Columnistas

Gijón 2011: Las dos francesas

Por Beatriz Martínez
Los hallazgos de Valérie Donzelli y Mia Hansen-Love y la decepción del estadounidense Todd Solondz marcaron los contrastes de la más reciente edición de esta siempre interesante muestra española.
Publicada el 01/12/2011
-Declaración de guerra. La francesa Valérie Donzelli se alzó junto al argentino Santiago Mitre con los premios más importantes de esta edición. Declaración de guerra cuenta un tema difícil desde una perspectiva amable. Precisamente por esa razón uno entra prevenido pensando que le van a tomar el pelo, ¿quizás porque hemos perdido la ingenuidad y estamos constantemente a la defensiva…? Es probable que uno haga el cálculo mecánico de que si se trata de una película que le gusta a todo el mundo, seguramente sea poco exigente. Pero resulta inútil colocarse por encima de todo, y más si hablamos de película tan sincera como esta, basada en las experiencias personales de la propia directora y su compañero sentimental, Jérémie Elkaïm (en la vida real y en la ficción) durante la larga enfermedad de su hijo a causa de un tumor cerebral.

Los prejuicios ante este tipo de historias de superación quedan dilapidados desde el momento en que Donzelli aborda el relato como si de un cuento se tratara, con la voz de diferentes narradores que van ficcionalizando los hechos sin enfatizarlos, y sobre todo a partir de la agilidad y la frescura que la directora imprime a la acción, no permitiendo nunca que se le vaya de las manos el delicado material con el que trabaja. Por eso, potencia a través de la imagen el espectro sensitivo. Sus encadenamientos secuenciales unidos a un espectacular tratamiento sonoro y musical, van conformando un continuo fílmico sugestivo y texturizado, por el que puede transitar al mismo tiempo el dolor más profundo, la frustración y la esperanza. Un cóctel nada fácil que logra mantenerse de manera muy intuitiva, visceral y exorcizante. Declaración de guerra es una película profundamente libre, que huye de estereotipos y encorsetamientos para construir una valiente reivindicación en torno a la lucha por los principios, aquello por lo que merece la pena pelear, declarar la guerra.

-Dark Horse. Bastante decepcionante resultó, en cambio, Dark Horse, la última película del otrora niño prodigio del cine independiente norteamericano Todd Solondz. La inventiva con las que llegó a abordar la disección de las miserias de la clase media americana y la habitual bilis que desprendían sus ficciones le convirtieron en un raro espécimen dentro del acomodaticio panorama del cine de su país. Sin embargo, la frescura de sus inicios fue dando paso a un progresivo ensimismamiento alrededor de las mismas ideas, como si su universo en vez de enriquecerse con cada nueva obra, se encontrara cada vez más constreñido. Después del intento de rememorar los logros del pasado con La vida en tiempos difíciles / Life During Wartime, concebida a modo de reflejo metalingüístico de Felicidad / Happiness, Solondz intenta desmarcarse de la rutina en la que había caído su cine cambiando su estilo y adaptándolo a los moldes de la nueva comedia americana. El resultado sólo produce extrañeza, un híbrido desnaturalizado que no funciona en ningún momento y que parece igual de desubicado que su propio protagonista, que se suma a la fauna de perdedores del director, esta vez encuadrado dentro del modelo estético implantado por Judd Apatow.

-Iceberg. La representación española en la Sección Oficial corrió a cargo de esta pequeña película independiente dirigida por Gabriel Velázquez en la que se podría rastrear el hieratismo invernal que latía en Río congelado / Frozen River, si no fuera porque se trata de dos películas que no tienen mucho que ver entre sí. El director aborda con austeridad formal una propuesta sobre la incomunicación y el aprendizaje vital de una serie de adolescentes sin rumbo en la vida, que viven aislados en sus propios universos independientes en un espacio en el que parece haberse detenido el tiempo, el paraje natural del Río Tormes, en Salamanca. Caminos de búsqueda en los que la incomprensión, la rebeldía y la crueldad, chocan con la naturaleza indómita de unos personajes que todavía están a medio hacer y que  experimentan con sus emociones convirtiéndolas en autodestructivas. El director crea una interesante atmósfera sensitiva, a pesar de que con frecuenta parezca que él mismo se sienta más fascinado de lo que debiera con las imágenes que compone.

-Un amour de jeunesse. La directora Mia Hansen-Love, con tan solo tres películas, ha logrado conformar un estilo muy definido y personal. Se ha convertido en una de las cineastas que mejor sabe explorar, en el cine actual, el poder de los pequeños instantes reveladores surgidos de la cotidianeidad; instantes en los que se encierran las contradicciones sobre las que cimentamos nuestras vidas y que adquieren un significado luminoso en manos de la realizadora. No resulta casual que en su nuevo trabajo haya utilizado como fuente de inspiración el trabajo del arquitecto Tadao Ando, cuya filosofía artística se basada principalmente en la luz y en la relación con los materiales y las formas a la hora de crear espacios trascendentes y armónicos.

De hecho, siempre me había parecido que en las anteriores obras de la directora, Todo se perdona / Tout est pardonne, y El padre de mis hijos / Le Père de mes enfants, a pesar de partir de la tradición francesa, tenían algo también de orientales. Con Un amour de jeunesse queda claro que Mia Hansen Love busca alcanzar a través de sus imágenes un equilibrio que, a pesar de las turbulencias internas que el relato pueda atesorar, siempre transmite una intensa serenidad, una extraña paz interior. En esta ocasión vuelve a configurar un tejido ficcional en torno a presencia y más adelante ausencia de un personaje masculino, mientras que de nuevo otorga el protagonismo a una joven que debe aprender a canalizar ese vacío.

Desde la inocencia de los encuentros en los que la pasión amorosa parece ser el centro del universo, pasando por el dolor de la pérdida, la frustración amorosa, el enquistamiento de las heridas y la necesidad de liberación final, Un amour de jeunesse traza el itinerario sentimental de una joven en su camino hacia la conformación de su personalidad. La directora compone su película más impresionista, a partir de pinceladas que van modulando la secreta intimidad del personaje de Camille, una estupenda Lola Créton.

Aquí otro balance de Gijón a cargo de Manu Yáñez Murillo.

Aquí los premios del festival.

COMENTARIOS

  • 3/12/2011 10:21

    No ve esta última, pero TODO SE PERDONA y EL PADRE DE MIS HIJOS fueron dos joyitas, Mia Hansen Love se ha destacado mucho como crítca en los Cahiers y ahora como directora, hay que seguirla, un gran talento!!

DEJÁ TU COMENTARIO


COLUMNISTAS ANTERIORES


Videocrítica de "Grand Tour", de Miguel Gomes
Diego Batlle y Manu Yáñez

Diego Batlle y Manu Yáñez analizan la nueva película del director de Aquel querido mes de agosto y Tabú, que luego de su estreno mundial en el Festival de Cannes 2024 (Premio a Mejor Dirección) y de un breve paso por las salas argentinas ya está disponible en la plataforma de streaming MUBI.

LEER MÁS
Videocrítica de "Misericordia" de Alain Guiraudie
Diego Batlle y Manu Yáñez

Análisis de la nueva película del director de No Rest for the Braves / Pas de repos pour les braves (2003), The King of Escape / Le roi de l'evasion (2009), El desconocido del lago / L'inconnu du lac (2013), Rester vertical (2016) y Viens je t'emmène (2021). Lanzamiento en Argentina: Festival de Cine Francés (Abril 2025) y en salas comerciales (Mayo 2025).

LEER MÁS
Nuestro cine por hacer
Pablo Chernov, productor y docente

Algunas ideas sobre cómo (re)pensar las películas en estos tiempos de ataques constantes y con un INCAA intervenido y prácticamente inactivo.

LEER MÁS
Derechos involucrados en la obra audiovisual
JULIO RAFFO

Nuevo aporte de nuestro columnista experto en legislación cinematográfica.

LEER MÁS