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Crítica de “Foto Estudio Luisita”, de Sol Miraglia y Hugo Manso (Competencia Argentina) - #BAFICI
En 2017 fue Las cinéphilas. Este año será Foto Estudio Luisita. El 20º BAFICI ya tiene su crowd-pleaser cinéfilo (aunque aquí su alcance se extiende a todo el mundo del espectáculo) a partir de una celebración nostálgica de una era que ha llegado a su fin, pero merece este y otros homenajes.
Las hermanas Graciela, Rosa y Luisa Escarria llegaron en 1958 desde su Colombia natal y fue Luisita quien se hizo cargo del estudio fotográfico que le legó su madre. Casi sin elementos ni preparación, comenzó a trabajar para las estrellas del Teatro Maipo y pronto demostró un ojo único, un talento descomunal para captar el gesto perfecto, el detalle adecuado.
Las luces de las bambalinas contrastaron siempre con su humildad, su timidez, su bajísimo perfil, pero fue la preferida de las estrellas del cine, de las vedettes, de los músicos populares. Acercarse a su archivo (el desenlace es una muestra de sus mejores fotos curada por la codirectora del film, Sol Miraglia) es sumergirse en un época mágica con epicentro en la calle Lavalle y la avenida Corrientes.
En el mismo departamento donde funcionó el Foto Estudio Luisita y donde viven desde hace cinco décadas hoy las tres octogenarias comparten -siempre rodeadas por sus perros- recuerdos y anécdotas, mientras admiten que la tecnología (los tiempos del Photoshop) terminó con sus prácticas artesanales, que incluían creativos fotomontajes. También son simpáticos los momentos en que reciben a leyendas como Amelita Vargas o se cruzan con el las Pons, con Moria Casán o Gogó Rojo, algunas de las muchas estrellas que posaron para la cámara de Luisita.
Agobiada por los años y la presencia de la cámara, Luisita repasa algunos momentos y le transmite a Miraglia (quien aparece mucho en pantalla) el constante agradecimiento por estos tiempos de reconocimientos a su labor artística por parte de las nuevas generaciones. El film -prolijo y sencillo en su forma- parece sintonizar con la esencia de las imágenes que supo conseguir la protagonista. Sin artilugios narrativos, los directores se acercan con respeto, cariño y admiración a la obra de una mujer que retrató como nadie el mundo del espectáculo porteño.
Nuestra entrevista con los directores Sol Miraglia y Hugo Manso
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FESTIVALES ANTERIORES
-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 69 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
Críticas breves de tres valiosos films distinguidos por los jurados de sus respectivas secciones.
-Este sábado 12 de abril se entregaron en La Usina del Arte las distinciones de la vigésima sexta edición del festival porteño.
-LS83 obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires al mejor largometraje nacional en todas las competencias.
-La virgen de la Tosquera logró el Gran Premio del Jurado de la Competencia Internacional; y Bajo las banderas, el sol, el de la Competencia Internacional.
Cierre de la trilogía iniciada con 36 horas (2021) y Cuando oscurece (2022).
Conmovedor desde el inicio hasta el final, coincido en su totalidad con el comentario anterior, pone en valor el trabajo de una mujer que retrató parte de la historia desde el anonimato, el trabajo de Sol Miraglia es brillante, logra comprende el concepto de Luisita en la búsqueda de las miradas logrando transmitir a través del amor y admiración la grandeza profesional de sus personajes hace que todo el documental nos muestre de manera fidedigna y sin golpes bajos el maravilloso archivo mas grande de la revista argentina, creo que en esta generación está logrando mostrar un documental con una mirada realmente atractiva. Me emocionó muchísimo. Vayan sin dudarlo. Y ojalá llegue muy lejos
Una película conmovedora desde el minuto uno. La fuerza de la madre para sostener su oficio en una época más restrictiva para las mujeres, sobre todo en Colombia. Más tarde, ya viuda, la decisión de emigrar sola a la Argentina con sus hijas. La solidaridad de los latinoamericanos afincados en Buenos Aires y el legado que deja sus hijas: El oficio, la creatividad, la garra, la alegría, la libertad. Muchísimos pensamientos y emociones me atravesaron. El paso del tiempo que arrasa con personas y oficios; el ninguneo machista en el mundo de la fotografía (doy fe de ello porque lo viví); el valor que no advertimos en el teatro de revistas; la insuficiente protección estatal a la cultura. Pero por sobre todo, la amorosa relación de Sol Miraglia con Luisita y sus hermanas. La mágica mirada de Sol para la fotografía, para el arte, para la vida. Las rescata del olvido y se rescata a sí misma; las visibiliza y se visibiliza; las devuelve a la acción y gesta exposiciones y una maravillosa película que hoy nos emocionó hasta las lágrimas a quienes tuvimos el privilegio de verla. Gracias Sol Miraglia, Hugo Manso y equipo.
Tiene momentos mágicos. Emociona en otros y genera risas entrañables. Una panzada para los que somos fotógrafos. Esperemos que Nación le apruebe a Sol la muestra de fotos en la Casa de Bicentenario y el libro.