Crítica de “Lacci”, de Daniele Luchetti - #TIFF20 / #Venezia77

En el marco del TIFF online (sección Industry Selects) se pudo ver la película inaugural de la Mostra de Venecia, un drama familiar en dos épocas con un auténtico seleccionado actoral del cine italiano: Alba Rohrwacher, Luigi Lo Cascio, Laura Morante, Silvio Orlando, Adriano Giannini y Giovanna Mezzogiorno.

Vanda (la siempre extraordinaria Alba Rohrwacher) y Aldo (Luigi Lo Cascio) son un matrimonio joven con dos hijos (Anna y Sandro) en la Nápoles de principios de la década de 1980. Todo parece bastante idílico hasta que él -un reconocido intelectual y conductor de un programa radial en la RAI- le confiesa que mantiene un affaire con Lidia (Linda Caridi), una atractiva compañera de trabajo. Vanda -dominada por la ira, el rencor y el dolor- lo echa del hogar familiar y empieza a hacerle la vida imposible (arranques violentos incluidos) hasta que llegan al divorcio y ella se queda con la custodia exclusiva de los chicos.

Salto a la actualidad: Vanda (ahora interpretada por Laura Morante) y Aldo (en la piel de Silvio Orlando) son dos sexagenarios que volvieron a convivir, ahora en Roma, aunque en la relación se percibe una fuerte sensación de desprecio y resentimiento. Claramente no son felices juntos. Parten de vacaciones a la playa, se aburren, vuelven y encuentran su hermosa casa de burgueses completamente vandalizada y con el gato desaparecido. Creen saber quién fue, aunque esa vertiente propia de un thriller tendrá una resolución sorpresiva. Sus hijos -ahora encarnados por Adriano Giannini y Giovanna Mezzogiorno- son ya cuarentones y tienen una mirada crítica y desencantada de esos padres cobardes a los que alguna vez idealizaron en un típico choque generacional.

La película -basada en la novela publicada en 2014 por el aquí también coguionista Domenico Starnone- tiene una estructura bastante compleja con permanentes saltos temporales que por momentos distancia más de lo que fascina (el uso constante de las elipsis y los flashbacks no siempre es convincente).

Nada está demasiado mal (ni demasiado bien) en este film del director de Domani accadrà (1988), Il portaborse (1991), La escuela (1995), Mi hermano es hijo único (2007), La nostra vita (2010) y Anni felice (2013) de clara raigambre bergmaniana y con algo de Kramer vs. Kramer tan prolija y cuidada como en muchos pasajes falta de emoción (algo extraño en un drama italiano). En la línea también de la muy superior Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach, Lacci (Lazos) es un trabajo de indudable rigor y profesionalismo aunque en varios pasajes luce demasiado calculado.






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