Un superclásico de la violencia, la injusticia y el encubrimiento

Un digno y cuidado registro sobre la mayor tragedia del deporte argentino: la muerte de 71 hinchas a la salida de un clásico Boca-River, en junio de 1968.

Puerta 12 (Argentina/2007). Documental de Pablo Tesoriere. Testimonios: Enrique Macaya Márquez, Pablo Alabarces, Diego "Chavo" Fucks, Orlando Barone, Roberto Fontanarrosa, Pérez Celis, René Houseman, Norberto Madurga, Juan Carlos Guzmán, Rubén Suñé, Eduardo Galeano, Daniel Onega y Antonio Rattín, entre otros. Apta para todo público. Duración: 90 minutos. Salas: Cosmos y Teatro 25 de Mayo. Este documental de Pablo Tesoriere -egresado de la FUC y sobrino-nieto del mítico arquero de Boca Américo Tesoriere- propone un correcta, cuidada, aunque bastante convencional reconstrucción de la mayor tragedia del deporte argentino: la catástrofe de la Puerta 12 en la cancha de River Plate, ocurrida el 23 de junio de 1968, a la salida de un superclásico, que dejó un saldo de 71 muertos por asfixia y varios centenares de heridos entre la parcialidad xeneize.

Lo mejor de Puerta 12, además del buen trabajo de investigación, de recopilación de archivo y de la presentación de más de 50 testimonios de sobrevivientes, testigos, periodistas e intelectuales, es un relato casi en la línea del thriller a-lo-Rashomon, en el que se van presentando las distintas versiones, todas contradictorias entre sí: que la puerta estaba cerrada o semicerrada, que los molinetes no habían sido quitados, que fue culpa de unos inspectores del gobierno porteño, que fue generada por la barra brava que quería esconderse entre la multitud, que fue obra de la represión policial que quería castigar a la hinchada que había cantado la marcha peronista (eran tiempos de Onganía) durante el partido, que fue una simple combinación y acumulación de infortunios inevitables... 

Hay testimonios emotivos entre aquellos que vivieron los hechos, hay reflexiones valiosas como la del sociólogo Pablo Alabarces y, durante buena parte de los 90 minutos, Tesoriere consigue un relato bastante sólido y llevadero. Los mayores problemas tienen que ver con una musicalización y utilización de efectos de sonido irritantes, con la inclusión de una suerte de performances/teatralizaciones muy poco logradas y con una idea, bastante obvia, elemental y poco elaborada, de conectar aquellos sucesos con la posterior explosión de la violencia en el fútbol y hasta con la tragedia de Cromañón.

Más allá de que Tesoriere -quien está elaborando un nuevo documental titulado Fútbol Violencia S.A. en el que podrá profundizar el tema- sólo alcanza a esbozar algunas posibles hipótesis al respecto (basadas principalmente en las lúcidas ideas de Alabarces), el film cumple con creces su objetivo principal: reconstruir un hecho conmocionante y demostrar cómo funcionaron (y siguen funcionando) los mecanismos de encubrimiento a los poderosos, la máquina burocrática de ocultamiento sistemático y la complicidad de los medios de comunicación, que hicieron que, una vez más, la Justicia no investigara como es debido y, por lo tanto, la verdad nunca saliera a la luz.