Críticas
Estreno en cines
Crítica de “Matrix: Resurrecciones”, de Lana Wachowski, con Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss
A 22 años del inicio de la saga, Neo y Trinity regresan para la esperada cuarta entrega de una franquicia tan discutida como influyente.
Matrix: Resurrecciones (The Matrix Resurrections, Estados Unidos/2021) Dirección: Lana Wachowski. Guion: Aleksandar Hemon, David Mitchell y Lana Wachowski. Elenco: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Neil Patrick Harris, Yahya Abdul-Mateen II, Jada Pinkett Smith, Jessica Henwick, Priyanka Chopra, Jonathan Groff, Ellen Hollman, Brian J. Smith, Max Riemelt, Lambert Wilson y Andrew Caldwell. Música: Johnny Klimek y Tom Tykwer. Fotografía: John Toll y Daniele Massaccesi. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 148 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Vuelve Matrix, con todo lo bueno y malo que eso implica para los fanáticos y detractores de una de las sagas más influyentes –tanto en términos visuales como temáticos– de las últimas décadas. Replicada, alabada y burlada hasta el hartazgo, y con el bullet time convertido en ícono de su tiempo, la franquicia iniciada por Lana y Lilly Wachowski (por entonces Larry y Andy) en 1999 regresa con una entrega a la altura de su legado: siempre ambiciosa, por momentos desmesurada y caótica en términos narrativos, con un despliegue visual apabullante y una historia meta discursiva y plenamente consciente del peso de su nombre propio en el mapa audiovisual del siglo XXI.
Dirigida en esa ocasión solo por Lana, la cuarta película funciona como secuela a la vez que reboot, un regreso a las coordenadas iniciales que, sin embargo, presenta una acción que transcurre varias décadas después de los hechos de Matrix: Revoluciones (2003). Un presente que tiene a Neo como un reputado programador que ha utilizado gran parte de las situaciones vividas a lo largo de la saga para crear un videojuego que se ha vuelto muy famoso y que, entre otras cosas, ya tiene sus derechos vendidos para una transposición cinematográfica de los estudios Warner, en lo que es la primera de varias situaciones que dialogan con su contexto guiñándole el ojo al espectador.
Un reencuentro con Trinity –que tiene otro nombre, una familia y no parece recordar nada del pasado– enciende la mecha de un enfrentamiento contra los agentes, al tiempo que un grupo de rebeldes –que tienen a Neo como una suerte de Dios pagano– lucha en favor del libre albedrío y la liberación definitiva de las máquinas. Porque en el interior del film anida, otra vez, las tensiones entre la libertad individual y el destino, entre la vida como una sucesión de decisiones propias o un camino ya marcado del que es muy difícil escapar.
No conviene adelantar mucho más acerca de una trama que puede pasar de varias escenas cargadas de diálogos sobre grandes temas a otras con un despliegue audiovisual digno de los tanques contemporáneos, que entrevera personajes y situaciones ya conocidos con otros novedosos e inesperados. Allí está, por ejemplo, el psicólogo de Neo (Neil Patrick Harris), cuyas auténticas intenciones se clarifican sobre el final del metraje o también su jefe en la empresa de programación (Jonathan Groff, el agente novato de Mindhunter).
Hay una escena al inicio del film que tiene a Neo subiendo por un ascensor rodeado de personas con sus ojos clavados en los celulares, como si Wachowski quisiera reforzar la idea de que gran parte de las hipótesis de la película de 1999 se cumplieron: todos ¿felices? en esos mundos virtuales creados a su imagen y semejanza, despreocupados por lo fácilmente manipulables que los (nos) vuelve la tecnología.
Si bien es cierto que la recepción del público dice poco y nada sobre el valor artístico –el valor en términos industriales corre por otro carril– de una película, queda por saber qué generara en los seguidores –como la reciente Spiderman: Sin camino a casa, Resurrecciones no deja ser otro ejercicio pensado mayormente para el fandom– el reencuentro con un universo no solo conocido por la pantalla grande, sino en la vida diaria. Una escena durante los créditos finales refuerza la idea de que la Matrix está entre nosotros: en cada click, en cada posteo, en cada mensaje enviado por redes sociales.

Cómo y por qué suscribirse a OtrosCines/Club
Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad.
Gracias a un aporte de apenas 250 pesos mensuales (el costo de un café), que se debita de cualquier tarjeta vía Mercado Pago, las suscriptoras y suscriptores acceden cada viernes a primera hora a una cuidada y curada Newsletter con análisis de tendencias y cada miércoles reciben recomendaciones de películas y series en nuestro canal de WhatsApp.
Además, hay otros beneficios (como tres meses sin cargo en la plataforma de streaming MUBI), videoconferencias exclusivas e importantes descuentos para todos nuestros cursos y talleres.
Promoción: Quienes se sumen tendrán acceso sin cargo adicional a las últimas 20 newsletters exclusivas.
Para más información nos pueden escribir a OtrosCinesClub@gmail.com
Suscribirme
COMENTARIOS
-
SIN COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO

CRÍTICAS ANTERIORES
A 20 años del estreno de la película de Damián Szifron con Diego Peretti y Luis Luque, llegó a Netflix esta nueva versión de aquella notable comedia policial, ahora rodada en México por otro director argentino -también surgido de la FUC- como el prolífico e inclasificable Ariel Winograd.
La ópera prima como realizadora de Winslet es un melodrama coral escrito por su hijo, Joe Anders, que describe cómo los distintos integrantes de una familia afrontan la inminente muerte de la matriarca.
-En su segunda incursión en el universo de Thomas Pynchon luego de Vicio propio (2014), el director de Vivir del azar, Boogie Nights: Juegos de placer, Magnolia, Embriagado de amor, Petróleo sangriento, The Master, El hilo fantasma y Licorice Pizza consigue uno de los más potentes y políticos largometrajes de su notable filmografía.
-Sumamos el análisis de la taquilla y un ranking de sus largometrajes.
-Actualización: tras su paso por los cines argentinos, donde convocó a 235.000 espectadores, llega el viernes 19 de diciembre al servicio de streaming HBO Max uno de los títulos más premiados del año y de los máximos favoritos para la entrega de los Oscar 2026.
El prolífico realizador de Damas en guerra (2011), Chicas armadas y peligrosas (2013), Spy: Una espía despistada (2015), Cazafantasmas (2016) y Un pequeño favor (2018) dirigió la transposición de uno de los mayores best sellers de los últimos tiempos.
