Críticas
El Ardor, de Pablo Fendrik
La violencia está en nosotros
Entre el western moderno y revisionista, el cine de aventuras y el drama romántico, el talentoso director de El asaltante y La sangre brota construyó en la selva misionera más profunda un relato que retoma el eterno conflicto entre naturaleza y civilización, entre tradición y modernidad, oponiendo las leyendas ancestrales de la zona con el capitalismo más salvaje y sus topadoras siempre listas para arrasar y deforestar. Más allá de algunos clichés y de ciertos pasajes en que la tensión se resiente frente a un existencialismo algo torpe, hay en esta propuesta con múltiples referencias cinéfilas un saludable intento por recuperar el placer por el cine de género.
El Ardor (Argentina-México-Brasil-Francia-EE.UU./2014). Guión y dirección: Pablo Fendrik. Con Gael García Bernal, Alice Braga, Claudio Tolcachir, Lautaro Vilo, Jorge Sesán y Julián Tello. Fotografía: Julián Apezteguia. Edición: Leandro Aste. Diseño de arte: Micaela Saiegh. Distribuidora: Energía. Duración: 110 minutos. Copias: 48.
Western moderno y revisionista con un elenco internacional encabezado por el mexicano Gael García Bernal y la brasileña Alice Braga, El Ardor fue rodado en la selva misionera más profunda y describe la historia de Kai, un (anti)héroe solitario con algo de chamán, que decide enfrentarse a tres mercenarios (Claudio Tolcachir, Jorge Sesán y Julián Tello) que trabajan para poderosos intereses que apuntan a incendiar la zona y a atacar a los pequeños campesinos (que se dedican sobre todo a la explotación tabacalera) para quedarse cada vez con mayores extensiones de tierra.
Más allá de que pueda leerse como un manifiesto “políticamente correcto” en su mirada ecologista que condena la deforestación de zonas vírgenes, El Ardor retoma el eterno conflicto entre naturaleza y civilización, entre tradición y modernidad, oponiendo las leyendas ancestrales de la zona (hay algo en este sentido del cine del tailandés Apichatpong Weerasethakul) al avance del capitalismo más salvaje con las topadoras de empresarios codiciosos y de cazadores a sueldo con sus machetes y sus balas.
Si bien hay algunas zonas del relato donde la tensión se diluye y resiente frente a un existencialismo algo torpe, el talentoso director de El asaltante y La sangre brota (ambas también presentadas, como esta, en el Festival Cannes) apuesta con criterio y convicción al cine de aventuras en la línea de La Reina Africana; al western que explora (y pone en cuestión) la figura del héroe (con homenajes evidentes a cultores del género como John Ford y Clint Eastwood); a la crueldad del hombre y de su entorno en la línea de Deliverance/La violencia está en nosotros, de John Boorman; a una subtrama romántica (con escena de sexo bajo la lluvia incluida entre los personajes de Bernal y Braga al borde del cliché); a algunas explosiones sangrientas propias del género gore (hasta se apela al recurso de la motosierra); y a múltiples elementos ligados al clasicismo narrativo que desembocan en un apoteósico y épico duelo final.
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
-Clásico de clásicos de la historieta argentina (y mundial), la obra de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López llegó casi siete décadas después al universo audiovisual con más hallazgos y logros que carencias. La primera temporada de solo 6 episodios deja mucho material para el análisis y con ganas de más.
-Acompaña a este texto un episodio de nuestro podcast Acerca de Nada en el que Batlle y Pablo Manzotti analizan esta transposición, y un informe sobre la producción.
El director de películas como Un amigo para Frank (2012) y Ciudades de papel (2015) y de decenas de episodios de series y de videoclips musicales tiene el desafío de dar el puntapié inicial a una nueva franquicia capaz de emular (y en un futuro suplir) a los Avengers.
En el marco de la 12ª Semana de Cine Portugués, se presentan en la Sala Lugones (Av. Corrientes 1530) con 7 funciones cada una la nueva película de Carneiro (tuvo su estreno mundial en la Quincena de Cineastas del Festival de Cannes 2024) y la ópera prima de Mateus (producida por Pedro Costa y estrenada en el último Festival de Locarno).
El director de Ciencias Naturales (2014), El Pampero (2017) y Las Rojas (2022) estrenó en la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata 2024 un film sobre las diferencias familiares y de clase que ahora llega al Gaumont y otras 27 salas (la mayoría Espacios INCAA).
<p>Floja peliculita que tiene de western lo que Arrebato de comedia. Lo menos peor es la música y lo peor de lo peor es la espantosa proyección digital. El Gaumont hace rato dejó de ser un cine y está a un paso de ser -más que nada- una repartición estatal.</p>
<p>Sugerir que este larguisimo metraje remeda un Western es ofender el género. Si el director, al estilo Tarantino, quiso homenajear algún recuerdo de su infancia, se acordó en los últimos 15 minutos y en el apuro cometió ofensas imperdonables. Hay momentos que la película me movió del asiento, pero como estaba en el estreno de una sala reprimí ese impulso y no me fui. Un botón de muestra de lo inverosímil: Uno de los asesinos, de lo pior, con sierra eléctrica en mano y todo al estilo masacre en texas, tiene arcadas al ver que matan a un compañero. El cliché de la joven que vomita al ver sangre o un una tripa al aire es inverosímil en un matón como este que hace meses que no se baña. De la de forestación no hay imágenes, del negocio de la tala industrial no hay ni esbozo. El mismo tigre, que al inicio se morfa una chica inocente, quiere mostrarse como icono de la preservación ambiental. Hay errores para hacer dulce como el de la campana que menciona otro comentario, las recuperaciones de las heridas, el cambio de vestuario en las ultima escenas, la escena de sexo des contextualizada..... Tres puntos y pierdo plata.</p>
<p>De lo peor que vi en el año.</p> <p>Grave problema en el tono de la película, la primera parte es muy lenta (conté, tranquilamente, tres o cuatro introducciones); y cae en problemas al querer hacer creer que estás viendo un western recién en la última media hora.</p> <p>Los guiños al género son irrisorios -unas campanadas extradiegeticas en medio de la selva-, los personajes nunca terminan por tener carnadura propia, los diálogos son de telenovela, en fin...</p>
<p>No la recomiendo para nada. La acción dramática no crece, se estanca. Recién sobre el final empieza la acción y la resolución es pobre. Destacar la fotografía y el cuidado visual, solamente profundizan esas fallas.</p> <p>PD: No se pierda \"7 Cajas\", lo mejor del 2014</p>
<p>En su tercer largometraje Pablo Fendrik vuelve a ratificar sus virtudes que no son pocas: filma muy bien, logra sostener la tensión en sus relatos, dirige bien a sus actores y es muy difícil que un espectador no salga satisfecho con lo que ha visto.</p> <p>En \"El ardor\" estuvo más cerca de hacer una gran película porque el tema de los enfrentamientos mortales por la tenencia de la tierra en América Latina daba para más pero, como bien plantea Diego en su crítica, hay algunos clichés (sexo bajo la lluvia, duelo final entre el bueno y el malo muy estirado, despedida interminable de los protagonistas) que impiden que la película pueda superar los 7 puntos justicieros que tienen las buenas películas.</p>
<p>Demasiado minimalista para western y excesiva pàtina sombria en diàlogos y entonaciòn para hacer màs digerible la trama en sus primeros 80 minutos.</p> <p>Recien a la hora y diez comienza la acciòn y crece el interrès por lo que se està viendo.</p> <p>En mi opiniòn Fendrik se mueve mucho mejor en los temas urbanos, en cambio aquì le cuesta hacer de la historia algo verdaderamente interesante.</p> <p>De todos modos hay un cuidado visual muy importante que la hacen interesante de ver.</p>
<p>Me dijeron que no es muy buena. Por no decir mala.</p>
<p>Se estrenó hoy pero no aparece nada en La Nación... me resulta extraño porque están las críticas en todos los demas medios, se les pasó?</p>
<p>¿Dónde puedo ver esta película? Valoro mucho a este director, para mi uno de los mejores actuales.</p>