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Dos críticas de “Monos”, de Alejandro Landes
Tras un largo y exitoso recorrido por festivales, llega una película colombiana tan fascinante e incómoda como provocadora y audaz, que está inevitablemente predestinada a la controversia cinéfila.
Monos (Colombia – Argentina – Holanda – Alemania – Uruguay – Dinamarca – Suecia – Suiza - Estados Unidos/2019). Dirección: Alejandro Landes. Elenco: Julianne Nicholson, Moisés Arias, Sofia Buenaventura, Julián Giraldo, Karen Quintero, Laura Castrillón, Deibi Rueda y Jorge Román. Guion: Alejandro Landes y Alexis Dos Santos. Fotografía: Jasper Wolf. Música: Mica Levi. Edición: Yorgos Mavropsaridis, Ted Guard y Santiago Otheguy. Distribuidora: Santa Cine. Duración: 105 minutos. Apta para mayores de 16 años con reservas. Salas: 12.
Crítica 1, por Hernán Cortés
Tras pasar por los festivales de Berlín, Sundance y Cartagena, Landes (Porfirio) plantea una ¿apócrifa? guerrilla en la que un grupo de chicos -cinco hombres y dos mujeres- alojado en un refugio de montaña mantiene cautiva a una ¿diplomática? norteamericana. Nada está del todo claro aquí, y ese es uno de los méritos de esta enigmática y vibrante película. Los lineamientos militares a seguir llegan por parte de un superior que los visita cada tanto, pero lo cierto es que estos jóvenes tienen sus propias reglas y cabecillas.
El romance entre dos de ellos y un suceso alrrededor de una vaca que cuidan radicalizarán cada vez más la postura del grupo, que se mueve entre la disciplina castrense y la ley de la selva (justamente uno de los escenarios donde transcurre el último -y fatal- tramo del film). Con una fotografía notable y rasgos de Los salvajes, del argentino Alejandro Fadel (no faltan pasajes oníricos), Monos resulta una propuesta tan provocadora y extrema como estimulante.
(Esta reseña fue publicada en la cobertura del FICCI - Festival de Cartagena 2019) 
Crítica 2, por Diego Batlle
Nacido en Brasil, pero radicado en Colombia, Alejandro Landes comenzó filmando Cocalero en Bolivia, luego rodó Porfirio y ahora contó con aportes de nueve países para dirigir la ambiciosa, provocadora y fascinante Monos, que tras recorrer decenas de festivales (entre ellos Sundance, Berlín, Bafici y San Sebastián) se estrena comercialmente en la Argentina.
Elegida por Colombia como su representante para competir por el Oscar a Mejor Película Internacional, Monos describe el accionar de La Organización, un grupo de guerrilleros adolescentes que funciona como un culto y ha secuestrado a una "doctora" estadounidense (Julianne Nicholson) en plena selva de montaña. Los entrenamientos cotidianos, las contradicciones, los deseos y las miserias de estos muchachos y muchachas son descriptos de manera bella y brutal a la vez, en lo que por momentos parece una mixtura entre Bella tarea, de Claire Denis; Deliverance: La violencia está en nosotros, de John Boorman; y Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola.
Hay momentos en que Landes cae en cierto impacto calculado y en un regodeo algo caprichoso (como si fuera rehén de su propio virtuosismo), pero Monos no deja de ser un film subyugante en su incursión en el género de aventuras, el terror y el drama. Una mirada distinta, incómoda y sin concesiones, a la violencia de una guerra civil que marcó (y sigue marcando) la historia reciente de Colombia.
(Esta reseña fue publicada previamente en el diario La Nación del 10/10/2019)
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El comienzo, los días en la montaña es fascinante, confuso, surreal, cine puro. Debió quedarse allí! Pero luego, ya en la selva, la convirtieron en una película más, de productores que piden eso. Me recordó al mismo problema que me envontré con ?El Cielito?.
En las planicies de las montañas o en los valles espesos de la selva la existencia es dura, brutal, violenta ... ¿Cómo puede ser domesticado ese desorden que brota espontáneamente del grupo humano? Monos se vuelca en el problema. Lo exhibe (fotografía espléndida). Apunta la duplicidad moral (entre la autoridad de la organización y la del grupo aislado). Detalla (rituales, juegos primarios). Pero no proporciona, ni quiera, conceder ninguna solución. Lo que es de agradecer. Primero, porque todo grupo, en su propia dinámica interna, genera violencia. Y segundo, porque frente a ese acierto, no hay alternativa ni solución. El contraste es pleno entre, por una parte las escenas de las montañas y la selva, su profunda visceralidad, por la discurre la mayor parte de las escenas de Monos y, por otro la escena final, un helicóptero sobrevolando una ciudad. La civilización urbana como bastión de la Razón, ¿esa sería la respuesta frente a la violencia primaria de un grupo aislado? Demasiado simplista. Pero más allá de los elementos circunstanciales que han sido la excusa de la película, ese sería el problema que suscita Monos ... pero no excede más allá de su descripción.
"Monos" es una película colombiana que retrata la vida en la selva de un grupo de adolescentes miembros de la guerrilla. Su misión es custodiar a una rehén extranjera que la organización tiene prisionera. Mas allá del conflicto político, que es algo bastante común en todo el continente, acá se intenta mostrar aspectos de carácter generacional de estos jóvenes: egos, miedos, celos, sexo, alianzas estratégicas, ritos salvajes y una férrea disciplina militar. Pero creo yo que eso es solo una pequeña parte de algo mayor, que es la verdadera esencia del film, la de plasmar el intento de supervivencia de hombres y mujeres en la naturaleza. Y ese es su gran acierto, ya que posee algunas imágenes, planos y climas muy logrados?, que la vuelven un muy buen ejercicio cinematográfico. Por momentos es la selva densa y oscura de "Apocalypsis Now" y en otros es la paranoia de la jungla tailandesa de "La Playa". Por momentos es la persecución de "The Deer Hunter" y en otros la cacería humana de la japonesa "Batalla real". Hasta puede remitir a una gema de acción onchentera como "Depredador". Filmar en la selva siempre remite a la proeza demente de "Fitzcarraldo" de meter un barco por el medio del Amazonas... Es una historia bastante cruda pero que refleja de modo realista un contexto y un momento. Valoro mucho que un país como Colombia, que no tiene una gran industria de cine, logre una película de esta calidad estética. Después de arrasar en todos los festivales, creo que ira´por el Oscar. (aunque no creo que gane). @bernikingfastfoto
La primera impresión que sentí al ver la película fue confusión, molestia e incertidumbre al saber que pasaría, la narrativa se encontraba difusa y eso es lo que atraía y motivaba para continuar viendola, sin embargo al pasar la historia se presenció el morbo subrepticio de los besos debido a la curiosidad juvenil que no tenía ninguna relevancia y no incrementaba a la importancia narrativa de la película. Se podía entender que lo que más resaltaba era la representación holística y visual que de esa manera mejoraba a la película. Pero son paisajes y cada país los tiene y los puede resaltar para incrementar la calidad cinematográfica. En conclusión la verdadera belleza que se pudo encontrar fueron los paisajes que incentivo a la película al contrario de la temática escueta y limitada de ocho niños adoctrinados, una vaca y una doctora secuestrada.
Pelicula extrema si es que las hay. Propuesta realmente riesgoza porque si bien parte de hechos probablementes reales -comandos de guerrilleros adolescentes en zonas montañosas y selvaticos- el acento no esta puesto en narrar concretamente una peripecia de acción, sino, por el contrario buscar y encontrar un interes y fascinacion de los espectadores en una subyugante recorrida por la naturaleza inhospita, los cuerpos de los personajes que tratan de sobrevivir y los rituales de las formas de asociasion y convivencia marcadas por lo militar y el entrenamiento. Todo ello entrelazado es la excusa especialmente buscada de una fotografia notable en locaciones idem que permiten climas de gran belleza plástica y que le dan un sello especial a la obra. Pero tambien es cierto que para muchos espectadores no será de facil aceptación ese regodeo formal por encima de lo estrictamente narrativo.