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Crítica de “The Kitchen”, película de Kibwe Tavares y Daniel Kaluuya (Netflix)
Esta interesante ópera prima nos traslada a una Londres futurista y degradada donde los problemas habitacionales llevan a represiones y rebeliones. Ganadora de dos estatuillas en los British Independent Film Awards.
The Kitchen (Reino Unido/2023). Dirección: Kibwe Tavares y Daniel Kaluuya. Elenco: Kane Robinson, Jedaiah Bannerman, Ian Wright, Hope Ikpoku Jr., Cristale, BackRoad Gee, Teija Kabs y Demmy Ladipo. Guion: Daniel Kaluuya y Joe Murtagh. Fotografía: Wyatt Garfield. Edición: Maya Maffioli y Christian Sandino-Taylor. Música: Labrinth y Alex Baranowski. Duración: 107 minutos. Disponible en Netflix.
La dupla integrada por Daniel Kaluuya, reconocido actor de películas de Jordan Peele como ¡Huye! y ¡Nop!, así como Pantera Negra y Judas y el mesías negro, y Kibwe Tavares debuta en la dirección de largometrajes con un guion coescrito por el propio Kaluuya y Joe Murtagh que aborda cuestiones como los excesos violentos del capitalismo salvaje, las cada vez más profundas diferencias sociales, el racismo y la gentrificación.
The Kitchen es una zona del sur de Londres donde viven (se hacinan) miles de descendientes de nigerianos, jamaiquinos y otras minorías de inmigrantes. El poder ha destruido todas las viviendas públicas y ahora tiene en la mira ese decadente complejo habitacional, aunque los moradores (en muchos casos de armas tomar) están dispuestos a resistir como sea.
En ese sórdido y (no tan) distópico contexto nos encontramos con Izi (Kane Robinson), trabajador de una funeraria llamada Life After Life y habitante de The Kitchen, y con Benji (Jedaiah Bannerman), un preadolescente que acaba de quedar huérfano tras la muerte de su madre. No conviene adelantar nada más, pero lo real es que a partir de ese planteo inicial los destinos de ambos protagonistas se irán conectando cada vez más.
Solemne y pesimista (por momentos demasiado recargada en este sentido), con una propuesta que parece una mixtura entre la ciencia ficción de Blade Runner y El vengador anónimo y el cine realista y social de Ciudad de Dios, del brasileño Fernando Meirelles, o los trabajos de los franceses Mathieu Kassovitz y Ladj Ly, The Kitchen alcanza cierta intensidad emocional en esa relación padre-hijo (no importa demasiado si real o sustituta) y también en el terreno visual y musical. Aunque no del todo lograda, la ópera prima de Kaluuya y Tavares resulta una más que interesante carta de presentación para dos cineastas con indudable creatividad y talento para concebir imágenes elocuentes y en muchos casos fascinantes.
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Floja, flojísima pelicula sobre un futuro distópico visto mil veces antes. Lo único rescatable es la actuación del coprotagonista adolescente Jedaiah Bannerman. Lenta, soporífera y olvidable. Disiento en esta con el amigo Batlle!. Hay que comparar esta película con Silo y ver la diferencia abismal entre ambos productos.