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Crítica de La sombra, de Javier Olivera (Competencia Argentina)
Entre el diario íntimo y el ensayo sobre el tiempo, La sombra se acerca de forma descarnada a la figura del padre del director, el todopoderoso Héctor Olivera.
Publicado el 16/4/2015
-La sombra (Argentina, 72'), de Javier Olivera ★★★½
Si bien dirigió dignos films como El visitante y Mika, mi guerra de España, Javier Olivera siempre fue -para el mundillo del cine- “el hijo de”; en este caso, de Héctor Olivera, probablemente la figura más poderosa de la producción argentina de los años ’60, ’70 y ’80: El tycoon de Aries, El padrino…
Quizás por eso La sombra es un documental / ensayo / home-movie / diario íntimo que funciona sobre todo como forma de expurgar y de expiar ciertos sentimientos (dolor, culpa, temor) frente a una figura tan avasallante como la de su padre.
El eje del film es la casa (la mansión) que Don Héctor construyó en San Isidro en sus épocas de esplendor y que fue derrumbada cuando la crisis familiar y económica hizo imposible sostenerla. Apelando a múltiples registros y formatos (desde viejos rollos de Súper 8 hasta el video), Javier va narrando las distintas etapas de la casona que fue sede de fastuosas fiestas con gente muy famosa y hasta locación de una película clase Z para Roger Corman, pero también los vaivenes la carrera del director de No habrá más penas ni olvido, del cine nacional y de la historia argentina en general (allí están, por ejemplo, las referencia a las amenazas de la Triple A tras La Patagonia rebelde).
La película tiene un impecable trabajo de edición y de sonido que permiten acompañar la tradicional estructura de surgimiento, apogeo y caída, y -si bien la narración en off del propio Javier no es particularmente inspirada- se entiende que una propuesta de semejante nivel de intimidad sólo podía ser contada desde una primera persona siempre presente. Valiente, visceral y desgarradora, La sombra (un ensayo sobre el tiempo con algo de En construcción, de José Luis Guerín) se sobrepone a sus limitaciones y posibles cuestionamientos artísticos para convertirse en una valiosa reconstrucción de una épica familiar, y de las miserias y contradicciones de la clase media-alta argentina.
Nuestra entrevista al director
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