue una sorpresa más que grata en este recorrido inicial de Tito, un logro que nos posiciona y nos exige a la hora de exhibir el film por primera vez dentro de tan prestigioso festival. Esperamos poder estrechar lazos con programadores de otros festivales que pueda interesarles nuestra propuesta, así como la búsqueda de nuevos territorios de exhibición. Nuestra película tiene fechas pautadas en Rosario en el mes de mayo, formando parte de un recorrido nacional que se arma día a día, pero que también dependerá mucho de esta posibilidad que nos supone el BAFICI. Al ser mi primera película dentro de una competencia, y con toda la ansiedad a cuestas, debo decir que los terrenos de la incertidumbre pueden llegar a ser los más sorprendentes, y a eso apunto. Nunca pensamos que Tito podría estar teniendo todo este apoyo, participar de un festival y de la Competencia Latinoamericana y generar tanta expectativa como nos viene sucediendo.
-¿Cómo ves la situación del cine independiente a nivel de calidad y diversidad artística, en el terreno del fomento público (relación con el INCAA) y respecto de sus posibilidades (dificultades) de acceso al circuito comercial?
-Considero que a los directores y a las películas independientes les sobra nivel artístico y diversidad. La charla que siempre mantenemos entre los productores que no somos de Buenos Aires es realmente pensar al cine independiente como parte de un país, en donde haya más películas por provincias que tengan la oportunidad de formar parte del sistema comercial. Esta diversidad es siempre menor a lo que se produce desde la Capital Federal, pero existe y tiene mucho empuje, ansias de crecimiento y reglas propias. La accesibilidad entonces va de la mano de la visibilidad de la vasta producción regional, en donde siempre cuesta más todo.
He tenido la suerte de formar parte de varias producciones (en Capital y Santa Fe) en donde lo que prima es el desarrollo total del proyecto, poder filmarlo y tener una producción que se proyecte. Es complicadísimo y no todos están dispuestos a pasarlo. Las nuevas (o más recientes) medidas del INCAA en relación a Fomento han obligado a los productores más pequeños y medianos a buscar cuanta alternativa haya para poder recuperar la inversión que desde el desarrollo hasta la exhibición y distribución supone un film. No basta con desarrollar años, con conseguir enormes apoyos internacionales, buscarse coproductores: la película y la situación actual es tan variable que sí o sí (en mi humilde opinión) hay que priorizar que esa película pueda verse, gerenciar espacios en donde se pueda recuperar lo invertido.
Sabemos que hay tanques extranjeros que todos consumimos, pero la lucha del director independiente es, a por sobre el contexto y todo lo desfavorable que puede ser, conseguir sus audiencias, ser consciente del film que hizo, cargárselo al hombro y agotar las posibilidades. En esto juegan un rol fundamental las nuevas pantallas por sobre la sala de cine misma. Estas plataformas tienen que ser estudiadas y nosotros tenemos que estar dispuestos a invertir, a proyectar y pensar que la película va a cambiar una vez más cuando se vea en una sala de cine o en la pantalla de un celular.
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