Columnistas

El cine desnudo

El sexo es el tema central de dos películas en cartel recibidas con múltiples elogios: Entre sus manos y La vida de Adèle. Nuestra columnista no comparte ese consenso y cuestiona los procedimientos de ambos films.

Publicada el 08/01/2014

Publicado el 8/1/2014

Todos queremos ver sexo, las únicas dos o tres personas que conozco que no quieren ver sexo son muy puritanas o tienen más de sesenta años. Para las nuevas generaciones, más o menos libres de la culpabilidad que implica el acto de ver, la sexualidad y el cuerpo de los otros -porque eso es mayormente lo que queremos ver cuando queremos ver- son objeto de una curiosidad infinita, que se alimenta a medias entre los medios de comunicación y su avalancha de imágenes y curiosidades, a medias con el boca a boca y la predisposición entusiasta de todos y todas a hablar de sus costumbres, hábitos y preferencias con casi cualquiera que quiera escucharlo. Como contrapartida, el cine no da mucho para satisfacer esta demanda: los culos están en las revistas y en la tele, el porno sigue circulando en videos que se consumen en la comodidad del hogar (ahora con la ventaja inconmensurable de ver y bajar por Internet y no tener que dar la cara ni en la sección erótica de los videoclubes) y las películas que se estrenan y mayormente se pueden ver en cualquier sala de cine atraviesan desde hace un tiempo un período de bastante pacatería.

Cuerpos hay, eso es seguro, pero lo que hacen esos cuerpos pocas veces excede lo que puede verse en una publicidad de desodorantes o de ropa interior femenina o masculina: poses y más poses, tremendamente “cuidadas”, como suele decirse, que convierten a hombres y mujeres en afiches más que en personas de carne y hueso entregadas al caluroso y desordenado acto de cogerse. Y a veces, ni siquiera eso: que pueda existir una película como Don Jon (dirigida y protagonizada por el nuevo Robin Joseph Gordon-Levitt, y rebautizada en Argentina con el muy ochentoso título de Entre sus manos, ya van a ver por qué) habla de lo mucho que se puede inflar un producto que supuestamente habla de sexo, pero en el que, en realidad, el sexo no aparece por ningún lado.



Entre sus manos
es una simple y llana fábula moral, la de Jon y su adicción a masturbarse mirando pornografía, que le impide relacionarse correctamente con el sexo opuesto (frase que nunca hubiera escrito pero, francamente, apenas hay otro modo de decirlo). Jon es un chico bolichero, machista y conservador, de esos que les ponen puntajes a las partes de las chicas y vive inmerso en una estructura esquizofrénica donde tu padre puede mirarle el culo a tu novia y futura madre de sus nietos con total admiración, y podés “lavar” las masturbaciones de toda una semana si cumplís con tu asignación de diez Padrenuestros y otros diez Avemarías. La película cruza a este macho insoportable con la minita interpretada por Scarlett Johansson, rubia, de manicura exagerada y acento seudo-italiano, que se levanta chicos en el boliche pero en el fondo solo quiere tener bebés y formar una familia. Scarlett puede ponerse un vestido ajustado y hablar con acento popular, pero olvídense de verla demasiado en la cama: algunas estrellas simplemente no se desnudan, y Jon tendrá que recurrir a la más experimentada y liberal Julianne Moore para aprender un par de cosas sobre sexo.

Con la premisa de que masturbarse después de cierta edad está mal, y de que lo normal sería tener sexo con chicas y “perderse en el otro”, Entre sus manos es normativa de principio a fin y no admite ningún tipo de discusión en la descalificación sistemática de su pajero personaje, además de que hace un intento de purificación lingüística al introducir, con un poco de timidez pero con convicción, el viejo giro de “hacer el amor”. Con poco sexo y mucha culpa, la historia de Don Jon es el extremo opuesto de la de Adèle, que en la película que lleva su nombre muestra hasta lo que casi ninguna actriz se atreve a mostrar: una concha depilada y joven, apenas abierta mientras su dueña posa para una de las pinturas de su novia artista. De más está decir que de ahí para arriba, se muestra todo. Y a La vida de Adéle le basta, para ser una película hermosa, con la belleza de sus protagonistas. Más jóvenes y perfectas imposible, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos llenan uno por uno todos los requisitos del canon de belleza contemporáneo, y cada una aporta toques encantadores como los dientes separados y el pelo azul de Seydoux, que la convierten en una criatura casi extraterrestre con reminiscencias de Kate Moss, y el aire infantil y salvajemente despeinado de Exarchopoulos, lindísima en un buzo con capucha o en el jean más común del planeta que le deja ver el ombligo.



Por otra parte, lo que hay de intensidad -o de supuesta intensidad- en el enamoramiento de las chicas está construido de una manera bastante burda con procedimientos que hacen del espectador un voyeur obligado, que le imponen el deseo, cuando la cámara se fija en la boca abierta de Adèle mientras duerme o en culito levantado, de nuevo, mientras está dormida, adolescente y un poco con aire de bebé, entregada profundamente al sueño. Estas imágenes me parecen clave para entender cómo funciona la película, porque está claro que esa fragmentación fetichizante del cuerpo de la protagonista tiende a hacer que, para cuando tenga lugar el encuentro entre las chicas, uno ya esté totalmente caliente y con ganas de ver a Adèle desnuda, de consumar esa larga invitación visual que es la primera hora de película.

Adèle se encuentra con Emma, se descubre lesbiana e inmediatamente la vemos cogiendo como la más consumada de las tortilleras sin que medie un descubrimiento del otro cuerpo femenino, o del propio cuerpo en este universo nuevo. En La vida de Adèle no hay tanteo, no hay temblor ni conflicto y, para colmo, uno de los hechos fundamentales de la película aparece condensado en la metáfora más tonta posible, cuando Emma le pregunta a Adèle si le gustan las ostras -cosa que es tan sutil como si, tratándose de homosexuales, uno le preguntara al otro si le gusta la maraca. Adèle dice que no, pero prueban las ostras y le empiezan a gustar, y entonces uno sabe que también le va a gustar la ostra de Emma. La inteligencia de la película alcanza para aprovechar el mismo plato, las ostras con limón, como indicador de la diferencia de clases entre las chicas: en la casa de Emma se comen ostras y se habla de cultura; en la de Adèle se comen espaguetis y se habla de plata y de laburo, y eso es lo más sofisticado que se le puede pedir a la película de Kechiche. El resto es una historia de amor totalmente lineal y carente de interés, un poco de telenovela entrecortada por los llantos de Adèle para hilar las escenas donde las chicas cogen, entre el porno y el artie, o entre el porno y esos espantosos y convencionales cuadros de Emma que atrasan como un siglo.

Que semejante pavada haya cosechado dieces locales y palmas de oro francesas es un misterio: aunque La vida de Adèle es innegablemente bella y atractiva, esa atracción se recuesta sobre las convenciones más burdas del presente, las que hacen posar a dos chicas lindísimas y calentar la pantalla para la mirada masculina, y por esto me refiero a una mirada que fragmenta y dispone el cuerpo de la mujer con procedimientos similares a los del porno y la publicidad. Aunque poner a dos chicas cogiendo se pueda confundir con realismo, basta para entender cómo se representa el cuerpo femenino con la escena cerca del final en la que Adèle se ducha: ninguna chica se enjabona el culo con movimientos circulares y una pierna apoyada sobre la bañera para hacerlo ver todavía más redondo, salvo en alguna publicidad de jabón o de crema anti-celulitis. Pero como sea, menos plásticas, menos maquilladas y más naturales que cualquier modelo o actriz porno, las chicas de culos inmaculados que se pegan palmaditas estaban destinadas a ser un hit, y a ser también el único sustento de una película que borronea su historia y su entorno (la familia, trabajo, aprendizaje y crecimiento de su protagonista) porque lo que más le importa es mostrar, teñidas de pretendida elegancia artística (ya saben, plano cenital de los cuerpos simétricos de las chicas, menciones a Egon Schiele y bla bla bla), algunas imágenes que le podrían servir al más sincero Don Jon para cargarse otros diez Avemarías.

COMENTARIOS

  • 13/01/2014 23:43

    <p>Me parece que Jorge H. queria ver otra pel&ugrave;cula: una trama de tensiones contestatarias, drogas por doquier, familias disfuncionales, suicidados por no poder pagar la hipoteca, etc, etc. angustias que no dejan ni tiempo para el amor y el sexo.</p> <p>Me parece que no es el caso de este recorte de \"una\" historia de amor entre millones, con el acento y la sensualidad expresiva puestos en una pasi&ograve;n que produce placer y dolor entra&ntilde;able por encima de cualquier concientizaci&ograve;n sobre el mundo en que vivimos. Esto dicho con todo el afecto y respeto por el lector que antecede- Es bueno jugar un poco a la confrontaci&ograve;n cin&egrave;fila sin que la sangre llegue al rio.</p>

  • 13/01/2014 16:00

    <p>Sobre la \"Vida de Ad&egrave;le\"</p> <p>Una pel&iacute;cula reaccionaria</p> <p>Pensemos por un momento que el t&iacute;tulo habla de la vida de Ad&egrave;le. De toda su vida, no solo la amorosa. &iquest;Y cual es la mirada que posa Kechiche sobre todas las instituciones que retrata? Es una mirada carente de conflictos (fuera del sentimental, por supuesto), condescendiente. Las familias que se retratan muestran a padres e hijos sin peleas ni incomprensiones.</p> <p>La pol&iacute;tica aparece tibiamente en una manifestaci&oacute;n que parece m&aacute;s un corso de carnaval que el reclamo por mejor educaci&oacute;n. &iquest;Y la polic&iacute;a, y la represi&oacute;n, y las sanciones? Que distinta la manera de retratar las luchas estudiantiles de Kechiche con la de Assayas, por ejemplo, en &ldquo;Despu&eacute;s de mayo&rdquo; Los dos directores franceses divergen radicalmente tambi&eacute;n en la presentaci&oacute;n del tiempo hist&oacute;rico. La de Kechiche no se sabe en que &eacute;poca transcurre, y por lo tanto contra quienes se enfrentan los manifestantes. En &ldquo;Despu&eacute;s de mayo&rdquo; ya desde el t&iacute;tulo nos ubica en el periodo del filme.rnrnLa educaci&oacute;n, es otra instituci&oacute;n retratada con una falta de rigor cr&iacute;tico sorprendente. Muchas escenas se desarrollan en el &aacute;mbito de la educaci&oacute;n. Kechiche repite en esta pel&iacute;cula un inter&eacute;s que ya demostraba por el tema en su anterior &ldquo;Juegos de amor esquivo&rdquo;. Un grupo de estudiantes secundarios que conviven en un clima por dem&aacute;s armonioso entre ellos y lo que resulta m&aacute;s inveros&iacute;mil, con sus profesores. La concentraci&oacute;n e inter&eacute;s que muestran Ad&egrave;le y sus compa&ntilde;eros, hace que parezcan habitantes de otro mundo. En &ldquo;Juegos de amor esquivo&rdquo; el comportamiento de los alumnos es similar, y hasta m&aacute;s irreal, porque se trataba de una escuela marginal. La violencia o las drogas, est&aacute;n completamente ausentes en las dos pel&iacute;culas de Kechiche.</p> <p>Luego Ad&egrave;le, aparece en el rol de maestra. El hecho de que sea una maestra de &ldquo;Kinder&rdquo;, le permite a Kechiche fotografiar a los peque&ntilde;os alumnos, con el mismo sistema con que retrata a las dos protagonistas, con primeros planos intensos de los ni&ntilde;os que con su alegr&iacute;a y bondad se meten al espectador en el bolsillo y refuerza la empat&iacute;a por Ad&egrave;le. Qu&eacute; puede haber mas tierno que trabajar de maestra en un jard&iacute;n de infantes.</p> <p>El matrimonio es lo mismo: la monogamia es la base de la pareja, y el conflicto central se desata a partir de la &ldquo;violaci&oacute;n&rdquo; de Ad&egrave;le de este pacto &ldquo;sagrado&rdquo; que impone el patriarcado.rnLa monogamia es la base de la sociedad patriarcal. Que los movimientos de las minor&iacute;as sexuales por obtener el derecho a contraer matrimonio, no cuestionen este fundamento, explica la facilidad con que van obteniendo en todo el mundo sus derechos. El capitalismo est&aacute; a salvo. Por supuesto no todos los miembros de estas minor&iacute;as piensan igual.</p> <p>En la pel&iacute;cula, Emma es sumamente conservadora en este aspecto, y la crisis, a mi entender exagerada, deviene justamente de un acto infidelidad de Ad&egrave;le. Emma podr&aacute; parecer moderna ti&ntilde;iendo su pelo de azul, pero su concepci&oacute;n de la pareja es muy anticuada. &iquest;ser&aacute; tambi&eacute;n la posici&oacute;n de Kechiche? El trabajo es fabuloso, no hay salarios bajos, ni peleas con la direcci&oacute;n, ni dificultades para conseguir empleo, ni conflictos con los compa&ntilde;eros. La auto explotaci&oacute;n se presenta como una virtud moral. Ad&egrave;le trabaja todo el a&ntilde;o, y en el verano, en el momento de sus vacaciones&hellip; tambi&eacute;n trabaja, claro que con chicos con problemas, lo que santifica su decisi&oacute;n.</p>

  • k
    12/01/2014 14:34

    <p>&iquest;Entonces a la autora le molesta que la muchacha hetero pajera pueda calentarse con la pel&iacute;cula?</p>

  • 12/01/2014 14:16

    <p>Coincido bastante con Debussy, y me preocupa la generalizaci&oacute;n y ese criterio de verosimiltud para criticar las escenas sexuales y de desnudos.</p> <p>Reconocerse con el cuerpo del otro es un requisito para coger frecuentemente con alguien de cualquiera de los dos sexos, por m&aacute;s experiencia que se tenga con alguno de ellos. &iquest;Pero qu&eacute; debi&oacute; haber pasado con Ad&egrave;le cuando debutaba con Emma? &iquest;Que Emma le tuviera que indicar c&oacute;mo hacer tal posici&oacute;n, como si Ad&egrave;le no supiera nada de la anatom&iacute;a femenina? &iquest;Que se cayeran de la cama mientras tijereteaban? &iquest;La buena conexi&oacute;n sexual no puede ser parte del flechazo amoroso? Y en todo caso, &iquest;no deb&iacute;a Ad&egrave;le estar m&aacute;s inc&oacute;moda f&iacute;sicamente cogiendo con el pibe del principio? No estoy diciendo que dos homosexuales sepan autom&aacute;ticamente c&oacute;mo darse placer, pero en el primer polvo es claro que Ad&egrave;le no act&uacute;a rob&oacute;ticamente, le aprieta compulsivamente las cachas a Emma, le besa distintas partes del cuerpo sin un orden predeterminado... &iquest;Pero por qu&eacute; deber&iacute;amos estar haciendo telebeam de 13 minutos de sexo en una pel&iacute;cula de casi 3 horas? Yo soy un hombre heterosexual y no puedo establecer absolutamente nada sobre el sexo l&eacute;sbico, pero el punto es que nadie puede hacerlo, con ninguna inclinaci&oacute;n sexual. Se puede se&ntilde;alar a Kechiche por c&oacute;mo las filma, pero las minas no est&aacute;n haciendo acrobacias para Brazzers, y esa desacreditaci&oacute;n a los polvos que se echan cae en la misma generalizaci&oacute;n que el primer p&aacute;rrafo respecto a lo que a \"todos\" nos pasa con el sexo. En esa oda a lo veros&iacute;mil es rid&iacute;culo (ya me sumo a Debussy) que a un romance adolescente le exijas que no se trate de una historia lineal y movilizada por sentimientos primarios, y que al menos uno de sus protagonistas no tenga una personalidad medio snob, y ganas de llevarse al mundo por delante.</p> <p>Concuerdo en lo pedorro de los mecanismos se&ntilde;alados para marcar las diferencias entre las chicas y calentar paulatinamente a los espectadores. Podr&iacute;a preguntar c&oacute;mo hacer para filmar naturalmente a semejantes bombonas, pero realmente Kechiche termina siendo algo vulgar en sus m&eacute;todos, como sea que se enjabone el culo una chica.</p>

  • 12/01/2014 13:03

    <p>Notable el analisis de Pablo Debussy.</p>

  • 11/01/2014 23:51

    <p>Esto se est&agrave; poniendo muy bueno......parad&ograve;gico pero real: es tan inteligente ,l&ugrave;cido y valiente el comentario de Pablo Bebussy como el escrito de Marina......y como dice Beto Hern&agrave;ndez \"que los ratones de cada uno hagan lo suyo...\"</p>

  • 11/01/2014 14:55

    <p>Discrepo con la cr&iacute;tica de Marina en relaci&oacute;n a lo que dice respecto de La vida de Adele. La otra pel&iacute;cula no la vi y nada me lleva a verla.</p> <p>Marina se centra en el sexo, en describirlo, criticar su representaci&oacute;n y una mirada supuestamente idealizadora de los cuerpos. El film es de una complejidad enorme y va mucho m&aacute;s all&aacute; de las escenas de sexo a las que ella se refiere. Hay un grado de realidad en las im&aacute;genes, en la expresi&oacute;n de Adele, que resulta extraordinaria. La relaci&oacute;n entre ellas es compleja, dispar, llena de matices, y sin subrayados (ok, concedo que la met&aacute;fora de la ostra es de trazo grueso, pero convengamos en que ella es adolescente y Emma tiene veintipico, apenas). Es mucho m&aacute;s realista que se r&iacute;an de una met&aacute;fora grosera y despu&eacute;s vayan al museo y hablen de Egon Schiele. Ah&iacute; est&aacute; todo: la pintura, el arte en general, las inquietudes y el sexo tambi&eacute;n, como un elemento m&aacute;s de la relaci&oacute;n.</p> <p>Me parece que en el fondo, la cr&iacute;tica de Marina termina por ser bastante moralista, contra lo que se supondr&iacute;a que quiere escribir y contra el supuesto desparpajo sexual que pregona. Criticar la escena de la ducha por c&oacute;mo se enjabona Adele es una pavada de marca mayor, as&iacute; como objetar que las chicas no tienen celulitis (a ver, son muy j&oacute;venes). Por otra parte, ciertas afirmaciones que hace Marina al inicio de la nota son de dudosa validez: \"todos queremos ver sexo\" &iquest;Qui&eacute;nes son todos? &iquest;C&oacute;mo sabe ella que todos queremos ver sexo? O m&aacute;s a&uacute;n: &iquest;c&oacute;mo sabe lo que queremos ver? Luego habla de la \"predisposici&oacute;n entusiasta de todos y todas\" por hablar de sexo y contar intimidades. Otra burda generalizaci&oacute;n. Me parece que Marina se olvid&oacute; de hablar de cine en su nota, y que la pel&iacute;cula de Kechiche es una excusa para qui&eacute;n sabe qu&eacute; otra cosa.</p>

  • 10/01/2014 17:52

    <p>La cr&iacute;tica est&aacute; buena y un par de cosas son ciertas aunque poco relevantes (lo de la ostra, por ej. Se podr&iacute;a haber buscado otra cosa menos obvia, es cierto. Lo de los spaghettis y la voracidad de Adele por otro lado me parece hermoso y va construyendo bien la diferencia de clase). &iquest;Pero por qu&eacute; est&aacute; mal que nos vaya calentando con planos de Adele? Si es un film de intensidad, de calentura, de desesperaci&oacute;n, de emociones violentas. Por eso mismo tampoco me hubiese gustado si antes de pasar a la pasi&oacute;n desenfrenada hubi&eacute;semos recorrido los tanteos nerviosos. No s&eacute; si hubiese sido m&aacute;s o menos realista (nunca la tom&eacute; como \"realista\") pero s&iacute; hubiese tenido menos que ver con la pel&iacute;cula.</p>

  • 10/01/2014 15:13

    <p>Me encanta leer lo que escribe Marina, pero en el caso de LA VIDA DE ADELE discrepo totalmente con su punto de vista - La pelicula de Kechiche me parece maravillosa, y es mucho mas que las 2 o 3 escenas de sexo que muestra.</p>

  • 9/01/2014 17:48

    <p>Es posible hacer un hilvan con los interesantes aportes de los lectores precedentes: Coincido en que el escrito de Marina es inteligente, l&ugrave;cido y tambien...valiente a contrapelo de mucha feligres&iacute;a cr&igrave;tica.</p> <p>Tambien pienso que La vida de Adele es muchissssimo m&agrave;s que los 15 minutos l&egrave;sbicos, es m&agrave;s, podrian haber no estado o solamente sugeridos, y la potencia de esa pasi&ograve;n de las j&ograve;venes en tan entra&ntilde;able y comprometida interpretaci&ograve;n,con momentos de sobrcogedor dramatismo pocas veces igualado en una historia de amor, hubiera sido la misma.</p> <p>Solo que hubiera contado con una taquilla m&agrave;s austera, a la altura de los admiradores de Cous Cous, los seguidores de los premios de Cannes o los espectadores casuales de peliculas francesas.</p> <p>Kechiche ha demostrado ser un director de un gran talento y ha sido perfecto en el manejo de una cpamara incisiva hasta los tu&egrave;tanos, lo mismo que la esquisitez de las escenas m&agrave;s comprometidas.</p> <p>Tambien me parece que la inclusi&ograve;n de las mismas no han sido del todo inocentes, quzas sea un regalo a cierto voyeurismo ilustrado, un estimulo que, al parecer, algunos productores y muchos espectadores todavia necesitan.</p>

  • 9/01/2014 17:23

    <p>Muy inteligente art&iacute;culo pero... mi opini&oacute;n es que las dos pel&iacute;culas son muy buenas, y que los ratones de cada uno, hagan su trabajo.-</p>

  • 9/01/2014 15:13

    <p>En su insaciable b&uacute;squeda de \"epater le bourgois\" los directores filman escenas cada vez m&aacute;s desagradables: hasta Scorsese lo muestra a Di Caprio aspirando coca&iacute;na de un inmenso asshole. Ni hablar de \"Movie 43\" donde Hugh Jackman lleva los test&iacute;culos colgando de la nuez de Ad&aacute;n. O Almodovar con Pen&eacute;lope Cruz reconociendo la presencia de la madre por el \"olor a pedo\" (sic). Despu&eacute;s se quejan de que cada vez va menos gente al cine. Gastar 50 y perder 2 horas para ver la historia de un masturbador Estar&iacute;a m&aacute;s enfermo que el personaje......</p>

  • 9/01/2014 11:58

    <p>Toda cr&iacute;tica es subjetiva, se dice. Esto es un punto de vista totalmente encomiable, para m&iacute;, La vida de Adele es una pel&iacute;cula de amor como pocas. No existe la pelicula perfecta como as&iacute; tampoco que guste a todos los espectadores. En esa variedad de opiniones visiones y sensaciones residen nuestras diferencias como personas. Lo importante es respetarlas.</p>

  • Jay
    9/01/2014 11:05

    <p>Excelente y muy justo comentario sobre Adele. La otra a&uacute;n no la vi.</p> <p>Lo de las ostras y el contraste de clases entre las dos familias es de lo m&aacute;s vulgar que vi en mucho tiempo. Y eso que ven&iacute;a de ver Post Tenebras Lux, de Reygadas, que me hab&iacute;a parecido poco sutil en el mismo rubro (contraste de clases). Por lo menos Adele me sirvi&oacute; para apreciar la de Reygadas con m&aacute;s justicia.</p> <p>Y por suerte la vi en la intimidad de mi hogar, as&iacute; que tambi&eacute;n me sirvi&oacute; para cascarme.</p>

  • 9/01/2014 10:45

    <p>Me encant&oacute; La vida de Ad&egrave;le (ser&eacute; como dice MY: un burgu&eacute;s pajero) y, en vez de indignarme, me encant&oacute; tambi&eacute;n c&oacute;mo est&aacute; escrita y los argumentos de Marina, de las mejores, desprejuiciadas y m&aacute;s incisivas cr&iacute;ticas que hay hoy en la Argentina.</p>

  • 9/01/2014 0:58

    <p>Simplemente decir que, como siempre, la columna de Marina es muy buena, muy valiente y muy divertida, aunque aclaro que no vi ninguna de las dos pel&iacute;culas a&uacute;n, lo que lamentablemente me impide acordar o disentir.</p>

  • 9/01/2014 0:23

    <p>Una pena leer estos comentarios tan retr&oacute;grados y tan cortos de visi&oacute;n. La pel&iacute;cula dura casi 3 horas, en las que en un total de no m&aacute;s de 13 minutos hay sexo. Pero la mayor&iacute;a de la gente se qued&oacute; con eso, no con todo lo dem&aacute;s que tiene para ofrecer.</p> <p>Es una obra maestra. Kechiche pone la c&aacute;mara en los lugares que ning&uacute;n otro pondr&iacute;a, y film&oacute; el sexo como nadie hasta ahora. Y si en una historia de amor es s&oacute;lo sexo lo que vemos, es porque no entendimos nada.</p> <p>Saludos y lamento que no hayas apreciado semejante pel&iacute;cula.</p>

  • 8/01/2014 20:11

    <p>Perfecta, realmente. Y eso que me gust&oacute; mucho \"La vida de Adele\" (creo que sus valores van por otro lado), pero hace mucho tiempo que no leo una a alguien pensar de forma tan rotunda e inteligente sobre una pel&iacute;cula.</p> <p>Gracias.</p>

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