Festivales
Guía y reseñas de un festival inusual
-En sus cinco sedes (Buenos Aires, Madrid, Río de Janeiro, México DF y Bogotá), este "festival de festivales" ofrecerá 25 películas, entre joyas recientes y clásicos restaurados.
-Los 14 títulos de la Competencia Oficial -que incluye notables films como Curling, de Denis Cotê (foto izq.); y Meek's Cutoff, de Kelly Reichardt (foto der.) también se podrán ver en Mubi.com.
-A partir del miércoles 26/10 OtrosCines.com ofrecerá una cobertura especial desde Ciudad de México con la presentación en esa ciudad de una masterclass a cargo de la directora japonesa Naomi Kawase, invitada de honor de esta segunda edición y eje de un foco sobre su carrera.
Ya sea en una sala oscura y en pantalla gigante o en el living de una casa mirando una pequeña laptop, el Festival 4+1 ofrecerá desde el próximo miércoles 26 y hasta el domingo 30 un interesante y diverso panorama del cine de autor más audaz y provocador. Si bien este año el epicentro será la ciudad de México (hasta allí viajará la invitada de honor, la notable directora japonesa Naomi Kawase, para ofrecer una masterclass y acompañar un foco de su filmografía), Buenos Aires tendrá en el auditorio del MALBA (Figueroa Alcorta 3415) una proyección para invitados (la copia restaurada del clásico La patrulla infernal / Paths of Glory, de Stanley Kubrick, en el marco de una reciente asociación del 4+1 con la Film Foundation que lidera Martin Scorsese) y otras 20 para el público.
Por su parte, los arranques en las otras ciudades latinoamericanas también serán con joyas recuperadas (Pandora y el holandés errante / Pandora and the Flying Dutchman, de Albert Lewin, en Río de Janeiro; Las zapatillas rojas / The Red Shoes, de Michael Powell y Emeric Pressburger, en Ciudad de México; Senso, de Luchino Visconti, en Bogotá), mientras que en Madrid será con la presencia de los hermanos Dardenne para la exhibición -sólo allí- de El niño de la bicicleta (Le gamin au vélo), su más reciente largometraje.
A diferencia de otros festivales, en el 4+1 no hay jurado, aunque sí voto del público. La película ganadora -que recibirá 20.000 euros- se repetirá el domingo, en el cierre de este evento a todas luces inusual.
Reseñas de las películas ya vistas
-Chantrapas (Georgia-Francia), de Otar Iosseliani. Esta tragicomedia rodada en (y cofinanciada por) Francia y Georgia describe con el habitual estilo caótico, desbordante, mordaz e impiadoso del director de Pastoral, Jardines en otoño y Hogar, dulce hogar las penurias de un joven realizador que sufre la censura gubernamental en su país y luego, la de los productores galos que lo contratan y terminan editando la obra a su antojo en París. Más trágica que cómica, más política que cinéfila, llena de simpáticos anacronismos y situaciones entrañables, Chantrapas es un film menor, pero igualmente disfrutable del gran Iosseliani. DB
-Curling (Canadá), de Denis Cotê. Melodrama sobre una patológica relación padre-hija ambientado en un recóndito, desolador y congelado pueblito del norte canadiense. Un padre border y sobreprotector hasta lo enfermizo prácticamente no deja salir de su casa (y mucho menos ir a la escuela) a su hija de 12 años. Sin embargo, este hombren no puede controlarlo todo, mucho menos sus traumas. Unos misteriosos cadáveres que aparecen en la nieve, un salón de bowling, el curling del título (un absurdo deporte sobre hielo) y unos personajes tan exóticos como entrañables conforman el extraño y fascinante universo de Côté que, como bien indica Menchén López, tiene algo del cine de David Lynch y climas sobre la opresiva soledad e inmensidad de los paisajes nevados que remiten a ciertas películas escandinavas. Merecida ganadora de los premios a mejor dirección y actor en Locarno 2010. DB
-Lucía (Chile), de Niles Atallah. Hermosa y cuidada película sobre una relación padre-hija ambientada en diciembre de 2006, época del fallecimiento del dictador Augusto Pinochet. Cada imagen del film es de una belleza subyugante, digna -por qué no- de un Wong Kar-wai. DB
-El niño de la bicicleta / Le gamin au vélo (Bélgica-Francia), de Luc y Jean-Pierre Dardenne. Ganadores en dos oportunidades de la Palma de Oro con Rosetta (1999) y El niño (2005), los Dardenne ratifican con Le gamin au vélo la extraordinaria dimensión de un cine bello, riguroso, implacable y de profundo humanismo. Estos verdaderos maestros recurrieron -en un hecho infrecuente en su filmografía- a una gran estrella como Cécile de France (también belga de nacimiento) para uno de los dos papeles centrales del film. El otro, claro, es el que interpreta Thomas Doret, el niño del título, un chico de 11 años abandonado por su padre (Jérémie Renier) y rescatado de un internado por Samantha, una misteriosa peluquera con la que se topa de manera fortuita en una clínica. Claro que la reinserción del pequeño Cyril -una bomba de tiempo marcada por la frustración, el resentimiento, la descontención y la confusión- no será nada fácil y, a pesar de los esfuerzos de esta luminosa madre sustituta, pronto se verá involucrado en hechos delictivos no exentos de violencia. La trama tiene algo de la primera nouvelle vague francesa (Los 400 golpes) y del neorrealismo italiano, fuentes de las que siempre han bebido los Dardenne, pero se trata de un relato poético y urgente a la vez, de esos que exponen con la simpleza y la honestidad de los grandes cineastas unos pequeños trozos de vida en uno de los tantos pueblos grises y perdidos que son rescatados del olvido por la sensibilidad de los artistas. DB Atención: Sólo se exhibe en Madrid.
-Meek's Cutoff (Estados Unidos), de Kelly Reichardt. Reichardt se aleja de los esquemas narrativos minimalistas que formaban el esqueleto de sus anteriores películas, construidas alrededor de carismáticos dúos protagonistas y apuesta por una estructura más coral, la que forman los siete miembros (tres hombres, tres mujeres y un niño) de una caravana que transita el desierto de Oregon en 1845. En su accidentada travesía, los guía Stephen Meek (Bruce Greenwood), cuya figura estoica y taciturna hace pensar en un personaje salido del rincón más turbio del imaginario de Cormac McCarthy. Así, durante casi toda la primera mitad del film, Reichardt se dedica a retratar el errático avance de la expedición, haciendo hincapié en los rituales cotidianos del grupo: la bendición e ingesta de alimentos, los altos en el camino, los trabajos manuales de las mujeres... Los tiempos muertos generalmente obviados por el western clásico. De hecho, Meek’s Cutoff podría entenderse como una destilación de los westerns itinerantes de Anthony Mann -en realidad, todo el cine de Reichardt parece conjugarse “en tránsito”-, con el valor añadido de que retoma el espíritu hermético y distanciado que Monte Hellman imprimió al género en los años '60. A este trabajo de depuración narrativa cabe sumar la deslumbrante belleza de la película, el más rico en cuanto a texturas de los realizados por Reichardt hasta la fecha, y el primero en 35 mm. (la muy amplia crítica de Manuel Yáñez Murillo se puede leer completa aquí).
-Nostalgia de la luz (Chile), de Patricio Guzmán. El gran documentalista chileno -además un experto en astronomía- construyó un subyugante trabajo en torno al observatorio ubicado en pleno desierto de Atacama, donde -dicen- se obtiene la mejor visión de la estrellas. De paso, Guzmán habla del pasado, del presente y del futuro, de las milenarias huellas que se perciben en la geografía y de las heridas aún abiertas que dejó la última dictadura pinochetista. Un gran film, ganador del premio al mejor documental en los European Film Awards, entre muchas otras distinciones. DB
-Tilva Ros (Serbia), de Nikola Lezaic. Otra película sobre skaters, en este caso sobre unos jóvenes serbios que utilizan las ruinas de lo que alguna fue la mina más importante del país como una de las locaciones preferidas para filmar sus videos caseros y extremos a-lo-Jackass. Dos íntimos amigos recién salidos de la secundaria (de diferente estrato social y con diferentes aspiraciones) reciben durante el receso veraniego la visita de una chica que regresa por unos días de su estancia en Francia. La lealtad entre ellos dos se verá amenazada por los celos y la competencia por conseguir la atención de la atractiva muchacha. A pesar de ser su debut en el largometraje, Lezaic construye -casi siempre en plano-secuencia- algunos momentos de gran cine, como el robo de los skaters en un supermercado o una manifestación de los mineros en conflicto. Un logrado retrato sobre el (conflictuado) espíritu adolescente. DB
-Morgen (Rumania-Francia-Hungría), de Marian Crisan. Tras ganar en 2008 la Palma de Oro al mejor corto del Festival de Cannes con Megatron, Crisan debuta en el largometraje con la historia de un inmigrante turco que cruza la frontera entre Hungría y Rumania en su intento deseperado por llegar hasta Alemania. En un pueblo cercano (de donde es originario el propio director), en medio de constantes razzias policiales, el extraño es refugiado de forma temporaria por un guardia de seguridad de un supermercado, un hombre cuarenton, sencillo y afecto a la pesca, que intenta mantenerse alejado de las tentaciones del consumismo y de los negocios que le ofrecen. Entre ambos la comunicación es difícil (no entienden una sola palabra del idioma del otro), pero esta tensión le sirve al realizador para darle un rostro humano a este contradictorio universo. Aunque tiene una mirada crítica a la burocracia oficial y a la paranoia social, esta película premiada en los festivales de Locarno y Tesalónica elude la bajada de línea política más obvia para concentrarse en las tragicómicas consecuencias de un modo de vida que, evidentemente, no funciona demasiado bien. Otro pequeño gran film del nuevo cine rumano. DB
-Outrage (Japón), de Takeshi Kitano.
RESEÑA 1: Kitano regresa al cine de mafiosos con esta historia que describe la sangrienta e interminable batalla entre diversos clanes familiares de la yakuza japonesa. El mismo Kitano interpreta a uno de los líderes de una banda y protagonista de varias escenas de violencia (hay todo tipo de extremidades cortadas), aunque matizada con mucho humor negro. El nuevo trabajo del creador de Flores de fuego, Sonatine, Violent Cop, Zatoichi y Brother no propone nada demasiado novedoso , pero aunque sea más de lo mismo, siempre es un placer ver sus películas de gangsters. DB
RESEÑA 2: Había mucha expectación en Cannes por ver el regreso de Takeshi Kitano al cine de yakuzas tras su trilogía sobre la frustración artística, formada por Takeshis, Glory to the Filmmaker y Akiresu to kame. Y lo cierto es que Outrage pone de manifiesto que el director japonés atraviesa un periodo de ferviente creatividad, marcado por la expresión de una radical libertad. De hecho, el film parece el resultado lógico del reciente camino hacia la abstracción tomado por el cine de Kitano, que en Outrage ensaya una variación respecto a las constantes del noir: aunque conserva el nihilismo y la tendencia al fatalismo propia del género, la película se hace fuerte tanto en su distanciamiento irónico como en la pletórica inventiva formal demostrada por Kitano. Planteada como un carrusel de hallazgos visuales y de humor muy negro (la trama es mínima, esquelética), la película se adentra sin prejuicios en el territorio de la violencia más extrema y paródica (un poco a la manera de Takashi Miike), al tiempo que ensaya múltiples ritmos; estirando y comprimiendo continuamente el tiempo de la acción, siempre en busca del más puro goce plástico (en la línea de Brian De Palma o Seijun Suzuki). MYM
-My Joy (Ucrania), de Sergei Loznitsa.
RESEÑA 1: El debut en la ficción de este reconocido documentalista ucraniano resultó una decepción. Más allá del talento formal a la hora de construir vistosos planos-secuencia, se trata de un film de una sordidez, una solemnidad y una violencia muchas veces gratuita y no exenta de golpes bajos. Un largo viaje en camión y una sucesión de personajes (todos con destino trágico) sirven para describir la degradación humana que ha dejado el período comunista y que el capitalismo, según parece, no ha podido remediar en lo más mínimo. DB
RESEÑA 2: La primera incursión del documentalista Sergei Loznitsa en el terreno de la ficción, resultó una relativa decepción. Dispuesto a elaborar un gran tratado sobre la corrupción social de su país, el realizador ucraniano elabora un sofisticado entramado de relatos trágicos que se encadenan mediante elegantes movimientos de cámara u oportunos flash-backs (la película puede verse como un siniestro compendio de fábulas negras). Loznitsa demuestra una interesante sensibilidad para el comentario antropológico más sutil, aquel que parte del paisaje y se imprime en los curtidos rostros de los personajes; sin embargo, My Joy pierde progresivamente su fuerza enigmática cuando opta por la acumulación de episodios violentos, descorazonadores. Al final, la excesiva proliferación de personajes agresivos y rencores irresueltos termina subrayando la tesis central del film: la violencia es una condición hereditaria y si una sociedad no es capaz de resolver sus traumas, el terror terminará enquistándose en las conductas de los hombres. MYM
-Color perro que huye (España), de Andrés Duque. Entre su Venezuela natal y su España de adopción, Duque construye un híbrido (tan de moda en estos tiempos) que va del documental a la ficción, pasando por el ensayo íntimo y el trabajo con las nuevas tecnologías. Las prostitutas de Barcelona o el ruido y la música de Caracas, Internet y las leyendas indígenas o pasos de comedia (el zapato que se cae al río)... todo eso y mucho más en este trabajo melancólico y algo desencantado que prescinde de la narración en off pero la "traslada" a los subtítulos que inundan la pantalla. Interesante, despareja y audaz. DB
-Asalto al cine (México), de Iria Gómez Concheiro. El film arranca como una descripción social (casi antropológica) sobre las condiciones de vida, las contradicciones, las frustraciones y las relaciones de varios jóvenes hiphoperos que viven en un complejo habitacional de clase media-baja en las afueras de Ciudad de México y luego deriva hacia el cine de género, más precisamente hacia el asalto al cine que se anticipa desde el título, narrado con pericia y tensión. Una muy buena ópera prima de esta directora mexicana. DB
-Nénette (Francia), de Nicolas Philibert. El nuevo film del realizador de la exitosa Ser y tener se centra en la cotidianeidad -rodeada de miles de niños y turistas que la visitan- de una mona de Borneo que vive en el zoológico del Jardín de las Plantas, de París, desde 1972 y que ha llegado a la increíble (para los orangutanes) edad de 40 años. Un minucioso, fascinante y por momentos lírico ensayo sobre la mirada. DB
Foco Naomi Kawase
-Genpin. Puede que sea porque me apasiona el tema del parto natural (mis dos hijos nacieron de esa manera) o porque la sensibilidad y el lirismo kawaseano siempre me pueden (incluso en un film "menor" como este), pero me interesó este proyecto bastante maltratado por el resto de la crítica. Kawase -que hace poco tiempo también fue madre- se acerca a la clínica Yoshimura, liderada por un doctor con ese apellido que en los últimos 40 años ha colaborado con los partos naturales (sin intervención / inyección peridural / inducción u otra participación artificial) de cientos de mujeres. Con más de documental que de ficción, Kawase sigue varios casos muy disímiles para seguir siempre desde cerca la intimidad de las embarazadas hasta llegar a los partos, que son filmados en toda su crudeza y su esplendor. Por supuesto, el poder de la naturaleza, el paso del tiempo, el existencialismo, las tradiciones y otros temas kawaseanos están presentes en esta más que atendible película.
-Hanezu. En su más reciente trabajo, Kawase vuelve a su región natal de Nara (incluso dentro de un hermoso parque natural) para narrar una trágica historia de amor entre una joven dominada por un padre bastante posesivo y un artesano. La película, que en primera instancia ofrece una plácida mirada a la belleza de la zona y a las propuestas de su gastronomía, deriva en su segunda mitad -quizás de manera un poco abrupta- hacia temas mucho más complejos como la maternidad, el incesto y el suicidio. De todas maneras, la belleza y la sensibilidad de Kawase permanecen inalterables. Atención: Sólo se exhibe en Ciudad de México, Madrid, Bogotá y Madrid.
-Hotaru (versión 2009). En 2009, Naomi Kawase volvió a enfrentarse a una de sus películas más queridas, Hotaru (2000) para remontarla en una nueva versión, que se presentó mundialmente en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de ese mismo año. Hotaru, que significa luciérnaga, es también un juego de palabras entre dos símbolos, “hi”, que significa fuego, y “tareru”, que significa colgar, caer o dejar atrás. Así, la luciérnaga del título suena también a algo como “fuego que cae”: esas llamaradas con las que arranca y termina la película, luciérnagas de fuego en una noche oscura. O quizás, esa cámara que baila al ritmo de los personajes, como la palpitación de un corazón, buscando sus destellos de luz, esas llamaradas con las que, como luciérnagas en busca de pareja, hacen señas confiando en que alguien les vea (Gonzalo de Pedro Amatria).
-Shara. Que Shara tiene múltiples connotaciones autobiográficas (casi confesionales) no es una novedad desde el momento en que está rodada en Nara –ciudad natal de la directora de 39 años– y la propia Kawase (embarazada en el momento del rodaje) se reserva un papel esencial como una madre que da a luz en un parto natural en cámara. El film tiene un planteo inicial inquietante (la absurda, inexplicable desaparición de un niño), pero luego de ese prólogo desgarrador la historia familiar avanza varios años y se va convirtiendo en un retrato luminoso, emotivo y catártico en el que el dolor, el duelo, la desorientación y la culpa se irán disipando para abrirle paso al baile, la música, la solidaridad, el despertar sexual y la vida. Kawase –que junto con Kore-eda Hirokazu se ha convertido en una de las más interesantes observadoras de la sociedad japonesa– parece una heredera de Yasujiro Ozu, aunque sus estilos no se parezcan en nada: al plano fijo y al narrar pausado del gran maestro nipón, ella le opone una puesta en escena urgente, trabajada a partir de largos y virtuosos planos-secuencia que siguen y observan muy de cerca a los personajes. La película muestra las contradicciones entre tradición y modernidad (las casas típicas, los bailes tradicionales y los kimonos conviven con la música electrónica o los carteles de Versace) y combina las vivencias de los padres del niño que se ha "esfumado" con las de su hermano, al que también le cuesta desprenderse de tanto dolor, mientras empieza a relacionarse con una compañera de colegio, y con las de los fieles vecinos que están siempre presentes para ayudarlos. En una de las escenas más bellas del film (y del cine de los últimos años), Kawase filma las coloridas danzas del festival callejero de Basara, mientras un inesperado diluvio convierte al evento en un desfile de proporciones épicas. Además de la belleza visual, Kawase trabaja las distintas capas de sonido, los climas y la intimidad de los personajes con una ductilidad que por momentos remite al cine de la argentina Lucrecia Martel. Concebida a contramano del vértigo y de la obviedad de buena parte del cine contemporáneo, Shara es una película-antídoto que, a partir de la sutileza y la emoción, apuesta a transmitir los sentimientos más profundos de las relaciones humanas, sin necesidad de explicarlo todo. Está en la capacidad emotiva e intelectual del espectador completar lo que propone esta notable directora japonesa.
Sinopsis de los films no vistos aún (tomados del catálogo del festival):
-Belle épine (Francia), de Rebecca Zlotowski. Lo primero que llama la atención de la película de Zlotowski es la dictadura estética que impone el rostro de su protagonista: una joven que aprisiona y abstrae sus sentimientos con la actitud de un personaje de Philippe Garrel o de Maurice Pialat. Un ángel cuya vida soñada tiene cabida entre carreras de motos, fugaces encuentros sexuales, desafíos a todo tipo de autoridad… es por ello que la película tiene apariencia de catarsis expeditiva cuando en el fondo no es más (ni menos) que un alegato romántico a la experiencia límite, a la vida en el filo. De ahí su estética de los años ochenta estadounidenses y su palpitante aroma de tragedia que empapa las imágenes hasta tal punto que las reformula… hacia algo parecido a una mínima esperanza (Alejandro G. Calvo).
-King of Devil's Island (Noruega), de Marius Holst. En línea con las mejores producciones de calidad del cine europeo, esta película noruega cruza con extraordinaria solvencia el género carcelario con la alegoría política y la recreación histórica. Situada en 1915, toda la acción se desarrolla en un correccional en una isla de los fiordos noruegos, al que van a parar jóvenes delincuentes y niños cuyo único delito es haber nacido pobres. Dirigido con mano firme por el gobernador de la isla (interpretado por la estrella europea Stellan Skarsgård), la disciplina, el trabajo duro y los castigos físicos en un entorno de extrema frialdad son el credo diario del internado. La llegada del indomable Erling (un magnético Benjamin Heistad) al reformatorio desencadenará el enfrentamiento entre los monstruos de la represión y aquellos que están dispuestos a luchar por su libertad (Carlos Reviriego).
-Mundane History (Tailandia), de Anocha Suwichakopong. Parece una historia sencilla: un chico inválido es atentido por un enfermero en una casa grande y hueca; bajo el mismo techo vive también su padre, con quien no se habla. Sin embargo, es una película llena de universos de significado. Más allá del intercambio escueto que se produce entre los protagonistas, de la quietud inquietante de ese espacio y del desarrollo de la trama en él, la historia trasciende a reflexiones espirituales. Esto sucede de forma orgánica mediante escapes cósmicos y mágicos gracias a su tratamiento visual y sonoro acertadamente radical. Como resultado, esta historia común se convierte en Historia con mayúsculas. Esta ópera prima se sirve de lo particular para reflejar el estado de todo un país: Tailandia. El drama familiar funciona como una alegoría en la que a pesar de las apariencias nada está en el lugar correcto (Garbiñe Ortega).
-Familystrip (España), de Luis Miñarro. Quizás para ser (buen) productor de cine haya que haber conocido antes el oficio del cineasta y el oficio del actor. Filmar y ser filmado antes de producir. Luis Miñarro, uno de los pocos productores de riesgo que ha dado el cine español en los últimos años, acompañante y compañero de cineastas como Apichatpong Weerasethakul, Lisandro Alonso, Manoel de Oliveira, y muchos otros, se aventura con esta película a filmar y ser filmado al mismo tiempo. Tomando como excusa un retrato de él con sus padres, ya ancianos, Miñarro decide filmar las largas sesiones de posado para conservar esas horas como recuerdo de familia. Unas imágenes en origen privadas que terminaron formando una película en la que, a través del tiempo y las conversaciones, las charlas familiares dejan ver el retrato de toda una época, el cambio generacional, ético y político de todo un país (Gonzalo de Pedro Amatria).
Grilla de programación
JUEVES 27
14:00 Lucía, de Niles Atallah
16:00 Mundane history, de Anocha Suwichakopong
18:30 Curling, de Denis Cote
20:30 Nostalgia de la luz, de Patricio Guzmán
22:30 Tilva Rosh, de Nikola Lezaic
VIERNES 28
14:00 Morgen, de Marian Crisan
16:00 My Joy, de Sergei Loznitsa
18.30 Nenette, de Nicolas philibert
20:00 Meek's Cutoff, de Kelly Reichardt
22:00 Chantrapas, de Otar Iosseliani
SÁBADO 29
14:00 Belle Epine, de Rebecca Zlotowski
16:00 Hotaru, de Naomi Kawase
18:30 Color perro que huye, de Andrés Duque
20:00 Outrage, de Takeshi Kitano
22:00 King of Devil's Island, de Marius Holst
DOMINGO 30
14:00 Familystrip, de Luis Miñarro
15:30 Genpin, de Naomi Kawase
17:30 Shara, de Naomi Kawase
20:00 Asalto al cine, de Iria Gomez Concheiro
22:00 Clausura película ganadora
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FESTIVALES ANTERIORES
Diego Batlle elige a las nuevas películas de Richard Linklater, Jafar Panahi, Kleber Mendonça Filho, Kelly Reichardt y Nadav Lapid como sus favoritas de este año.
En el cierre de la cobertura Diego Batlle y Manu Yáñez analizan el palmarés título por título, lo nuevo de Kelly Reichardt, Nadav Lapid, Christian Petzold y Lav Diaz, entre otros films, y hacen un balance general de esta edición 78.
-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 73 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival. Ya hay 64 disponibles.
La Quinzaine eligió como film de cierre esta ópera prima que ya había tenido buena recepción en el Festival de Sundance, donde ganó el premio a Mejor Guion.
Lisa: me llamaron de MUBI para decirme que las películas del festival NO son gratuitas. Costarán lo mismo que las otras: 2 dólares por film y podés ver todas las que quieras y el resto del catálogo por 8 dólares mensuales. Ya corregí la información en el texto pero de paso lo aclaro también aquí. Saludos
¿mubi es totalmente gratuito? ¿no hay que pagar un abono? me parece que hay que registrarse y algo hay que garpar, aunque si a vos te pasaron la data de que es gratis quizás lo liberen durante el festival, si tenés más precisiones, agradecida. Igual estaré atenta e iré entrando a mubi a ver qué onda. gracias x la guía, muy completa