Críticas

Estreno en cines

Crítica de “Ferrari”, película de Michael Mann con Adam Driver, Penélope Cruz y Shailene Woodley

El director de Fuego contra fuego, El informante, Ali, Colateral y Enemigos públicos se acerca a la figura de Enzo Ferrari en una biopic que parece más interesada en cuestiones comerciales que deportivas.

Estreno 08/02/2024
Publicada el 05/02/2024

Ferrari (Estados Unidos/2023). Dirección: Michael Mann. Elenco: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Sarah Gadon, Gabriel Leone, Jack O’Connell, y Patrick Dempsey. Guion: Troy Kennedy Martin, basado en el libro Enzo Ferrari: The Man, The Cars, The Races, The Machine, de Brock Yates. Fotografía: Erik Messerschmidt Edición: Pietro Scalia. Diseño de producción: Maria Djurkovic. Música: Daniel Pemberton. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 130 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.



(Esta crítica se publicó en el marco de la cobertura de la Mostra de Venecia 2023)

En el mismo inicio de la 80ª edición de la Muestra Internacional de Arte Cinematográfica de la Biennale de Venecia se notó el impacto de la huelga que atraviesa la industria en Hollywood. La película de apertura finalmente no fue Desafiantes / Challengers, la última obra de Luca Guadagnino, sino que el honor fue para la muy gruesa Comandante, del también italiano Edoardo de Angelis. Más allá de los bienintencionados paralelismos respecto de la actual crisis causada por el cambio de las políticas migratorias en Italia (y de la tribunera e implícita afirmación de que la “italianidad vence al fascismo”), interesa pensar en cómo tras la Segunda Guerra Mundial, se creó (o re-creó) una nueva identidad.

Esas marcas, el imaginario construido (proceso al cual, claro está, los Estados Unidos no resultan para nada ajenos), conservan presencia y actualidad hasta nuestros días. Así, la traspolación a la pantalla grande del libro Enzo Ferrari: The Man, The Cars, The Races, The Machine, de Brock Yates, por parte de Michael Mann no puede eludir en modo alguno el impacto de ese relato. Si en la película de apertura la “historia real” partía del comandante de un submarino italiano que, tras hundir un barco de bandera belga, se arriesgaba a rescatar a todos los sobrevivientes en plena Segunda Guerra Mundial, en Ferrari la acción se centra en 1957. Los efectos de la Gran Guerra todavía están muy presentes y Enzo Ferrari debe lidiar con sus asuntos familiares, la inminente bancarrota de su empresa y, por supuesto, las carreras.

Pese a los términos a los que alude la novela original (el hombre, los autos, las carreras, etc.), al director de Fuego contra fuego, Colateral y Miami Vice, muy a tono con lo que parece ser una cierta tendencia en el cine de Hollywood en estos tiempos, parece interesarle más la empresa, la compañía y la marca Ferrari que aquellos elementos. Está claro desde el inicio que la deriva vital de don Enzo se encuentra atravesada por la muerte y también se afirma, se subraya y se reitera (aunque ello no quede tan claro de la representación efectuada) que lo que lo mueve no es el dinero, sino las carreras. Sin embargo, hay una contradicción intrínseca que lastra la posibilidad de cercanía y empatía que pueda generar el muy maquillado Adam Driver en la piel de Enzo Ferrari. Su pretendido motor vital tiene que ver con los autos, con las carreras, con la velocidad, pero la película pone más el foco en las intrigas y jugadas empresariales para salvar a la firma; los momentos (no tantos) de carrera sólo prestan verdadera atención a los accidentes. No estamos ante una película deportiva, claro está, pero no deja de llamar la atención que en una película sobre Ferrari ocupen casi más espacio los abogados, bancos y contadores que las pistas.



Sin adelantar nada de la trama (por más conocido que sean muchos de los tópicos referidos, nunca se sabe qué conoce cada uno… ni cuánto puede enojarse con un supuesto spoiler…), también merece destacarse la superficialidad que se acerca a la machietta de toda la zona de la película que alude a la relación de Enzo con su mujer, Laura (interpretada por Penélope Cruz). Si alguna vez hubo amor, lo que queda es algo más parecido a una sociedad comercial. Con algo de códigos, eso sí. Una representación mucho más cercana al American Way of Life que a la italianidad que intenta recrearse con gritos y omnipresencia de “la mamma”. Es posible que la mirada del extranjero sobre las relaciones familiares incida para acentuar esa falta de profundidad y carnadura, esa chabacanería lindante con el lugar común. Y son esos los momentos en lo que aquello que uno sobreentiende, perdona u olvida en una película que funciona (como lo es el hecho de que la acción suceda en Italia y todos los italianos hablen en inglés, eso sí, “con acento”) se hace más evidente, nos hace ruido y nos expulsa.

Algo aburridos, nos despertamos un poco y prestamos atención a las menciones a Juan Manuel Fangio y nos entusiasmamos un poco con la participación en las Mil Millas (quizás, se nos dice, una manera de salvar a la empresa). Hay, sí, un momento de impacto, una escena que nos maravilla tanto como nos intriga. Es la de un accidente narrado con tanta maestría como excesivo detalle. Un elemento de shock (que incluye no poco gore) que parece importado de otro film. Un momento inolvidable que reafirma la falta de rumbo de una película paradójicamente sin sangre, a la deriva.



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COMENTARIOS

  • 14/02/2024 23:07

    A mí la película me pareció fascinante, y eso que soy bastante crítico de los últimos trabajos del director, ni División Miami ni Enémigos Públicos ni Blackhat me habían entusiasmado mucho. A Adam Driver no me queda claro si lo eligieron por buen actor, por su apellido que remite al automovilismo o porque ya estaba canchero haciendo de tano (La Casa Gucci), pero me gustó su interpretación. Acá Mann elige hacer algo mas intimista y centrado en lo humano si bien en algunos momentos recurre a sus típicos montajes paralelos y proezas técnicas con el teleobjetivo o el cambio de foco. Yo la historia la desconocía en absoluto ni tampoco leí críticas antes de ver el film, por lo que me mantuvo en vilo constantemente toda la subtrama de la esposa haciendo pesquisas detectivescas o el tema de qué iba a pasar con la empresa. Y ni que hablar de lo que sucede hacia el final del relato, para mí una autentica sorpresa que en cierta medida me dejó shockeado, por el hecho en sí y por la pericia técnica con que se lo narra. Me gustó también que Mann redujera al mínimo el uso de efectos de computadora y pantalla verde, por lo que la película tiene un aire a vieja escuela que se agradece. Dicho esto, admito que la anterior gran película sobre automovilismo, Ford Vs. Ferrari (con Mann como productor) me pareció mejor.

  • 8/02/2024 9:40

    Gran regreso de Michael Mann con un Adam Driver fantástico.La película no es un típico biopic ni una película deportiva es una película de un hombre que construyó un imperio que empieza a desmoronarse al igual que su vida privada. Ferrari es el film más intimista de Michael Mann y cuenta con una de las mejores secuencias de carreras de autos jamas filmada.Sin dudas es para ver en el cine y para celebrar este film antipochoclero que se aleja de las producciones de las plataformas de streaming.

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