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Exhibición en formato HD: el BAFICI lo hizo (NUEVO)

Publicada el 30/11/-0001

Para todos aquellos que hemos incursionado por estos días en la sala 9 del complejo Hoyts del Abasto durante el BAFICI, la posibilidad de apreciar películas nacionales y extranjeras proyectadas directamente en formato HD con una calidad de imagen y sonido excepcional, que nada tiene que envidiarle al fílmico, ha sido un enorme placer y nos ha confirmado que estamos ante una alternativa al fílmico que ha llegado para quedarse.

Ya lo había anticipado Diego Brodersen en su excelente columna para este mismo debate, y el BAFICI no es ciertamente el primer festival en imponer la proyección en HD, pero apreciarlo aquí, con películas nacionales como Copacabana, de Martín Rejtman, o El asaltante, de Pablo Fendrik, es la constatación más contundente de que, una vez que bajen los costos (y todos los costos tecnológicos se abaratan con el tiempo), se puede pensar en circuitos de exhibición alternativos con la categoría que este tipo de cine de autor, de calidad, experimental, independiente, o como quiera llamársele, también merece.

Octavio Lobisolo, coordinador técnico del BAFICI, asegura que la experiencia piloto ha sido todo un éxito y augura una explosión de la proyección digital ya no sólo en los festivales sino también en el circuito comercial. Y razón no le falta: en todo el mundo ya hay unas cuantas salas en funcionamiento y cientos de ellas están en pleno proceso de reconversión hacia las nuevas tecnologías.

Según Lobisolo, el proyector Sony que Viditec trajo a la Argentina en concepto de aporte por su auspicio al BAFICI, es uno de los apenas 15 que existen en todo el mundo (la gran mayoría en Hollywood) y su costo asciende a 120.000 dólares. Gracias a la asistencia de un técnico norteamericano que vino especialmente a Buenos Aires por dos jornadas, se pudo optimizar al máximo una proyección que, de todas formas, se hizo con una resolución de  1080p, cuando actualmente ya se trabaja en casas de posproducción en hasta 4K (16 veces la calidad del video profesional).

Con la proyección digital ganan (casi) todos los sectores: los que quieren combatir la piratería, los que pretenden evitar el alto costo de cada copia en 35 mm. (1.200 dólares en promedio), los que intentan darle al cine de bajo presupuesto una salida directa, los que abogan por una salida satelital y simultánea en todo el mundo, etc., etc.

Claro que aún la proyección en HD es demasiado costosa y todavía más difícil de implementar, por ejemplo, en ciudades mas pequeñas como para asegurar así una salida de alcance nacional. Se calcula que, para instalar o transformar una sala en formato digital, se requiere una inversión no menor a los 150.000 dólares. La vida útil de los equipos aún está en discusión y los repuestos todavía tienen un precio que asusta a más de un posible inversor.

Estamos, entonces, ante los primeros pasos de la exhibición digital en la Argentina. Los resultados están a la vista por estos días en el festival. Es cuestión de empezar a hacer números, a pensar en qué tipo de apoyo estatal y/o privado se puede apelar para reconvertir viejos sistemas de proyección fílmica en salas digitales.

El BAFICI, plataforma insoslayable para cualquir tipo de experimentación estética en la Argentina, también ha tomado la vanguardia en este proceso de evolución tecnológica. Más allá de las holgadas posibilidades financieras de un gobierno como el porteño o de miserias políticas que tienden a desmerecer este tipo de logros, se trata de un hecho para festejar.

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