Debates

Entre la admiración por Quintín, el respeto por Carnevale, los dogmatismos y la diversidad de opiniones

Publicada el 30/11/-0001
Admiro la escritura y las ideas de Quintín, aunque en la mayoría de los casos no comparta sus puntos de vista. Me pasa con muy pocos colegas: Gustavo Noriega, Marcelo Panozzo y algunos más. Siempre me sorprenden y me estimulan la reflexión con cualquier tema y hasta con la postura más alejada a mis convicciones. Por otro lado, respeto a Jorge Carnevale porque, además de decir lo que piensa de manera siempre directa y contundente, fue muy importante en mi formación inicial (hice un curso dictado por él en la Asociación de Cronistas Cinematográficos a mediados de los años 80 que fue decisivo en mi vocación por la crítica), aunque -otra vez- mis opiniones hoy sean generalmente opuestas a las suyas.

No es mi intención "terciar" en un debate que Carnevale propuso al cuestionar la columna de Quintín (ya están bastante grandes y tienen suficientes espacios, incluido éste, para exponer sus opiniones), pero sí querría aportar algunos conceptos. En principio, aclaro, estoy más cerca de la opinión de Jorge sobre XXY (película que defendí en algunos aspectos y cuestioné en otros) que de la descalificación que hizo "El Inclemente", pero -reitero- me genera un enorme placer leer a Q en OtrosCines.com -incluso cuestionando duramente cosas que yo suelo defender- y hasta sus obsesivas crónicas futboleras y sus diatribas antikirchneristas en su siempre estimulante blog La Lectora Provisoria.

Pero, más allá de algún exceso algo agraviante, injustificado, decididamente innecesario de Jorge para con Quintín en su columna de Ñ, lo que más me llama la atención es su cerrada defensa de la INDUSTRIA, como si algo así existiera hoy en el cine argentino. La comparación con Hollywood es ya no poco pertinente sino directamente ridícula: aquí todos beben de la teta del INCAA y se acabó. No hay grandes estudios, la televisión no se asocia verdaderamente ni compra películas nacionales, los bancos no financian, a los grandes inversores no les interesa el cine local, el star-system se reduce a Darín, Arana, Oreiro, Francella, Peretti y poco más... y así podríamos seguir. Que Pampa Films, Telefé Cine o Patagonik puedan conformar una industria es algo que está muy lejos de la realidad. La señal o XXY son tan dependientes de los subsidios del INCAA y del aporte de coproductores extranjeros como los operaprimistas que filman sobre jóvenes abúlicos, categoría a la que Carnevale suele denostar con desdén e ironía varias veces por año desde su columna.

Desde OtrosCines.com seguiremos apoyando el buen cine, sea de alto, mediano o bajo presupuesto, y cuestionaremos el mal cine, sea la opera prima de un joven recién surgido de una escuela de cine o la décima película de un realizador veterano. No apostamos por el dogmatismo ni pretendemos tensar la cuerda para posicionarnos en un extremo del debate. Ojalá sigamos contando con la mayor diversidad posible de opiniones. De eso se trata un espacio que apuesta no sólo a informar sino también a reflexionar sobre el estado de las cosas en el cine contemporáneo.

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