Festivales
El éxito, la piratería y los dichos de Thierry Frémaux, según Daniel Burman
Por Ezequiel Boetti, desde Pinamar
Si bien la apertura de la octava edición de la muestra dirigida por Carlos Morelli fue con También la lluvia, de la española Icíar Bollaín, lo más interesante en el arranque fueron las declaraciones del director argentino que, a muy pocos días del estreno de La suerte en tus manos, dio su punto de vista respecto del estado de las cosas en los distintos terrenos de la industria del cine local. El debate, por lo tanto, continúa.
Todo lo anterior viene a cuento de la octava edición del encuentro argentino-europeo Pantalla Pinamar, que se está realizando hasta próximo domingo 10/3 en esta ciudad y opera como una suerte de clausura de la temporada veraniega. Salvando las enormes distancias políticas, económicas, sociales y culturales con el país europeo, la programación elaborada por Carlos Morelli y su equipo -66 films de 26 países distribuidos en 17 secciones- parece regirse por los gustos de un público generacional y socialmente definido, el mismo que copa las playas a esta altura del año.
Así, si para Koza los alemanes están apegados al cine entendido como relato clásico, aquí podría generalizarse en un gusto tradicional, más cerca del qualité europeo o de la industria nacional pre Nuevo Cine Argentino que de los relatos y formatos modernos de, por ejemplo, el BAFICI. Una leída al catálogo con ojos modernos podrá achacarle a Pantalla Pinamar el carácter timorato de cierta parte del material exhibido, más allá de la presencia de Tournée, El puerto (Le Havre) o El chico de la bicicleta y varios preestrenos argentinos a priori interesantes. Pero debe reconocerse la óptica clara que rige la programación y la buena llegada de ésta con los espectadores.
En ese sentido, la sección Y la ganadora es es casi una experiencia sociológica. Aquí se agrupan los films nacionales que participaron en la Competencia Oficial de algún festival Clase A durante el año pasado. El pelotón competirá por el Premio Balance de Oro, que surgirá de la votación conjunta del público y la prensa. Este apartado no sólo conforma una muestra bastante representativa del cine argentino 2011, sino que el carácter ecléctico del conjunto -este año estarán Abrir puertas y ventanas, Graba (ambas vistas en Mar del Plata), Tiempos menos modernos, El dedo (Montreal), Los Marziano (San Sebastián), Un mundo misterioso (Berlín) y El túnel de los huesos (Shangai)- genera una “puesta en abismo” del gusto mayoritario ¿Cómo reaccionará el público ante el laconismo de la película de Rodrigo Moreno? ¿Y ante el minimalismo geográfico del excelente debut de Milagros Mumenthäler? Habrá que esperar hasta la ceremonia de clausura del próximo sábado para saber las respuestas.
Y ahora sí, el cine. Pantalla Pinamar inició oficialmente el sábado a la noche con el reconocimiento a la trayectoria a Daniel Burman y la posterior proyección de la coproducción mexicano-francesa-española También la lluvia. Exhibida a sala llena en el complejo Oasis, nuevo epicentro de este evento luego de siete años en los cines Bahía y Pinamar (“vamos a apostar por aquellas salas que abren y no las que cierran”, había dicho Morelli en la presentación hace un par de semanas), el film de la española Icíar Bollaín transcurre en Bolivia a mediados de 2000, en el marco del alzamiento popular contra la privatización del abastecimiento del agua municipal conocido como la “Guerra del agua”. Hasta allí llegan los integrantes del equipo técnico y artístico de un largometraje que narrará la verdadera historia del colonialismo español en el siglo XVI.
Encabezados por el director (Gael García Bernal) y el productor (Luis Tosar), sufrirán una problemática doble: por un lado, a medida que la situación social y política se inmiscuya en la realidad del grupo de trabajo, el rodaje será casi una misión imposible. Más aún cuando uno de los protagonistas de esa metapelícula es el líder la revuelta. Pero, además, la disposición de las herramientas cinematográficas invita al trazo obvio y redundante entre la explotación pasada y la presente. Para ellos y, claro, los espectadores. De narración dinámica y correctas actuaciones, la parábola emocional de los protagonistas, y en particular del inicialmente despreocupado productor, culmina en una redención que ladea a la película hacia un manifiesto bienpensante y de “alto compromiso social”. La principal consecuencia no es menos una denuncia que la imposibilidad de ejercer una lectura o interpretación más allá de la impuesta por la trama.
Burman, entre Thierry Frémaux y la piratería
Ya el domingo por la mañana, el director de la inminente La suerte en tus manos ofreció una conferencia de prensa en la que recorrió algunas de sus principales películas y explicó su metodología para trabajar con los actores. Pero también se lo consultó sobre la catalogación del cine argentino como “suicidado” realizada por el Delegado General del Festival de Cannes, Thierry Frémaux. “Me niego a pensar que esa declaración sea cierta”, sentenció Burman, y justificó: “La leí pero me cuesta creerlo, me gustaría verla en el contexto en que lo dijo. No voy a contestar algo de lo que no estoy seguro que haya dicho porque prefiero creer que no es así”.
Sin embargo, reflexionó acerca del vuelco a la industria al que se refirió Frémaux. “Hay una paradoja, por decirlo de una forma suave: no hay nada más sincero que una película comercial”, teorizó. Luego explicó: “Cuando alguien hace eso junta un equipo con el que dice “yo con ellos quizás haga un producto que tenga un efecto económico”, entonces el salario es la compensación a eso. Muchas veces se hacen películas que no son comerciales, terminan redituando mucho y quienes la hicieron no ven nada”, alerta el cineasta. Yo cuando voy al supermercado tengo que pagar con dinero, y a mi me emociona mucho que ese dinero esté producido por la narración de una historia. Creo que los técnicos tienen que hacer lo mismo, y de la única forma que eso ocurra es que la película genere un ingreso. Cuando se plantea lo contrario, lo que se está diciendo es que esto no es un trabajo, sino algo para chicos ricos o hijos de alguien. Creo que tiene que ser una industria porque todos tenemos que comer del cine. No solamente los directores que viajan a los festivales, sino la gente que hace la película tiene que poder pagar las cuentas”.
La noción del cine industrial y la búsqueda del rédito económico es también el eje del affaire Taringa!-Burman, que culminó con un juicio del cineasta al popular sitio de descargas. Sin embargo, destacó, no se trata de criminalizar al espectador. “El problema es el piola que agarra lo que es de otro y lo convierte en algo propio, en un comercio. Lo que me parece increíble es que varias páginas de piratería abajo tienen copyright. Pongámonos de acuerdo: ¿No puedo poner una página con ese nombre? ¿No es que todo es de todos? Acá hay un sistema en el que existe un bien con derechos de autor que alguien se lo apropia y obtiene beneficios de eso. El tema es el lucro. Si se reúnen cien tipos a ver una película mía y comer pizza, yo los aplaudo. Pero acá es alguien que agarra el nombre de otro, lo regala y vende publicidad. Es un tema muy complejo cuya solución es, primero, que todos entendamos cómo funciona Internet, que no es fácil. Yo no estoy de acuerdo con la ley SOPA norteamericana ni creo que el cierre de sitios sea la solución. Hay que verlo desde el punto de vista económico: acá hay alguien que se está beneficiando con algo que no es de otro”, agregó.
“Con El abrazo partido fue la primera vez que sentí que quería ser director para hacer algo más o menos así, y me di cuenta de que había un universo cinematográfico en el que me sentía cómodo, lo que me dio mucha confianza para seguir trabajando”, recordó antes de abordar los parámetros de lo que para él es el éxito y el fracaso: “Son siempre un problema del otro a los que uno no tiene que darle demasiada importancia. Para mí el éxito es que todo siga igual, poder vivir de lo que yo soñaba. De hecho un punto de inflexión en ese sentido fue El abrazo partido. Después de ganar el premio en Berlín tuve la oportunidad de hacer una producción europea bastante grande que era muy tentadora en el sentido económico y también un gran desafío. Pero después me di cuenta de que no quería eso, sino seguir eligiendo qué contar y dónde hacerlo sin ser manejado por otros”, concluyó.
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FESTIVALES ANTERIORES
-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 73 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival. Ya hay 62 disponibles.
Nouvelle Vague, de Richard Linklater, la triunfadora de la Palma de Oro Un simple accident, de Jafar Panahi; y O Agente Secreto, de Kleber Mendonça Filho (ganadora de los premios a Mejor Dirección y Mejor Actor) encabezan esta selección personal.
Los directores de Il solengo (2015) y La leyenda del Rey Cangrejo / Re granchio (2021) concibieron un virtuoso y desopilante homenaje al spaghetti western.
Thriller psicológico en el que se luce Foster (hablando todo el tiempo en francés) junto a un elenco extraordinario.
Estoy de acuerdo con Burman en que debe existir un cine comercial. Creo que muchos no bancamos al cine comercial porque hacen películas flojas que subestiman muchísimo al público, pero sin embargo, pensemos en Spielberg que hace películas comerciales que son increíbles (ver sino la reciente Las aventuras de Tintin).<br /> En otro posteo de la web hice referencia a lo que me generan los graduados de la FUC, que hacen cine para pocos. No ataco igual a la FUC, de la UBA Yago Blanco hizo Güelcom...<br /> Tambien de la UBA, Godfrid y Sasiain hicieron La Tigra, Chaco, y cuando cobraron el subsidio le pagaron a los técnicos, según cuenta en sus clases. Estoy seguro que Mitre y los demás hicieron lo mismo cuando empezó a irles bien...<br /> <br /> Respecto la piratería, no lo banco en esa. Me parece un bajón que condenen algo que democratiza...
Si alguien hace una película en cooperativa y después de que su película gana miles de euros no honra ese acuerdo que hizo posible la película; es una mala persona. Si te quedás con plata de los técnicos, les retaceas horas extras y/o arreglás por fuera del sindicato, cuando tenés un subsidio estatal, también. <br /> Se puede trabajar en la industria y ser un sorete o ser flor de inide y serlo también: los garcas vienen en todos los talles y colores.<br /> Estoy de acuerdo con Burman y su opinión sobre la piratería. <br /> No tiene nada que ver que se haya comprado películas truchas en kioSko(!) por favor, no seamos turros.
Por lo que leo en la nota, Burman no le pegó a Mitre, le pegó a Fremaux. El francés había cuestionado al cine hecho para la taquilla. Increíblemente, lo banco a Burman en esta (aunque como estudiante de cine, no reniego de la producción independiente: son cosas distintas, ambas necesarias).
Ricardo solo vende humo y cizaña! dale anda al bafici y regodeate con los cine apatico de los ñiños ricos y aburridos.
A ver (como dice Ud) Don Ricardo, usted sinceramente cree que un técnico necesita que le apunten con un arma en la cabeza para trabajar gratis?<br /> No le parece que alcanza no tener la posibilidad de tener un trabajo remunerado?<br /> O quiza lo hace solo por tener la esperanza que hacer cierto trabajos gratis le va a agrandar sus posibilidades en el futuro...<br /> O usted realmente piensa que para el 99% de los profesionales de la industria cinematografica no es fundamental para poder vivir dignamente el hecho de cobrar un salario?<br /> Fijese que el que divide es usted, Burman, en cambio, refleja una problematica que existe.<br /> El no hace juicios de valor acerca de otros cineastas, lo que hace es decir que si se pierde de vista cierto costado comercial, el mundo del cine queda para unos poquitos pudientes.
Burman deberia hacer memoria , y recordar cuando compraba peliculas pirateadas en un kiosko de diarios de Av.Cabildo.<br /> Por suerte , hay gente que hace cine y su motivacion no es comercial , gracias por sincerarte pero ya nos dimos cuenta que lo unico que te importa es lo economico .<br /> Respecto al derecho de autor , que ya se ha discutido mucho en este foro , es la ley la que debe aggiornarse a las nuevas tecnologias , y los cineastas encontrar nuevas formas de mostrar sus trabajos y no estrenar con el unico objetivo de cobrar subsidios estatales.<br /> <br /> Saludos
Totalmente de acuerdo con Ricardo.
Hola, quiero decir que estuve en la conferencia de Burman y en ningún momento le pegó al cine de Llinás o Mitre. Por lo contrario, lo he escuchado hablar positivamente de El estudiante, por ejemplo. No hay que mezclar las cosas, Burman hizo referencia a la piratería y a un cine honesto y lícito como puede ser el cine comercial, pero no se metió con ningún director o film en particular, se nota que no está en su estilo hacerlo. Simplemente se escuchó a un director hablando de su cine y de cómo se maneja en esta industria.<br /> No hubo polémicas, es bueno aclararlo.<br /> Saludos.
Ricardo<br /> Yo estuve en la conferencia y Burman no le pegó a nadie. Solo contó su vision del cine. Podemos estar mas o menos de acuerdo pero yo lo escuché y el tipo solo contó como y por qué el hace cine. No hubo animo de polémica asi que para que armarla nosotros.
A ver, Burman le pega al cine independiente tipo El estudiante o Historias extraordinarias porque no le paga a los técnicos y éstos no pueden pagar la cuenta del supermercado. ¿Por qué no se ocupa de sus producciones y deja que Mitre o Llinás hagan cine como mejor les parece? ¿Burman cree que Mitre y Llinás apuntan con un arma a sus técnicos para que trabajen gratis? Está muy bien que Burman quiera hacer plata con Gasalla y Graciela Borges o con su nueva película, está en todo su derecho, es necesario un cine industrial. Pero todavía no ha hecho -a pesar de que es un buen director- una película del nivel de Historias extraordinarias o El estudiante. En vez de ir a la confrontación (con Taringa, con el cine indie, etc), Burman debería solidificar su lugar y dejar tranquilos a los demás. Si no, la cosa se tensa demasiado, se dividen todos en bandos antagónicos, eso no sirve.