Diez rarezas y sorpresas recomendadas por el director del festival, Marcelo Panozzo

Los "lados B" de la programación, según el máximo y flamante responsable del BAFICI.

1- A World Not Ours

Mahdi Fleifel creció en Ain al-Hilweh, pequeño y atiborrado campo de refugiados palestinos en el sur del Líbano, pero se mudó con sus padres a Dinamarca y hoy vive en Londres. Sin embargo, jamás dejó de ir a Ain al-Hilweh, a reencontrarse con sus amigos y con su historia. En base a los registros en video de esos viajes, Fleifel logra desplegar una intimidad política y poética de una potencia extraordinaria. Un film en el que hasta la memorabilia es de alto voltaje emocional y político, que sorprende a cada paso.



2- A Story for the Modlins

Sergio Oksman encontró en la Calle del Pez de Madrid una caja que contenía tres vidas condensadas en películas caseras, fotos y distintos documentos. Y a partir de eso imaginó cómo pudo haber sido la historia de los Modlin, familia norteamericana que emigró a España y de cuyo paso por el planeta apenas quedó esa caja. No hay quien pueda, entonces, discutirle a Oksman su versión de los hechos. Sí en cambio podemos maravillarnos, todos nosotros, con esta pequeña joya.



3- The Great North Korean Picture Show

Varias son las películas de este BAFICI que logran mostrar aquello que, se suponía, no podía ser mostrado. Esta es una de ellas: James Leong y Lynn Lee consiguieron los permisos para filmar en Corea del Norte un documental sobre la escuela de cine del estado, industria vital para la propaganda y en su momento luz de los ojos de Kim Jong-Il. Filmaron lentamente, cumpliendo con cada uno de los dictámenes de la censura, pero luego, a la hora de montar la película, relataron las trabas que encontraron en cada instancia del rodaje. Un crudo y por momentos disparatado encuentro cara a cara con un régimen enloquecido.



4- Carmela, salvata dai filibustieri

Esta película es un milagro: imágenes en tiempo presente interpretadas por un grupo variopinto de no-actores acoplándose perfectamente a los lineamientos de un relato de Emilio Salgari. Un mashup entre la más rabiosa modernidad fílmica y la más sólida tradición genérica. La cámara de los directores ve e imagina al mismo tiempo, dialoga a la vez con el registro de lo real y con una puesta en vacío radical de sus posibles significados.



5- Cortos de Kurdwin Ayub

Conozcan a Kurdwin Ayud, 23 años, nacida en Irak y criada en Viena, encarnación actual y desfachatada de los Untitled Film Stills de Cindy Sherman, una chica que filma como quien vive aquello que muchas otras chicas viven y ya quisieran filmar. O como define Hans Hurch, director del Festival de Viena: "En sus películas todo se entremezcla: clichés desenfrenados y honestidad documental".




6- Vamps

Esta es la última película de Amy Heckerling, directora de films como Mirá quién habla y Ni idea. Es, claro, una comedia. Y es muchas cosas más: un verdadero encanto, un tratado sobre la adultez y el paso del tiempo, una crítica al modo en que registramos y comunicamos lo que nos pasa, todo envasado en el cuento de dos jóvenes vampiras que no se llevan del todo bien con la modernidad.



7- VidaExtra

Hay otro film sobre los indignados españoles y se llama Vers Madrid. Pero este VidaExtra, de Ramiro Ledo, es de algún modo su gemelo tóxico. Desprovisto por completo de certezas y lo que es mejor, sin gesto condescendiente alguno, Ledo cuenta a los indignados como una larga noche de dudas, sin apenas rostros visibles, estéticamente apagados y como máquinas parlantes que repiten consignas primero y tratan de comprenderlas después.



8- More Than Honey

¿Y si los Mayas en verdad estaban hablando de esto y sólo le pifiaron con la fecha? Albert Einstein fue el que dijo que, si desaparecieran las abejas, a la humanidad le quedarían apenas cuatro años de vida. Y esta película cuenta que, desde hace algunos años, han desaparecido billones de abejas por diversas causas, sin que esté del todo claro qué está pasando. Marcus Imhoof relata el mundo de las abejas yendo desde el "big picture" político hasta el close-up inaudito, técnicamente deslumbrante, que por momentos transforma a More Than Honey en una especie de Avatar protagonizada por abejas.



9- Cómo me da la gana

Ignacio Agüero le toma el pulso al puñado de rodajes que se produjeron en Chile en 1984 y 1985, cuando el cine, como muchas otras cosas, parecía destinado a desaparecer. Pero lejos de ser celebratorio, el film de Agüero es incómodo, a partir de las preguntas que el director (siempre en cuadro) les formula a sus colegas: “¿Por qué estás haciendo esta película?”, “¿quién crees que va a ver esta película?”. Todos –sin excepción– se escapan por la tangente de las buenas intenciones, el mandato y la identidad.



10- Kiltro

Aquí toma la palabra Raúl Camargo, programador del Festival De Valdivia, ya que gracias a él conocí a Ernesto Díaz y disfruté como loco de sus películas: "En la historia del cine latinoamericano podemos ver dos grandes vías: el film político y/o autoral (ya sea alegórico o explícito) y la matriz de género popular (comedia, melodrama, histórico), nacionalizados a través de la música. Pero ¿cómo nacionalizar y volver latinoamericanas a las artes marciales? La respuesta se encuentra en esta película. La palabra Kiltro alude a los perros callejeros, sin linaje conocido (...) Díaz construye su relato utilizando los códigos propios del cine oriental, pero agregando humor y melodrama latinoamericanos y toques de cultura popular universal, surgiendo de esta mezcla de linajes la que es considerada la primera película de artes marciales de nuestras mestizas tierras, y transformando a su protagonista Marko Zaror en el primero de sus héroes".