Críticas de la Competencia Latinoamericana: “Los días de la ballena”, “Casos complejos”, “La asfixia”, “Gran Orquesta” y “La fundición del tiempo” - #BAFICI21

Recorrido por esta selección dedicada al cine del continente.

-Los días de la ballena (Colombia, 80'), de Catalina Arroyave Restrepo ★★★✩✩

Explorando tópicos retratados por el cine colombiano reciente como la violencia en Medellín (con Matar a Jesús como ejemplo más próximo) y el mundo del arte callejero (ahí se inscribe Los hongos, de Oscar Ruiz Navia), el debut de Catalina Arroyave Restrepo se centra en el vínculo entre Cristina, una chica proveniente de un sector próspero de la ciudad, y Simón, un joven más humilde. A estos "amigovios" los une la pasión por el graffiti, y su base de operaciones es un centro cultural constantemente amenazado por las pandillas de la zona (les hacen pagar un "peaje"). Pintar o no pintar un muro enfrente del lugar parece ser el conflicto principal de un film cuyas ideas centrales son el rol del arte como integrador social, la libertad de expresión y las mafias por el control territorial. El problema radica en cierta falta de fluidez narrativa y algunos desniveles actorales, aspectos que le hubiesen dado un poco más de solidez a la propuesta. HERNÁN CORTÉS



-Casos complejos (Perú, 82'), de Omar Forero ★★★½ 

Un policial tan complejo como verídico, según se ve en los créditos. Pero, mas allá del "basado en una historia real", la marginalidad es moneda corriente en esta provincia del Perú donde se narra en paralelo la historia de un fiscal incorruptible (que actúa en la fiscalía que da nombre al film, que solo funcionó entre 2013 y 2015) y un muy joven sicario, que son arrastrados como fuerzas de la naturaleza.

Con apenas 82 minutos la película de Omar Forero logra conmover como un policial prácticamente diurno, lleno de un polvo que bien podría ser de un western, donde una banda llamada Los Iracundos cobra a pequeños comerciantes por "protección". El fiscal Bardales, a la manera de un viejo sheriff, va contra el sistema corrupto que ampara finalmente a los delincuentes, y paga por ello una y otra vez.

En paralelo Yonatan, el sicario, se cria sin padres en reformatorios y todo su candor se va perdiendo en el camino. A la manera de Los olvidados, de Luis Buñuel, parece no haber destino pese a perseguir el bien para esa juventud totalmente marginada y expulsada del sistema desde hace décadas en Latinoamerica.

En la zona de Trujillo habrá tiempo para los chamanes y ensoñaciones de lo que puede haber sucedido y finalmente no pasó. También los soplones y los topos, como en todo buen policial, son parte de la trama. El registro casi documental, con algunos toques de humor y actuaciones algo dispares, se manifiesta en varios pasajes de violencia extrema en los que se muestra, por ejemplo, cómo se puede morir al borde de una ruta viendo las estrellas por última vez. NICOLÁS KUSMIN



-La asfixia (Guatemala, 84’), de Ana Bustamante ★★½ 

La directora Ana Bustamante es hija de uno de los 45.000 desaparecidos durante el conflicto armado que azotó Guatemala durante la década de 1980. En 35 años de búsqueda no se supo nada sobre el paradero de su padre, más allá de algunos testigos que afirman haberlo visto en un centro clandestino de detención. 

La asfixia narra el proceso de búsqueda de la realizadora. Una búsqueda infructuosa, plagada de vacíos y con más dudas que certezas. Esas vacilaciones son representadas en un relato que comienza alternando entre la historia íntima y la pública, para luego volcarse definitivamente a las sensaciones internas de Bustamante. 

La película se inscribe en la larga nómina de “documentales del yo” que durante los últimos años han copado las programaciones de los principales festivales latinoamericanos. Pero para que estos dispositivos -generalmente centrados en el rastreo de una figura familiar ausente- funcionen, es necesario que ese “yo” esté sujeto a las necesidades del relato. Pero aquí ocurre lo contrario: Bustamante siempre es el centro, mientras su padre y el contexto sociopolítico, apenas excusas narrativa para indagar en su dolor y en el de su familia. Un dolor explícito que coquetea peligrosamente con el morbo. EZEQUIEL BOETTI



-Gran Orquesta (Argentina, 70'), de Peri Azar ★★★★✩

El hecho tan fortuito como trascendente de encontrar en un volquete un baúl con decenas de partituras de una vieja big band merecia un buen documental y la directora Peri Azar aquí lo logra con creces. Su film arranca con una demolición, una obra llena de bolsas de concreto similar a la que en el año 2000 fue a parar ese baúl con la batuta y las creaciones del director Héctor Lomuto y su Gran Orquesta. 

La llegada del longplay, la masificación del tocadiscos, el rock y sus bailes -la nueva música de moda desde fines de la década de 1950 e inicios de la de 1960- malograron a las big bands de jazz que se presentaban en los clubes y cuyas actuaciones se trasmitían desde espaciosos estudios como los de Radio El Mundo, siempre con público presente. También se cuela en el film el dato de que cierto entendimiento de Lomuto con el peronismo determinó su caída en el olvido luego de la Revolución Libertadora. 

A la manera de Café de los Maestros, Peri Azar buscó a los herederos de aquellos músicos (los integrantes llegaron a ser 18) para retomar algunas de esas partituras. Acierta con los ensayos para volver a presentar la orquesta y las voces, mientras por recuerdos de los hijos y otros familiares (sumados a coleccionistas y aficionados) surge la fuerte veta nostálgica de un tiempo que fue hermoso y puede terminar junto a los escombros. Por suerte, Azar -la vecina y la directora- estuvo allí para rescatarlo. Un film musical para salir bailando. NICOLÁS KUSMIN



-La fundición del tiempo (Uruguay, 98'), de Juan Álvarez Neme ★★★✩✩

La sola mención de Nagasaki evoca inmediatamente el sitio donde se arrojó una de las dos únicas bombas atómicas en la historia del hombre (hasta ahora). Un sanador de árboles evoca el proceso de curación de varias especies dañadas cuando la ciudad ardió completamente y quedó reducida a carbón y cenizas en cuestión de segundos. El transmite testimonios que ha oído de sobrevivientes de la explosión, que resultó la más poderosa arma de muerte masiva, narrando detalles escalofriantes para pedir que ese hecho traumático nunca se repita. Antes y después, tomas fijas de la naturaleza y sus fenómenos parecen hablar de la continuidad de la vida. Eppur si muove.

Tras un intervalo musical y neblinoso, se pasa del blanco y negro al color, de Oriente a Occidente. La naturaleza vuelve a ser protagonista, y en ella, un hombre y los caballos. Con delicadeza, tiempo y paciencia, establece una relación con un potro que, tras su buen trato, termina por domesticarse. Sin palabras, con una bella fotografía, una propuesta diferente. JOSEFINA SARTORA



También compiten:

-Antes que llegue el ferry, de Juan Caunedo, Vladimir García y Raúl Escobar (Cuba-España)
-Cartero, de Emiliano Serra (Argentina) 
-Mr. Leather, de Daniel Nolasco (Brasil)




¿Por qué asociarse a OtrosCines/Club?