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FICValdivia 2025: Anunciaron todas las películas chilenas
En el 32° Festival Internacional de Cine de Valdivia, que se realizará del 13 al 19 de octubre, se verán los nuevos films de Camila José Donoso, Diego Soto, Karin Cuyul, Dubi Cano, Samantha Cabrera, Ignacio Agüero, Ernesto Díaz Espinoza, Cristián Sánchez Garfias y Diego Céspedes.
SELECCIÓN OFICIAL LARGOMETRAJE
Antitropical, de Camila José Donoso. Chile. 2025. 93’ DCP.
La realizadora Camila José Donoso ha estado presente con todos sus largometrajes en FICValdivia. Su primera película, Naomi Campbel (2013) -codirigida con Nicolás Videla-, obtuvo la Mención Especial del Jurado en la Selección Oficial Largometraje Internacional. Luego siguieron Casa Roshell (2017) -Premio Especial del Jurado en la misma categoría- y Nona, si me mojan, yo los quemo (2019) que ganó la primera edición de Cine Chileno del Futuro y participó en la Selección Largometraje Internacional en la edición 26°. Su nueva película, Antitropical, también fue reconocida en la categoría Finaliza-Primer corte en Encuentros Australes, Cine Chileno del Futuro, en la edición 32° de FICValdivia y este año está seleccionada en la Selección Oficial Largometraje. Como ha sido una constante en su obra anterior, su nueva película vuelve a observar ciertas zonas pobladas por personas ignoradas en quienes rescata experiencias de fortaleza y dignidad. Camila José Donoso ha optado persistentemente por el trabajo con actrices no profesionales y Antitropical prosigue esa decisión. El filme aborda las dificultades de la inmigración en Chile desde la realidad de Susy, dominicana instalada en Chile, quien ayuda a la colombiana Deisi, recién llegada a Santiago, a integrarse en el ambiente del comercio sexual asociados a los “cafés con piernas”.
La corazonada, de Diego Soto. Chile, 2025. 78’. DCP.
Muertes y maravillas, drama silencioso y contemplativo de Diego Soto sobre la manera de enfrentar la muerte de un amigo, logró el Premio Especial del Jurado en la Selección Oficial Largometraje en FICValdivia 30°. En ese, su segundo largo, Soto establece una relación directa con la obra del poeta Jorge Teillier, que le da el título al filme, como medida rítmica de la pérdida y del duelo. En su siguiente película La corazonada, Soto organiza sutilmente el relato a partir de referencias a La tempestad, de William Shakespeare, a partir de un equipo de rodaje que llega hasta una casa familiar que se arrienda para descanso y recreación para filmar una adaptación de la obra. El rodaje, que incorpora a los habitantes del lugar como actores, trastoca las lógicas de lo real y en ese nuevo contexto, la fallida historia de amor entre la dueña del emprendimiento y un motociclista se vuelve posible. La corazonada logró el premio Atómica Postproducción en Cine Chileno del Futuro 2024, categoría Finaliza.
La vida que vendrá, de Karin Cuyul. Chile, Colombia. 2025. 93’. DCP.
El segundo largometraje de Karin Cuyul significa el retorno de su directora a FICValdivia después de que Historia de mi nombre participara en la Selección Oficial Largometraje Internacional en la edición 26° y de que Notas sobre el futuro compitiera en la Selección Oficial Cortometraje Latinoamericano en 2023. En esta nueva obra, la cineasta construye un relato que prolonga la textura integrativa, casi coral, de su film anterior, que relaciona material de distinta procedencia: grabaciones amateurs, recuerdos y material de archivo construyen una red de relaciones emocionales, políticas e íntimas que transitan por el Chile de los últimos 50 años, para interrogar el pasado y atisbar un posible futuro.
Un eclipse y el caos, de Dubi Cano y Samantha Cabrera. Chile. 2025. 70’. DCP.
El encuentro entre dos modos de existencia y de convivencia con el entorno: el de una mujer que vive junto a sus cinco pequeños nietos y el de las dos directoras que ingresan en el entorno de la mujer en el sur de Chile. En ese entorno, es la lógica de la infancia la que predomina en el relato, en el que la fantasía infantil se cruza con la inminencia de un eclipse solar total, un aparente abismo entre el sueño y la realidad. En ese escenario de Aysén, las directoras Dubi Cano y Samantha Cabrera realizan Un eclipse y el caos, trabajo que sigue atentamente las lógicas del tiempo y la naturaleza, del mismo modo en que Desierto no cierto (2017), largo anterior de Cano, -Premio Especial del Jurado en la Competencia Largometraje Chileno-, establecía el contrapunto entre la rutina infinitesimal de dos ancianas en el norte de Chile y el implacable asedio de las lógicas industriales. Un eclipse y el caos obtuvo el premio Primer Corte en Cine Chileno del futuro en el 28° FICValdivia.
SELECCIÓN OFICIAL LARGOMETRAJE JUVENIL
Matapanki, de Diego “Mapache” Fuentes. Chile. 2025. 71’. DCP.
El estreno mundial de Matapanki, de Diego Fuentes, será la película chilena que formará parte de esta sección competitiva orientada a filmes sobre la adolescencia en sus distintas manifestaciones. El film gira en torno a Ricardo, un joven punk de Quilicura que pasa las horas junto con sus amigos Mella y Claudia. Entre tocatas y fiestas, Ricardo también dedica tiempo al cuidado de su abuela que padece fibromialgia. Esa vida, fragmentada entre la rudeza de sus lazos cotidianos y la cuidadosa dedicación a su abuela, da un vuelco cuando bebe un extraño licor que le da superpoderes. En su nueva condición, intenta lanzarse a la tarea de cambiar la sociedad, una tarea para la que, al parecer, no está preparado.
SELECCIÓN OFICIAL CORTOMETRAJE LATINOAMERICANO
La Selección Oficial Cortometraje Latinoamericano ha incluido cuatro realizaciones chilenas: los estrenos mundiales de Amor, de Javiera Cisterna; Carta a Guni, de Diego Acosta; Nunca verás la sombra, de Josefa Infante Lazcano; y el estreno en Latinoamérica de Lengua muerta, de José Jiménez.
Amor, de Javiera Cisterna. Chile. 2025. 8’. DCP.
El film de Javiera Cisterna -quien ya estuvo en esta sección en 2021 con Agua del arroyo que tiembla-, es una evocación visual que mezcla texturas, formas y movimientos para confeccionar desde ahí una evocación que tiene como centro la lógica del mar y su relación con el continente. Este cúmulo de imágenes que Cisterna toma como base ha sido trasladado al formato del papel impreso, adquiriendo en ese proceso una nueva materialidad y un nuevo sentido.
Carta a Guni, de Diego Acosta. Chile. 2025. 23’. DCP.
En el nuevo trabajo de Diego Acosta (Al amparo del cielo -Premio Largometraje Chileno en FICValdivia 28°) el punto de partida está en la figura del escritor chileno Juan Emar (1893-1964), quien en el filme reaparece después de una siesta de sesenta años para escribir una carta a Guni Pirque, la mujer con la que Emar mantuvo una larga correspondencia entre 1941 y 1946.
Lengua muerta, de José Jiménez. Chile. 2025. 25’. DCP.
El director José Jiménez se centra en la funesta figura de Ricardo Rifo, el entrenador de perros que a comienzos de los 80 trabajó y fue protegido de Ingrid Olderöck, la exagente de la DINA que utilizaba animales para torturar sexualmente a sus víctimas en el cuartel de calle Irán, en la comuna de Macul, conocido como Venda Sexy. Lengua muerta retoma a Rifo, convertido virtualmente en un indigente que deambula recolectando baratijas en una localidad costera del sur de Chile. Imposibilitado de decir lo que sabe, el filme utiliza la textura rasgada del soporte audiovisual como complemento del errático y esquivo hablar de su personaje, aprisionado en el horror de su silencio, cuatro décadas más tarde.
Nunca verás la sombra, de Josefa Infante Lozano. Chile. 2025. 16’. DCP.
Registro de la enajenante lógica urbana en donde el anonimato de la multitud y la velocidad cotidiana no impiden la conexión con el pasado, la adolescencia y la fractura de la pandemia del Covid 19.
GALA CHILENA
Carta a mis padres muertos, de Ignacio Agüero. Chile. 2025. 106’. DCP.
Después de Notas para una película, estrenada mundialmente como Film de Clausura en el 29° FICValdivia, Ignacio Agüero retorna a Gala con su nuevo largometraje, Carta a mis padres muertos, en el que rememora las últimas cinco décadas de su vida, tomando como punto de partida la muerte de su padre, ocurrida poco después del triunfo electoral de Salvador Allende. Agüero ya había indagado en su propia historia de distintas maneras a lo largo de su cine. Particularmente desde El otro día (2012), Como me da la gana II (2016) o Nunca subí el Provincia (2019) el itinerario personal del director se ha ido introduciendo paulatinamente en su obra y en esta última realización esa evocación íntima es definitivamente explícita. El film se organiza como una narración epistolar en la que Agüero pone al tanto a su padre lo ocurrido después de su muerte y que permite enlazar archivos personales, familiares, además de imágenes públicas y material filmado recientemente por el documentalista. Como siempre, su narrativa se ajusta mejor a un método interrogatorio en donde los hallazgos son siempre exploraciones y trayectorias sujetas al azar y a una deriva en la que se cruzan la historia política, familiar y personal.
El santo oficio, de Cristián Sánchez Garfias. Chile. 2025. 120’. DCP.
Después de recibir el Pudú a la Trayectoria en la edición 27° de FICValdivia, edición en la que además estrenó sus dos películas recién terminadas -Date una vuelta en el aire y La promesa del retorno-, el legendario realizador Cristián Sánchez retornó muy pronto al festival con Voy y vuelvo (2023) y Con los pies en la tierra (2024). Su nuevo largometraje, El santo oficio (2025) -seleccionado en Encuentros Australes 2023 en la categoría Finaliza Post Producción-, cuenta el intento de un escritor por rodar su primera película, a pesar de no tener financiamiento y en medio de la crisis sanitaria generada por la pandemia. Como ocurre en otras películas de Cristián Sánchez, el deseo de su protagonista, atravesado en parte por la pulsión erótica, se vuelve inabordable y la película que intenta filmar se le escapa constantemente de las manos. Es, probablemente, la obra más abiertamente cinéfila de Sánchez y en ella se conjugan la brujería y la referencia fílmica, además de la persistente indagación en ese universo claustrofóbico en el que deambulan vivos y muertos.
Diablo, de Ernesto Díaz. Colombia. Chile. 2025. 91’. DCP.
Con el estreno de El puño del cóndor (2023) en el marco de la Gala Chilena en la edición 30°, el FICValdivia se reencontró con el cine de Ernesto Díaz Espinoza, quien ha tenido una presencia regular desde que Kiltro (2006), su primer largometraje, participó en la competencia en la edición 13°. A partir de entonces, el realizador estaría nuevamente presente con las siguientes Mirageman (2007), Mandrill (2008), Tráiganme la cabeza de la Mujer Metralleta (2012), Redentor (2014) y Santiago violenta (2014). En la próxima edición 32° Díaz presentará Diablo (2025) filme de acción en el que Marko Zaror, su actor recurrente, interpreta a un delincuente que, después de salir de prisión, se propone cumplir con una antigua promesa y secuestra a la hija de un mafioso, hecho que pone en su contra a todo el mundo delictual. Como en gran parte del cine del director chileno Ernesto Díaz, la línea central puramente física y lineal se cruza aquí con una zona abiertamente melodramática y emotiva, que vincula a los personajes con un pasado generalmente traumático y que explica en gran medida la obsesividad, a veces autodestructiva, de sus decisiones.
La misteriosa mirada del flamenco, de Diego Céspedes. Chile, Francia, Alemania, España, Bélgica. 2025, 109’. DCP.
Candidata chilena al Oscar a Mejor Película Internacional y al Goya a la Mejor Película Iberoamericana, tendrá su estreno nacional en la sección Gala de FICValdivia, tras haber obtenido el premio principal en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes de este año. La película está ambientada en un pueblo minero en el norte de Chile en 1982, cuando asoman las primeras señales de la propagación del VIH en el mundo y del prejuicio a voces que lo vincula con la homosexualidad. La historia está contada desde la mirada de Lidia, una niña de 11 años que vive junto con su familia queer compuesta por Mamá Boa, administradora de un prostíbulo, y La Flamenco, principal estrella del lugar y virtualmente la madre sustituta de la pequeña. Por el desconocimiento de la inmunodeficiencia y el prejuicio de la comunidad obrera, las tres terminarán siendo expulsadas del lugar y el sentimiento que se acuñará en Lidia a partir de entonces, es la venganza. La aproximación de Céspedes al mundo LGBTIQ+ se remonta a su segunda película, Las criaturas que se derriten bajo el sol, ganadora del Premio Especial del Jurado en la Selección Cortometraje Latinoamericano en FICValdivia 29°, en la que enfatiza la dimensión protectora y cotidiana frente a un entorno muchas veces amenazante. En La misteriosa mirada del flamenco esa misma observación progresa gradualmente desde la mirada cariñosa con que describe el entorno de Lidia y el club que regenta Mamá Boa -un entorno protegido y solidario-, hasta aproximarse a la violencia social que primero se expresa anónimamente y luego abierta y ferozmente.
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