Apocalíptico y desintegrado

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El desierto (Argentina/2013). Guión y dirección: Christoph Behl. Elenco: Lautaro Delgado, Victoria Almeida, William Prociuk y Lucas Lagré. Fotografía: Gustavo Biazzi. Edición: Fernando Vega. Dirección de arte: Daniel Gimelberg. Distribuidora: Tren Cine. Duración: 98 minutos.

Nacido en Alemania, pero formado y radicado en la Argentina, Christoph Behl -de amplia trayectoria en el documental- debuta en el largometraje de ficción con una película que tiene todos los condimentos del cine de género apocalíptico y de zombies, pero que en verdad se concentra en la relación entre tres sobrevivientes (dos muchachos y una chica) que viven desde hace años refugiados en un búnker frente a la violenta amenaza exterior.

Ana (Victoria Almeida) es un vértice del triángulo sentimental que completan Axel (Lautaro Delgado) y Jonathan (William Prociuk). Este último es la actual pareja de ella, pero Axel está obsesionado por la mujer. Mientras matan el tiempo jugando a viejos videojuegos, al T.E.G., a la Batalla Naval, practicando boxeo, tomando alcohol o haciéndose tatuajes, los protagonista inician una suerte de proyecto que consiste en grabarse frente a una cámara de video cual confesionario de un reality-show.

Así, la película pendula entre el thriller psicológico con toques eróticos y la reflexión sobre el encierro y sus efectos asfixiantes que van desgastando y degradando las relaciones entre esos tres personajes que al principio se consideran una familia. El problema es que la película se pierde en demasiados tiempos muertos y se ve dominada por unos cuantos diálogos ampulosos y supuestamente trascendentes. El terror -más allá de la aparición concreta de un zombie- está casi siempre en segundo plano o directamente en el fuera de campo y relegado muchas veces a los efectos de sonido.

El film tiene un impecable acabado técnico y algunas ideas visuales muy logradas, pero se queda a mitad de camino entre un envoltorio típico del cine fantástico y un interior dramático y alegórico no demasiado convincente.

(Esta crítica fue publicada en el diario La Nación del 9/4/2015)