Crítica de “When the Light Breaks”, película de Rúnar Rúnarsson (Un Certain Regard - Film de Apertura) - #Cannes2024

Tras presentar Volcano en la Quincena de Realizadores de 2011, el realizador islandés vuelve a Cannes con un melodrama juvenil que se presentó como largometraje inaugural de Un Certain Regard, la segunda competencia de la selección oficial.

When the Light Breaks / Ljósbrot (Islandia-Países Bajos-Croacia-Francia/2024). Guion y dirección: Rúnar Rúnarsson. Elenco: Elín Hall, Mikael Kaaber, Katla Njálsdóttir, Baldur Einarsson, Ágúst Wigum y Gunnar Hrafn Kristjánsson. Duración: 82 minutos. En la competencia oficial Un Certain Regard (película inaugural).

En la primera escena de When the Light Breaks vemos a Una (Elín Hall) y Diddi (Baldur Einarsson) mirando el mar y fumando un porro. Por ciertos diálogos algo escurridizos nos enteramos de que mantienen una relación amorosa secreta, pero él está decidido a cortar con su novia Klara (Katla Njálsdóttir). Una quiere ir a las islas Feroe, Diddi sueña con ir a Japón. Pasan la noche juntos y al día siguiente ella va a la escuela de artes, y él conduce un auto prestado hasta que vemos un impresionante accidente dentro de un túnel que incluye explosiones y decenas de muertos... La tragedia está planteada desde el inicio porque lo que al director de Sparrows / Gorriones (2015) y Echo (2019) le interesa es cómo tramitar el dolor y la culpa, las implicancias de los secretos y mentiras.

Cuando casi de inmediato se confirma la muerte de Diddi todos se compadecen de Klara (la novia “oficial”) y casi nadie tiene demasiado en cuenta la angustia que carcome a Una (solo el Gunni de Mikael Kaaber sabe toda la verdad).



Así, la relación entre Una y Klara va pendulando entre el resentimiento de una y la complicidad de otra. Mientras tanto, los adultos -por más bienintencionados que puedan ser- reaccionan siempre con torpeza, sin entender ni conectar con estos jóvenes que intentan acompañarse en ese aluvión de tristeza, impotencia, bronca y descontención que los desgarra.

When the Light Breaks tenía todo para resultar un ejercicio sensacionalista cargado de manipulaciones emocionales, pero por suerte Rúnarsson apela a cierto pudor y recato en un film de menos de una hora y media de duración que se concentra más en los sentimientos (sensaciones) de sus atribuladas criaturas que en grandes eventos o golpes de efecto. En ese sentido, se trata de una decisión madura para un pequeño y logrado ensayo sobre cómo atravesar de la mejor manera posible (con mucho de intuición, de prueba y error) una situación trágica y extrema.

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