Columnistas

Un año de risas

Un amplio, minucioso y personal repaso de los muchos logros y de algunas pocas decepciones que dejaron en 2008 los exponentes de la Nueva Comedia Americana.
Publicada el 20/01/2009
La crítica española, en su conjunto, reaccionó tarde ante la aparición de la conocida como Nueva Comedia Americana (NCA). En su momento, una obra maestra como Zoolander (Ben Stiller, 2001) fue menospreciada o ignorada de forma generalizada, víctima de la anestesia crítica que ha generado históricamente la intrusión de la sensibilidad pop en el cine.

Sin embargo, el panorama ha dado un vuelco absoluto en los dos últimos años. En 2007, el estreno prácticamente simultáneo de Ligeramente embarazada / Knocked Up y de Supercool / Superbad despertó una oleada de elogios sin precedentes. Por una parte, el “fenómeno Apatow” (director de la primera y productor de la segunda) fue bienvenido como una oportunidad, para la “nueva crítica” de abofetear el gusto adocenado de la “vieja”. Sin embargo, dicha operación perdió pronto su sentido, ya que el paradigma en torno a la comedia americana se desplazó con tal velocidad que “la vieja crítica” decidió asumir a Apatow como bandera. La conclusión final de esta batalla generacional terminó en tablas: por una vez, desde no se sabe cuándo, todos alzaron al unísono sus elogios al “clan Apatow” (NCA o Frat Pack, como quiera llamársele). Hoy, los medios generales, las publicaciones más prestigiosas (Cahiers du Cinea-España y Dirigido por) y las páginas y blogs de Internet se pelean por ser los máximos defensores de la NCA.

En el terreno personal, asistí a esta contienda desde un lugar un tanto incómodo. Mi devoción fanática por la mayoría de humoristas surgidos del programa televisivo Saturday Night Live (los pioneros -Bill Murray-, los Bad Boys -Adam Sandler, Mike Myers…- o los más recientes -Will Ferrell-) me había preparado para la eclosión de la NCA. Sin embargo, la veneración incondicional y generalizada hacia el supuesto talento de Judd Apatow me parecía bastante excesiva. Como ya escribí en alguna columna anterior, Ligeramente embarazada me pareció en su día un film ramplón, proclive al conservadurismo e inane en su pulcritud y asepsia formal. De esta manera, decidí asumir un abierto posicionamiento anti-Apatow. Bajo esta coraza asistí a otro interesante movimiento crítico. Las publicaciones especializadas dejaron de centrar su mirada únicamente en los nuevos productos de la NCA y, en un signo de madurez, empezaron a reclamar una historiografía del movimiento (algo que publicaciones como Sight and Sound o El amante llevan años realizando). Así empezó la búsqueda de los orígenes del fenómeno Apatow, que terminó situándose entre la producción de El insoportable / The Cable Guy (Ben Stiller, 1996) y su trabajo como productor-guionista-director de la serie Freaks and Geeks (1999-2000), periodo en el que su estilo eclosiona en toda su madurez.

Sin embargo, mientras la tendencia general apuntaba hacia la revisión del pasado reciente, la cosecha de films de 2008 terminó demostrando que la historia se estaba escribiendo en el más inmediato presente. La cronología del movimiento podía rastrearse en la remesa de estrenos que llegaban semanalmente a las carteleras, y que perfilaban con claridad las formas y posibilidades de la NCA, su organización programática y el evidente reparto de tareas entre los miembros del grupo. La primera película en llegar, al menos a España, fue Cómo sobrevivir a mi novia / Forgetting Sarah Marshall, dirigida por Nicholas Stoller (guionista de Las locuras de Dick y Jane / Fun with Dick and Jane -2005-), producida por Apatow y escrita y protagonizada por Jason Segel, uno de los jóvenes interpretes de Freaks and Geeks (teleserie que, observada retrospectivamente, podría considerarse una privilegiada cantera actoral, tal y como lo fue en el pasado The Outsiders -1983-). Cómo sobrevivir… es la película de 2008 que mejor encarna la evolución natural de la sombra de Apatow sobre la NCA. Temáticamente, se trata de un ejercicio de recurrencia: la tentación de la irresponsabilidad y las tensiones que acompañan a la madurez. Y formalmente, el principio de orden y academicismo (preferido por Apatow) es alterado por ciertas dosis de agresiones pop y, sobre todo, fulminantes golpes digresivos. Un tipo de digresión cómica que responde a una mecánica de insertos sobre-explicativo que suele orientarse hacia la escatología. Una herramienta de hilaridad que Adam Sandler lleva años utilizando en sus películas, y que en Cómo sobrevivir… alcanza un brillante cénit expresivo.

A continuación, llegaron la interesante Step Brothers y la magnífica No te metas con Zohan / You Don’t Mess with the Zohan. La primera, firmada por el dúo Will Ferrell-Adam McKay (autores de esos dos monumentos cómicos titulados El reportero: La leyenda de Ron Burgundy / Anchorman: The Legend of Ron Burgundy -2004- y Ricky Bobby: Loco por la velocidad / Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby -2006-), es una nueva incursión en el universo humorístico de Ferrell. Esencialmente, una cuestión de desproporción. Si anteriormente la representación grotesca de Ferrel se había orientado hacia la (falta de) inteligencia o pulsión épica, aquí la desproporción está totalmente relacionada con la inmadurez de su personaje (y el de su partenaire, John C. Reilly). Puede que la presencia como productor de Apatow tenga algo que ver con el énfasis en este aspecto temático; sin embargo, es una influencia sólo minoritaria, ya que las fuerzas motoras que orientan la película (el exceso, la incorrección, la improvisación y la fisicidad) son sólo tangenciales al universo del productor. Como valoración del filme podría decirse que el golpe cómico final (la imagen de Ferrell y Reilly golpeando sin piedad a un grupo de niños) es ejemplar, pero en ningún caso alcanza las cotas de delirio, desmesura, simplicidad y pureza de los grandes momentos de obras anteriores: la imagen de Will Ferrell como Ricky Bobby corriendo desesperado en ropa interior preso de un ataque de pánico en el asfalto de un circuito de carreras no tiene parangón.

Por su parte, Adam Sandler se destapó como el cómico del año en su radical sátira sobre el conflicto palestino-israelí. En los últimos tiempos, Sandler parece haber decidido abrir las neurosis de su personaje-arquetipo hacia la realidad del mundo. Si en Yo los declaro marido y... Larry / I Now Pronounce You Chuck & Larry (2007), donde abordaba la cuestión del matrimonio homosexual, reclamó la ayuda de Alexander Payne en la escritura de guión, en No te metas con Zohan son Judd Apatow y Robert Smigel (guionista veterano del Saturday Night Live) los que ayudan a Sandler a elaborar esta sofisticada y grotesca aproximación a los conflictos de la identidad judía. Convertido en Zohan, el todopoderoso superagente de las Fuerzas Especiales Israelíes que en realidad quiere ser peluquero, Sandler perpetra una irreverente sátira política que, por sus altas dosis de ternura, se sitúa más cerca del humanismo de la comedia clásica de Preston Sturges que del cinismo de Kubrick o la misantropía de los Coen. Puede argumentarse que las dosis de fábula que contiene el relato y su precipitación final hacia un terreno de feliz reconciliación, elementos propios del sello Apatow, son habituales del cine de Sandler, sin embargo no se le puede quitar al director de Virgen a los 40 años / The 40 Year Old Virgin (2005) una parte del mérito por los logros de este film irreverente y profético (como bien apuntaba Mark Peranson en el site Moving Image Source, la escena en la que Rob Schneider, en la piel de un palestino, le tira un zapato al poderoso Zohan encontró su espejo en la realidad de la mano de un periodista iraquí y de George W. Bush).

La siguiente película en llegar fue Una guerra de película / Tropic Thunder, el esperado nuevo film en la dirección de Ben Stiller, después de Zoolander. La película fue una relativa decepción. Es innegable que Stiller tiene un gran instinto para la fabricación de caricaturas que aúnan mordacidad y ternura. En su nueva historia hay creaciones magníficas (como el Kirk Lazarus al que da vida Robert Downey Jr.). Y no cabe duda de que es uno de los pocos cineastas que se manejan a placer en el marco de la cultura pop (al lado de McG, Tony Scott o Michel Gondry), sin embargo, hay algo en Una guerra de película que induce a la fatiga, como si el film, repleto de clisés hábilmente contorsionados y sátiras certeras (al mundo de la fama y el entertainment), se ahogara por acumulación. Una arritmia inducida por el excesivo cálculo con el que parece facturado el conjunto. No hay nada en la película que se acerque ni de cerca al video con el que adiestran a Derek Zoolander para que acabe con el primer ministro de Malasia (un fabuloso montaje lleno de imágenes de síntesis combinadas con el delirio improvisado de Ferrell y Stiller). Lo único que se le aproxima es el baile de Tom Cruise-Les Grossman que acompaña a los títulos de crédito finales, pero llega demasiado tarde.

Finalmente, la comedia norteamericana que remató el año fue Pineapple Express, otro interesante ejemplo de película en la que la influencia de Apatow (productor y colaborador en el guión) no es más que uno de los cimientos sobre los que el film construye su personalidad. Aquí, otros dos actores de la cantera Freaks and Geeks (Seth Rogen y el siempre sensacional James Franco) protagonizan este escéptico y metalingüístico canto a la amistad y al consumo de marihuana que, a pesar de Apatow, consigue no resultar moralizante. Además, la película calca la estructura de Supercool (un apabullante in crescendo sobre el absurdo) pero sosteniéndola en un estimulante juego de referencias a varios films de los 70 y 80: de la evocación poética y naïf a un universo pre-civilizado, a la manera de Terrence Mallick (principal referente del director de la película, David Gordon Green), a un sinfín de actioners y buddy movies. En resumen, una película con un discurso puramente cinematográfico (nada televisivo).

Y para terminar, mi sorpresa personal de 2008: Anna Faris. Una comediante de pies a cabeza a la que sólo había podido ver poniendo cara de asombro en la poco destacable saga de Scary Movie. Sin embargo, después de ver The House Bunny, empecé a comprender que la perplejidad que suele aflorar en el encantador rostro de Faris es algo más que un tic histriónico, quizás un signo de nuestros tiempos. En The House Bunny, Faris interpreta a un conejita de Playboy que, tras ser despedida por Hugh Hefner de la hedonista mansión por culpa de su edad (“27 años son en realidad 59 en años de conejita”), debe buscar un nuevo lugar en la sociedad. La película no es especialmente destacable, pero Faris brilla de forma esplendorosa en cada una de sus muchas apariciones. Ella no necesita más que una mirada, una sonrisa o un pequeño movimiento de cejas para transmitir todo aquello que los guionistas enredan o convierten en moralina. El choque entre la pureza de espíritu y la violencia del mundo, la lucha contra los prejuicios, la imperancia del culto a la imagen, la opresión de la vida cotidiana… todos estos delicados conflictos parecen clarificarse en la incontenible y grácil gestualidad de Faris (que encuentra el vehículo idóneo para desatar todo su potencial en la pot comedy de Gregg Araki Smiley Face). En el mejor de los casos, podría considerarse a Faris como la nueva Carole Lombard; en el peor, sería la nueva Goldie Hawn, que no es poco.

COMENTARIOS

  • 30/01/2009 23:31

    ¿Como obvian a los hermanos Farelly? autores de varias de las mejores comedias de los últimos años.

  • 26/01/2009 23:47

    La Nueva Comedia debería ir por el lado del gran Wes Anderson. Creo que haci allá apuntan los nuevos horizontes del humor.

  • 22/01/2009 20:13

    Una guerra de película es excepcional y punto. Al nivel de Zoolander. Buen año y un gran abrazo al Cosmos; recién me enteré que finalmente cerró.

  • 22/01/2009 11:23

    Ultimamente me vengo decepcionando mucho con esto de la NCA. "Tropic Thunder" no me parecio tan buena, y tampoco me gusto demasiado "Zohan". De las que si me quedo con una buena impresión son "Drillbit Taylor" (con guión de Rogen y producción de Apatow) que falto nombrar en la columna, y "Pinapple Express", mi favorita del año pasado.<br /> Muy buena la columna,<br /> Saludos

  • 22/01/2009 10:42

    Aún me faltan ver Pineapple y Step Brothers (sí vi Zack and Miri), pero comparto casi todo lo que sostiene esta excelente columna de manuel, salvo que para mi Una guerra de película está muy bien, no sé si a la altura de Zoolander, pero a mi me encantó. Besos para Manuel y buen año

  • 21/01/2009 15:54

    Manu, bajate que está en DVD de excelente calidad la nueva de Kevin Smith (Zack and Miri make a Porno), con Seth Rogen y producción de Apatow. Está muy buena y así completás el panorama 08 de la NCA.

  • 21/01/2009 11:49

    Ya cansan con este invento de la "Nueva Comedia Americana", que solo le púede gustar a quienes son sus protagonistas preferidos: eternos adolescentes que no asumen la adultez...

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