Sección Nocturna, el placer de lo extremo

Reseñas de las películas de esta selección dedicada a lo más radical y provocativo del cine contemporáneo.

-Sita Sings the Blues (EE.UU., 2008) de Nina Paley. Duración: 82'. Entre los argumentos en contra de la teoría del autor está aquel que dice que es muy dificil hablar de un solo responsable para una obra tan compleja, con la necesidad de una larga serie de colaboraciones, como una película. Ante el caso de la película Sita Sings The Blues, es probable que hasta el propio Homero Alsina Thevenet hubiese dado el brazo a torcer. Porque para esta película “de dibujitos” la artista Nina Paley hizo de todo: figura en todos los rubros los créditos y una leyenda le adjudica todo rubro no especificado en ellos, y entrega un trabajo extremadamente personal, sin caer en la condescendencia ni en la indulgencia.

En Sita Sings the Blues se narran de manera paralela tres historias que al final se descubre son la misma. En una de ellas, situada en Nueva York, el marido de una mujer llamada Nina recibe una oferta laboral en la India; en otra se cuenta la historia de Sita y Ram, una leyenda india extraída del Rāmāyaṇa, contada a base de canciones de la década del veinte de la cantante Annette Hanshaw; y, para complicar aún más las cosas, en la tercera unos típicos títeres indios crítican y (des)ordenan la historia anterior. Cada una de ellas tiene su estilo particular, acorde a lo que la autora quiere trabajar, yuxtaponiendo diferentes de dibujo (del pop a la pintura rajput) y estilos de animación como el stop-motion y el rotoscopio. Si a esto se le suma una serie de viñetas musicales techno-indias y un intervalo para que los personajes descansen, queda muy claro que estamos frente a una película que escapa a toda norma.

Aunque ver Sita Sings the Blues en cine es una experiencia única y ya no quedan más proyecciones, vale la pena señalar que se la puede ver -y bajar- legalmente a través de este link: http://sitasingstheblues.com/wiki/index.php?title=SitaSites

-The Last Winter de Larry Fesseden (EEUU/Islandia, 2006). Duración: 107'. Filmar una película de terror que transcurra en un paraje desolado ubicado en uno de los polos del planeta es una empresa arriesgada por varios motivos en cuanto a la producción. Sin embargo, no es esto lo que más amedrenta a los realizadores a utilizar este espacio ya cinematográfico de por si, sino la inevitablemente comparación a la que la película va a ser sometida frente a una de las mejoras obras de John Carpenter: El enigma de otro mundo (The Thing, 1982), duelo del cual pocos directores pueden salir bien parados.

No obstante, Larry Fesseden se las arregla para encontrar una veta propia al hacer que esta película que narra los padecimientos de un grupo de ambientalista en una zona virgen de Alaska sea un exponente del terror ecológico y apocalíptico (tendencia en la cual también se podría ubicar a la insólita El fin de los tiempos, de M. Night Shyamalan, cuyo punto de partida es similar a The Last Winter). El problema ecológico que ataca la película es el calentamiento global: al elevarse la temperatura algo que estuvo sepultado bajo el hielo por millones de años despierta, afectando la sanidad mental de los habitantes de una base ártica, liderados por un empresario petrolero y probable votante de George W. Bush interpretado por Ron “Hellboy” Perlman.

El asombroso diseño de producción no se condice con el presupuesto mínimo de la película y el fino estilo visual de Fesseden -en scope aprovechado al máximo- hacen de The Last Winter una película agobiante, de cuyo final desolador cuesta olvidarse en este otoño de treinta grados de promedio.

Repeticiones: 28 de marzo, a las 00:30, en el Atlas Santa Fe 1; 30 de marzo, a las 20:15, en la sala 2 del Hoyts Abasto; y 1º de abril, a las 23, en la sala 2 del Hoyts Abasto.

-Know Your Mushrooms (2008, 70', Canadá), de Ron Mann. Como por estos días Mann es jurado de la compentencia internacional, el director presentó su nuevo documental en la primera proyeccón. Allí, dijo que la idea para hacerlo vino de su amigo Jim Jarmusch, según Mann, todo un entusiasta de los hongos y quien lo llevó al festival anual del hongo de Telluride, Colorado, punto de partida de Know Your Mushrooms. Mientras Mann sigue a Larry Evans (según el director “el Indiana Jones de los cazadores de hongos”) en el festival y en sus excursiones por el bosque, el documental intercala entrevistas con autores especializados en el tópico como Gary Lincoff, trivia varia y separadores de animación digital (un chiste que no funciona). Una de las particularidades de Know Your Mushrooms es que, luego de convencer al espectador de que los hongos son interesantes, la película se termina; cómo si Mann hubiese querido limitarse a incentivar el interés y que cada uno haga lo que quiera con eso.

Aunque Mann declaró en la presentación que no quiso hacer una película sobre los hongos como droga recreativa, los mejores momentos de Know Your Mushrooms son aquellos con los que se mete con la psicodelia  -Terrence McKenna y experiencias de Lincoff mediante-, o cuando un estudioso explica su teoría del papel de los hongos en la evolución de la humanidad; y se siente que piden más tiempo, quedan cortos, como si fuesen el trailer de una secuela. Queda algo de decepción después de Know Your Mushrooms, más aún si se recuerda que se trata de una película del autor de Grass.

Repeticiones: 31 de marzo, a las 20:30, en la sala 8 del Hoyts Abasto; y
2 de abril, a las 22:45, en el Atlas Santa Fe 1.

-Hansel y Gretel de Pil-Sung Yim (Corea del Sur, 2007). Duración: 116’. Tras sufrir un accidente en la ruta, Eun-Soo es rescatado por una niña que lo lleva a través del bosque hasta su casa, salida de un cuento infantil, en la cual vive junto a su misteriosa familia. Este es el punto de partida de esta película de Pil-Sung Yim, originalmente estrenada en Corea del Sur en 2007. De enorme potencia visual, la primera hora de Hansel y Gretel es un tratado sobre lo siniestro; durante ella, Pil-Sung Yim parodia la estructura del cuento de hadas al atreverse a ofrecer nueva mirada sobre rol que suelen cumplir los niños en ellos (otra relectura de este tipo de relatos puede verse en Coraline y la puerta secreta, de Henry Sellick, en la que además, al igual que en Hansel y Gretel, se redefine el espacio, haciéndolo fluctuante y, por ello, infinito).

Pero, a medida que la trama avanza, uno se entera de que nada es lo que parece ni, por desgracia, tampoco es lo que parece que parece: Yim se arrepiente de la característica subversiva de su parodia y da marcha atrás; se corrige y sabotea lo que la hacia fascinante, volviendo completamente arbitrario el tono de la primera parte mientras el relato se hunde en convenciones. En los últimos minutos la combinación de una infinidad de explicaciones, efectismo ramplón (¡ese flashback de las dos hermanas!), personajes a puro trazo grueso y la influencia -en este caso, tóxica- de La noche del cazador terminan de aniquilar todo lo que prometía aquel comienzo tan auspicioso.

Repeticiones: Sábado 28 de marzo, en el Atlas Santa Fe 1, a las 00:45; sábado 4 de abril, en el Hoyts Abasto 10, a las 0:30.

-Encarnaçao do Demônio (Brasil, 2008) de José Mojica Marins. Duración 90'.
Pese a los dudosos rumores del inminente regreso de entre los muertos de la Hammer, Encarnaçao do Demônio nos enseña que, en caso de que tal acontecimiento se siga postergando, no debe cundir el pánico: el espíritu de la Hammer goza de buena salud en Brasil. El director y guionista José Mojica Marins vuelve a ponerse la capa, la galera y los talismanes que caracterizan a su personaje más emblemático, el temible Zé do Caixão (en español "Pepe Ataúd"), un villano de los de antes, del mismo linaje que los de Christopher Lee, Vincent Price y Bela Lugosi. Para ello, Mojica Marins se las arregla para hacer en esta película un repaso de las anteriores aventuras del personaje, que esta vez bate records de gore, desnudos y misoginia (por lo general, al mismo tiempo; estómagos sensibles abstenerse). Esto podría resultar ofensivo si no fuese porque Zé Do Caixão se mezcla con las favelas, entra a un bar a tomar algo y, cada vez que habla, recita y enfatiza absolutamente todo, lo cual no hace más que aclara su condición de artificio.

En esta entrega, un Zé do Caixão anciano sigue buscando aquello que no pudo conseguir en la anteriores:  tener descendencia. Con esta película Mojica Marins le da a la saga una suerte de, digamos, final feliz. Entonces, bien podría decirse que Encarnaçao do Demônio es una película crespuscular, al igual que Gran Torino, otra gran película que demostraba que los mitos nunca mueren.
 
Repeticiones: 29 de marzo, a las 22:45, en el Atlas Santa Fe; y 30 de marzo, a las 24 en el Malba.

-Chelsea on the Rocks (EEUU, 2008), de Abel Ferrara. Duracción: 86'. Es triste: en la Argentina Ferrara se convirtió en un outsider del circuito comercial; sus películas no pueden verse fuera de los festivales y ni siquiera se editan en DVD. Esta vez, el estreno es el documental Chelsea on the Rocks, que tiene como eje el famoso Chelsea Hotel, centro de la bohemia neoyorquina durante las décadas de los 60 y los 70.

El film se estructura en base a entrevistas -con la voz de Ferrara omnipresente, preguntando detrás de cámara- a actores, músicos, poetas y pintores que fueron, en algún momento de sus vidas, huéspedes del Chelsea, unidos por travellings fantasmagóricos de distintas épocas del hotel e increíble material de archivo.

Alguna vez Rohmer dijo que en vez de filmar un sueño, él prefería filmar al soñador narrando su sueño. Ferrara no opina lo mismo e intercala reconstrucciones dramáticas que parecen salidas de algún documental amarillista, como si el director no terminase de confiar en el material cuando, paradójicamente, lo más impactante de Chelsea on the Rocks son los testimonios que no necesitan de ilustración alguna. El documental tiene un gran número de momentos de comedia pura como, por nombrar sólo uno, el diálogo entre el dueño del hotel, Stanley Bard, y el director Milos Forman, antiguo huésped del hotel, quienes contrastan sus versiones sobre un incidente con los bomberos en el hotel.

Si bien la omisión del paso de Leonard Cohen por el Chelsea resulta inexplicable (después de todo, fue allí donde escribió una de sus canciones más hermosas, Chelsea Hotel #2) y el insufrible Sid Vicious -cuyo martirio y leyenda se encuentran entre los más grandes misterios de la humanidad- recibe demasiado tiempo en pantalla, ya puede considerarse a Chelsea on the Rocks uno de los hitos de esta edición del festival.
 
Repitición: 31 de marzo, a las 16:30, en el Arteplex Duplex de Caballito.