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Crítica de “Sueño Florianópolis”, de Ana Katz, con Mercedes Morán y Gustavo Garzón

Tras un amplio recorrido por importantes festivales como los de Karlovy Vary (donde obtuvo el Premio Especial del Jurado y el de Mejor Actriz para Morán), Toronto, San Sebastián y la apertura de Mar del Plata, llega el primer estreno importante argentino del año. La nueva y notable película de la directora de El juego de la silla, Una novia errante, Los Marziano y Mi amiga del parque propone un tragicómico viaje a los años del menemismo (con inevitables correlatos con la actualidad) para narrar las desventuras de un matrimonio en crisis durante unas vacaciones familiares en el balneario brasileño del título.

Estreno 17/01/2019
Publicada el 14/01/2019

Sueño Florianópolis (Argentina-Brasil-Francia/2018). Dirección: Ana Katz. Elenco: Mercedes Morán, Gustavo Garzón, Marco Ricca, Andrea Beltrão, Manuela Martínez, Joaquín Garzón y Caio Horowicz. Guión: Ana Katz y Daniel Katz. Fotografía: Gustavo Biazzi. Música: Maximiliano Silveira, Beto Villares, Erico Theobaldo y Arthur de Faría. Edición: Andrés Tambornino. Dirección de arte: Gonzalo Delgado. Sonido: Jésica Suárez. Distribuidora: Cinetren. Duración: 106 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 43 (incluidos Espacios INCAA).



Hay pocos directores (y muy pocas directoras) capaces de construir un estilo, de conseguir un tono tan personal que permite identificarlos con solo ver un plano de una de sus películas. Eso es lo que ocurre con el espíritu tragicómico y querible de Ana Katz. Sus historias pueden transcurrir en lugares, tiempos y circunstancias muy disímiles, pero hay algo (una mirada del mundo, una sensibilidad particular) que unifica a las atribuladas criaturas de su filmografía. Sus personajes están siempre al borte del patetismo, pero la realizadora y guionista combate la mirada cínica y despiadada con una dosis de ternura y comprensión que termina por entenderlos y, de las formas más insospechadas, por redimirlos.

En el caso de Sueño Florianópolis no solo describe las desventuras de una típica familia de esas que inundaron las playas de Brasil en tiempos de cambio favorable (1992 en ese caso), sino que de alguna manera genera una retrato (y cuestiona ciertas miserias) de la clase media argentina en su conjunto. De lo particular a lo general, el film genera desde su arranque cierta identificación (y rechazo) al vernos reflejados en ciertas actitudes poco nobles como la de arrasar con el desayuno o robarse algunos elementos de un hotel.

Lucrecia (Mercedes Morán) y Pedro (Gustavo Garzón), ambos psicólogos, son un matrimonio de larga data que está en avanzado proceso de separación (ella más decidida que él), pero igual deciden viajar con sus dos hijos adolescentes, Julián (Joaquín Garzón) y Flor (Manuela Martínez), rumbo a Florianópolis a bordo de un destartalado Renault 12 Break. Tras un interminable y accidentado derrotero, llegan al supuesto paraíso de la alegría brasileña, pero el departamento alquilado con antelación resulta ser una pocilga. Visiblemente decepcionados, optan por trasladarse a una casa bastante alejada y de difícil acceso que les ofrecen unos lugareños, Marco (Marco Ricca) y Larissa (Andrea Beltrão), a los que habían conocido de manera casual en el camino de ida.



Entre las rencillas inevitables de toda experiencia vacacional, las tensiones entre esa pareja en disolución (que alguna vez disfrutaron de un viaje idílico al mismo lugar), las diferencias generacionales (los adolescentes están más interesados en experimentar su independencia que en sus padres) y las tentaciones (tanto Lucrecia como Pedro se sienten atraídos por sus huéspedes brasileños), Katz va tejiendo su habitual universo tragicómico, un poco provocador, algo incómodo, pero siempre fascinante.

Con los valiosos aportes de Gustavo Biazzi en la fotografía y un sólido elenco en el que se destacan Morán (en su cuarta película en cuatro meses tras El amor menos pensadoEl Ángel y Familia sumergida), Garzón y Ricca, Katz nos transporta a un universo de playas, litros y litros de cerveza y caiprinha, camarones, karaoke y paseos acuáticos, con romances cruzados, celos y esas sensaciones contradictorias que suelen potenciarse en tiempos de vacaciones.

El film -leve y entrañable como una comedia rohmeriana- tiene un inevitable sesgo nostálgico, pero la mirada melancólica nunca está subrayada, recargada ni interfiere con el retrato íntimo, con las facetas más sensibles de la historia. Es, sí, una película de redescubrimiento, sobre el fin de una era (el adiós de un matrimonio, las últimas vacaciones con los hijos) y las inquietudes, las dudas, los temores que generan los cambios para el inicio de una nueva.








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COMENTARIOS

  • 22/02/2023 2:40

    Es malísima! no tiene ni pie ni cabeza, es una historia que deambula por la nada misma. Desperdiciado Gustavo Garzón que es un actorazo y Mercedes flota por el argumento de la nada misma,

  • 25/10/2019 8:42

    La real visión de una familia clase media su entorno sus hijos adultos muestran su miseria interior Son felices sólo dentro del agua; pero reunidos en una mesa se desintegran, cada uno descarga sus emociones, frustraciones, en cambio muestran al grupo de amigos una felicidad que no tienen.. ficción en grupos realidad cuando están solos... me gustó

  • 28/04/2019 18:00

    Para mí lo central es el planteo de la crisis? familiar y su dinámica,´ sin dramatizarla ni emitir juicio critico, al contrario , la película en dos momentos desliza varios bocadillos para quien quiera tomarlos : "uds. parecen una familia unida", "la vida juega con nosotros" , " la vida es corta, hay que disfrutarla y tomarla, ahora", de principio a fin casi distriuidos como un mensaje permanente, que creo es lo central de la película. El contraste con los des-ensambles de la familia huesped, que los toma con naturalidad y los vive con relajada alegría son un acierto al haberlos construído sobre la idiosincrasia brasileña que idealizamos como disfrute y fiesta, el "tudo bem" que anhelamos cuando turistas. La capacidad para crear climas densos a partir de la aproximación milimétrica al personaje y su tensión o el tedio en situaciones cotidianas son destacables. Descarto toda pretensión y crítica de abordar esta película con estereotipos de género como la comedia, o la de pretender una pintura del Argentino como turista, o la de buscar otra "recompensa" en el espectador que no sea la de invitar a la reflexión de los vínculos en general y familiares en especial en esa etapa de la vida en la que los hijos se desprenden y la pareja ya superó sus acuerdos iniciales, y debe reinventar expectativas individuales que pueden o no conjugarse con las de la pareja. La película es una bala envenenada al corazón de los que estamos en los 50´s, Ana Katz tiene hoy 43 y le doy otro mérito que es el de no sólo ser buena directora, sino saber también perfectamente de lo que habla en su cine..

  • 10/02/2019 17:05

    He visto todas las pelis de Ana Katz y nunca me defrauda el lugar desde donde las cuenta! Me reí recordando mis vacaciones con mis hijas en carpa, lloré por los tiempos de pasiones que ya no están, la disfruté (tengo 66 años)

  • 30/01/2019 16:08

    Hace unos tres años, en oportunidad del estreno de su película anterior, La Amiga del Parque, subrayé algunas de las características que para mí definía aquella película, e incluso, el cine de Ana Katz: un clima inquietante, la prolija realización, las escenas cortas y significativas. Ahora estamos ante su nuevo trabajo: Sueño Florianópolis, una comedia de tipo familiar que nos depara el relato de unas movidas vacaciones situadas en aquel lugar durante la década pasada. Todo en la película parece encontrarse al borde del estallido aunque la directora y guionista, con suma delicadeza y pulso firme, vuelve a manejar con sutileza esa atmosfera cargada de amenazas para que ese inexorable turning point en el que se encuentran sus protagonistas que entre otras cosas determina el desgaste propio de una pareja, el paso de los hijos de la adolescencia a la adultez, la aparición del fantasma del nido vacío, resulte todo un proceso cargado de suspenso donde cada escena parece provocar un nuevo estallido aunque solo sea un paso más en la liberación de ataduras que simplemente genera el propio proceso de las vacaciones. Katz también parece hablar de otras cosas. Si bien su mirada sobre la vida parece ser la de un proceso, también es cierto que ella observa una lógica que es la ocurrencia permanente del ?hecho inesperado?. Es como si el factor sorpresa tuviera una mano invisible que fuera determinando puntos de cambio en el relato donde cada uno de los destinos de los protagonistas se ve en la necesidad de elegir o determinar el camino que debe seguir. Sueño Florianópolis es una nueva joyita de esta interesante autora y directora argentina que transita la comedia con comodidad pero también con suma sutileza, narrando las vacaciones de una familia por primera vez en un país extranjero (la presencia de lo extraño), a la que todos van con propósitos muy diferentes aunque la familia solo se vea como tal en la primera escena en el auto con papá y mamá ocupando los asientos delanteros y los hijos ?adolescentes? los traseros. Con el correr de los días, el sueño de las vacaciones familiares se comenzará a desintegrar en función de las propias necesidades personales. Al final de las vacaciones, todo habrá cambiado y seguramente, sus destinos también. Desde el inicio mismo del film, donde el auto se queda sin nafta en medio de una ruta desierta, y en cada una de las escenas que desarrolla la directora, aparecerá un elemento que provoca incertidumbre y temor. Como una constante que recalca la idea de amenaza, como advirtiendo que todo camino está lleno de obstáculos y dificultades y que es la propia voluntad humana aquella capaz de salvarlos para llegar a la meta deseada. Acompañada de un elenco con participación brasileña (Andrea Beltrao, Merco Rica y Caio Horowicz), Mercedes Morán luce en el papel de una psicóloga encerrada entre el desgaste de su propio matrimonio y la amenaza del nido vacío que determina las conductas independentistas de sus hijos que van dejan do de ser adolescentes. Gustavo Garzón también está muy compenetrado en su papel del esposo, también psicólogo, que entiende la situación, pero que la realidad lo supera y se siente impotente de hacer algo más ante el deterioro que ha sufrido la pareja. Otro notable film de Ana Katz que la sitúa entre las directoras más interesantes de la actualidad cinematográfica argentina, dotada de una pluma muy creativa y herramientas cinematográficas que le permiten narrar con fluidez y mucho sentido del humor provocando entretenimiento de interés y calidad.

  • 30/01/2019 13:00

    Que buena directora que es Ana Katz, esta película tiene momentos realmente notables. Muy buena

  • 24/01/2019 15:51

    Las críticas me generaron una expectativa que no se cumplió... una película para ver en la tele, no para ir al cine.

  • 23/01/2019 21:35

    Es cierto, es muy rohmeriana.

  • 23/01/2019 19:25

    Es muy deprimente la película. El matrimonio de ellos es deprimente, los hijos son deprimentes, Marco, es deprimente, las casas son deprimentes, el auto es deprimente, todo es muy deprimente, incluso el humor con que se intenta edulcorar la amarga sensación que despierta esta película. Puede que ese haya sido el objetivo de Katz, inconsciente tal vez. Qué esa su visión de la familia y el matrimonio, ambas instituciones que la película muestra casi como formas mitológicas sin ningún eco en la realidad. Prueba de esto es el cumpleaños de ella, que se festeja en un clima apático, en el.que los.chicos ya no intentan ni disimular el nulo interés que les despiertan.su papá y su mamá. Ellos encima son psicólogos, que se supone son profesionales dedicadas a auxiliar psicológicamente a los demás, cuándo son ellos los que necesitan un urgente auixilio

  • 21/01/2019 17:30

    Creo que el tono fuertemente despectivo y altamente adjetivado del comentario de berraondo ( tal en honor a su apellido) habla mas del emisor del mensaje que del objeto de referencia- el propio film-. El medio es el mensaje. Pagaría por filmarlo con cámara oculta en situación de turista en Florianópolis.

  • 21/01/2019 9:26

    Patética película de Ana Katz, siempre en el género de lo absurdo y de las miserias humanas, la película no te deja ningún mensaje mas que la desintegración humana, una basura de largometraje que es inentendible y no apunta a nada, un argumento fácil y barato por no decir mersa, una peli mas que inunda la oferta de las cintas que quedaran en el olvido prontamente.

  • 20/01/2019 8:30

    Muy buena. De todas las películas que vi de Ana Katz me pareció la mas lograda. Me quedó en el tintero "mi amiga del parque" que espero ver.-

  • 19/01/2019 3:56

    Coincido con Dufo. Es una película altamente disfrutable realizada con mucho rigor y sensibilidad. Toca fibras de nuestra condición clasemediera que por alguna razón el ecosistema Brasil logra catalizar. Asimismo, logra "sacarle la ficha" a ciertos aspectos del "estar brasileño" sin el almíbar de la condescendencia ni de la idealización.Al final, argentinos y Brasileños somos seres tan vulnerables como el que mas. Ainda bem. Solo disiento en un detalle con el comentario. Hay humor sí pero me parece que, si uno se fija bien, en rigor no es tal. No se trata de sacarle el "suco" a lo peripatético de los turistas argentinos en Brasil, al estilo de aquel maravillloso y despiadado documental "Balnearios" sino mas bien, el humor tiende a oficiar de "entre" o disparador para el despliegue poético y casi redentor. Por mas porteños y clasemedieros que seamos seguimos siendo humanos. "La alegria brasileña" permite acordarnos de ello.

  • 18/01/2019 17:55

    ATENCIÓN: LEER ESTE COMENTARIO DESPUÉS DE VER LA PELÍCULA Muy buen comienzo de año para el cine argentino. La talentosa actriz, guionista y directora Ana Katz es dueña de un estilo muy propio que tiene la gran virtud de sorprender con las historias que cuenta lo que la lleva a que filme películas que son bien diferentes pero que compartan una mirada crítica hacia la clase media urbana. En las tres sus primeras películas que dirigió (EL JUEGO DE LA SILLA,LA NOVIA ERRANTE y LOS MARZIANO) apuntaba al costumbrismo y se le reprochaba cierta liviandad pero con MI AMIGA DEL PARQUE progresó en calidad y profundidad al retratar las inseguridades de una madre joven e inmadura agobiada por una nueva situación en su vida No hay dudas que SUEÑO FLORIANÓPOLIS es el mejor guión que ha escrito hecho que se potencia con los altos rendimientos que tienen las actuaciones (especialmente Mercedes Morán) A inicios de la década de 1990 un matrimonio de psicoanalistas en crisis decide junto con sus dos hijos adolescentes irse de vacaciones a Florianópolis para repetir una buena experiencia que tuvieron en ese lugar una década antes. Es la época de Menem con el dólar barato (el choripan de la clase media) donde se potencian las actitudes individualistas con cada uno hace la suya y con la ruptura de algunos códigos de convivencia. En ese lugar aparecerá una pareja brasileña que les alquilará su casa y cerveza va, cerveza viene habrá intercambio de parejas mientras los jóvenes harán su propia vida con resultados inciertos. La película tiene buen humor con una onda nostálgica que hace reflexionar al espectador y deja tela para cortar pues queda claro que nada volverá a ser como antes. De alguna manera lo que pasa con esta familia y con un sector de la clase media se asemeja a la letra del tango "Cuesta Abajo"(1934) que dice: "Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá". SUEÑO FLORIANÓPOLIS es de esas películas que no hay que dejar pasar (8/10)

  • 18/01/2019 14:24

    Pablo... ¿La vistes...?

  • 17/01/2019 21:58

    Acabo de verla en el Gaumont -18 hs- y me sorprendio muchisimo como un publico de una sala repleta, en modo popular, la disfrutó en todo su transcurso, con risas genuinas a cada momento de la historia y hasta con diálogos a viva voz, de algunos espectadores,con los personajes a pantalla abierta. Me parece que esta curiosa empatìa tiene que ver con la casi dos décadas en que el fenòmeno Florianópolis, para un gran sector de la clase media, aseguraba en términos económicos módicos, un disfrute de arenas blancas y aguas templadas junto a almuerzos de choclos a 2 pesos y caipirinhas motivadoras. Y eso me pareció en esa sala completa, la gente sabía de que se trataba la cosa y estaba dispuesta a acompañar la propuesta. Un hilo muy fino de conexión.... Creo que esta vez Katz privilegió el humor más explicito, clave de la fiesta de los espectadores, pero en los momentos en que la melancolía, el cinismo y el amargor tienen su presencia, la poética de esta realizadora talentosa nos brinda ese pudor, ese respeto y esa comprensión de las contradicciones humanas, a las que nos tiene acostumbrado en sus obras. No dudo del boca a boca que colocará a la peli en el lugar que se merece...

  • 17/01/2019 20:58

    ¿donde estan lass criticas qUE la tiraban abajo? ¿que pasa Diego? se nota que queres levantar este muerto

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