Críticas
Estreno en cines
Crítica de “Misántropo”, con Shailene Woodley y Ben Mendelsohn + Entrevista al director Damián Szifron
-Luego de casi una década de ausencia (la exitosa Relatos salvajes, vista por cuatro millones de espectadores, se estrenó en 2014), Szifron regresa este 4 de mayo a los cines argentinos con su primera película en inglés, un intenso y virtuoso thriller sobre la caza a un asesino serial por parte de unos torturados agentes del FBI que sufren todo tipo de presiones políticas, sociales y mediáticas.
-El film -visto por más de 100.000 espectadores en su primera semana en las salas de Francia- se exhibe en 113 complejos de todo el país.
-Szifron, que será parte del Jurado Oficial del Festival de Cannes 2023, rodará este año la película de Los Simuladores.
Misántropo (To Catch a Killer, Estados Unidos-Canadá-Argentina/2023). Dirección: Damián Szifron. Elenco: Shailene Woodley, Ben Mendelsohn, Ralph Ineson y Jovan Adepo. Guion: Damián Szifron y Jonathan Wakeham. Música: Carter Burwell. Fotografía: Javier Julia. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 119 minutos. Apta para mayores de 16 años. Se estrena en 113 complejos de todo el país.
Hace pocos días publicamos en este sitio una amplia entrevista en la que Damián Szifron explicó el contexto y las condiciones en que rodó Misántropo, pero -como dice una máxima de la industria audiovisual- “las excusas no se filman”, así que su esperada vuelta, con sus múltiples hallazgos pero también con sus carencias y limitaciones, ya está para ser analizada desde la butaca.
Szifron, que estuvo tres años lidiando con las miserias de Hollywood con el proyecto fallido de El hombre nuclear, escribió primero solo y luego con Jonathan Wakeham una historia que, aunque la propia gacetilla de promoción de la productora estadounidense habla de “la El silencio de los inocentes del nuevo siglo”, tiene una impronta cuestionadora y paranoica más propia de los thrillers setentistas de Sidney Lumet (Network: Poder que mata, El veredicto), John Schlesinger (Maratón de la muerte), Francis Ford Coppola (La conversación) o Alan J. Pakula (Asesinos S.A.). Por supuesto, si se la analizara desde una perspectiva más contemporánea, Misántropo podría dialogar a nivel narrativo y visual con, por ejemplo, el David Fincher de Pecados capitales y Zodíaco; o el Michael Mann de Fuego contra fuego y Colateral.
La película -ambientada en la siempre convulsionada Baltimore (aunque por cuestiones presupuestarias se rodó en el invierno de Montreal y hasta hubo una semana de rodaje adicional en Buenos Aires)- arranca con una secuencia extraordinaria: estamos en la noche de Año Nuevo y el cielo se inunda de fuegos artificiales. Pero son precisamente esos estallidos los que tapan el sonido de los disparon que llegan desde un edificio y empiezan a impactar en decenas de personas que se encontraban celebrando, bailando en terrazas, brindando en piscinas, consumiendo en lujosos penthouses. Esos primeros minutos, con su crescendo de sangre y de psicosis colectiva, están narrados de manera implacable, sin filtros y con una precisión quirúgica.
Entre quienes llegan a la(s) escena(s) del crimen aparecen Geoffrey Lammark (Ben Mendelsohn), el veterano responsable regional del FBI, y Eleanor Falco (Woodley), una agente sin demasiado experiencia a la que vemos agobiada por la crudeza de cadáveres, sangre y escombros que ha dejado el tiroteo seguido de la explosión de una bomba.
Lo que sigue es una hora y media de relación maestro-alumna (la torturada y solitaria Eleanor irá demostrando una capacidad no menor para desentrañar misterios, descubrir secretos psicológicos y seguir pistas) en una típica estructura de gato y ratón con un asesino en principio misterioso, siempre huidizo y brutalmente impiadoso y letal.
El corazón del relato pasa luego por las internas dentro del FBI, la creciente intromisión de la política (funcionarios desesperados por las implicancias de las matanzas) y el papel casi siempre patético de los medios de comunicación. En ese sentido, por momentos Misántropo remite a The Wire (la mítica serie de David Simon también transcurre en Baltimore) en su exploración de la burocracia y las manipulaciones dentro de los servicios de seguridad y de inteligencia.
Por la temática (las matanzas en serie en lugares públicos que cada semana ocupan las tapas de los diarios), se trata de una película muy incómoda para los actuales estándares y sensibilidades de los Estados Unidos y, en ese sentido, puede entenderse que las primeras críticas en ese país hayan sido bastante negativas, mientras -en cambio- Misántropo fue saludada con entusiasmo por la mayoría de los medios franceses (ver imagen arriba) y en ese mercado debutó con la nada despreciable cifra de 100.000 espectadores en su primera semana en cartel. Lo que se dice, una auténtica grieta cinéfila.
Lo cierto es que, en su segunda mitad, la nueva película del director de El fondo del mar, Los Simuladores y Tiempo de valientes apuesta por un tono que es, vaya paradoja, su principal audacia y su mayor debilidad, ya que se aleja por completo de la idea tranquilizadora de un asesino monstruoso y finalmente desechable a-la-Hannibal Lecter para, en cambio, acercarse a sus traumas, sus motivaciones y exponer sus distintos matices. El problema es que en esa bienintencionada y al mismo tiempo riesgosa búsqueda de empatizar con el antagonista cae por momentos en una solemnidad, en diálogos demasiado recargados y explícitos hasta aquí inéditos en la filmografía de Szifron.
Con sólidas y contenidas actuaciones (Mendelsohn es por momentos más protagonista que una Woodley completamente alejada del glamour de una estrella), con un (otro) descomunal trabajo de ese brillante director de fotografía que es el argentino Javier Juliá (El último Elvis, Relatos salvajes, Argentina, 1985) y el a esta altura talento y virtuosismo impar para el encuadre y las “coreografías” de Szifron, Misántropo es un thriller de los que ya se hacen poco y que merece ser visto en salas (imagino que el impacto visual y emocional en una pantalla hogareña deber ser mucho menor). Si la calificación de esta crítica no es más alta no se debe solo a ciertos lugares comunes del guion y a cierta tendencia al subrayado declamatorio que surge en su parte final sino porque a directores de excelencia (y Szifron es, sin dudas, uno de ellos) se le exige un poco más que a los demás.
Por qué y cómo suscribirse a OtrosCines/Club
Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad que mantiene el acceso a todos sus contenidos de forma gratuita.
¿Qué ofrece OtrosCines/Club a todos sus socios y socias?
-Cada viernes a primera hora reciben en su casilla de e-mail una cuidada y curada Newsletter con análisis de tendencias audiovisuales, festivales y novedades en el universo de los cines y el streaming.
-Acceso sin cargo adicional a las últimas 20 newsletters exclusivas.
-Antes de cada fin de semana les llegan a sus celulares recomendaciones en audio y en texto de películas y series a través de nuestro canal de WhatsApp.
-Pueden acceder a tres meses sin cargo en la prestigiosa plataforma de streaming MUBI, especializada en cine de autor y calidad.
-Sorteos de entradas para cualquier película, en cualquier día y horario, en cualquiera de los complejos de la cadena Multiplex.
-Descuentos durante todo el año a nuestros cursos y talleres, además de otros beneficios que comunicamos cada mes.
¿Qué tipos de suscripciones a OtrosCines/Club están disponibles vía Mercado Pago?
SUSCRIPCIÓN ESTÁNDAR: 400 pesos mensuales.
Suscribirme
SUSCRIPCIÓN MAX: 700 pesos mensuales.
(Se enviarán contenidos en video y en textos de forma anticipada y/o exclusiva, habrá descuentos adicionales en nuestros cursos y talleres, y prioridad en el acceso a nuestras actividades).
Suscribirme
MAS INFORMACIÓN:
Por cualquier duda nos pueden escribir a nuestro correo electrónico: OtrosCinesClub@gmail.com
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
La sexta película es fiel al espíritu de la franquicia surgida en los años '80.
Esta remake del largometraje de Mariano Cohn con Peter Lanzani y Dadi Brieva no agrega demasiado, más allá de su prédica anti-woke.
Las dos tuvieron su estreno mundial en la sección oficial de Cannes 2024 y las dos pasaron por el reciente Festival de Cine Francés. Ahora, ambas llegan a la cartelera comercial argentina el mismo jueves 8 de mayo.
-Clásico de clásicos de la historieta argentina (y mundial), la obra de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López llegó casi siete décadas después al universo audiovisual con más hallazgos y logros que carencias. La primera temporada de solo 6 episodios deja mucho material para el análisis y con ganas de más.
-Acompaña a este texto un episodio de nuestro podcast Acerca de Nada en el que Batlle y Pablo Manzotti analizan esta transposición, y un informe sobre la producción.
Según los diccionarios el misántropo tiene una profunda desconfianza que se transforma en odio hacia todo el género humano. En el caso de esta historia ese odio hace que un hombre se convierta en un asesino serial que, al inicio de la película desde un piso 17 con armas de guerra asesine a 29 personas en la noche de fin de año en Baltimore. Lo que sigue es la investigación que encabeza el jefe policial del FBI George Lammark (el buen actor australiano Ben Mendelsohn) que recurre a la policía inexperta Eleonor Falco (la bella y buena actriz Shailene Woodley) para intentar atrapar vivo al temible criminal, enfrentándose a los métodos predominantes en la institución policial que buscan rápidamente un asesino acribillado a balazos para alcanzar la fama mediática sin ponerse a pensar porqué hay tantas masacres. . Con escenas de acción muy bien filmadas en la primera mitad(el inicio más la masacre que sucede dentro de un shopping) la película es más profunda en la segunda mitad al emerger las internas del FBI y cuando aparece el personaje del asesino (el actor inglés Ralph Ineson, en mi modesta opinión, la mejor actuación de la película) con un discurso alejado del criminal standard del cine de EE.UU que hasta puede encontrar adhesiones en el espectador sin que se justifique la decisión de salir a matar) Damián Szifrón se tomó 9 años para volver a filmar otra película y supera con creces los riesgos de debutar en EE.UU con una película en inglés. Muy bien por Szifrón (8/10)
Lo mejor del film de Szifron es su primera mitad. Ahi vemos desplegar los mejores recursos formales del director para presentar los conflictos. La dupla actoral sin embargo no presenta una gran química y no parecen conectar en la pantalla a pesar de sus correctas y medidas interpretaciones. El tercer acto es el que parece más forzado en su resolución y en su oscuridad. No se escapa al tono del film pero quizás roza lo inverosímil. MISANTROPO con sus luces y sombras queda a mitad de camino.