Críticas
Estrenos
Crítica de “Transit”, de Christian Petzold
La brillante nueva película del realizador de Seguridad interior, Fantasmas, Yella, Triángulo, Bárbara y Ave Fénix se estrena en los cines argentinos con el auspicio de OtrosCines.com
Transit (Alemania/2018). Dirección: Christian Petzold. Elenco: Franz Rogowski, Paula Beer, Godehard Giese, Lilien Batman, Maryam Zaree, Barbara Auer, Matthias Brandt, Sebastian Hülk, Emilie de Preissac, Antoine Oppenheim, Louison Tresallet y Alex Brendemühl. Guión: Christian Petzold, basado en la novela de Anna Seghers. Fotografía: Hans Fromm. Música: Stefan Will. Edición: Bettina Böhler. Diseño de producción: Kade Gruber. Distribuidora: Mirada. Duración: 104 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas. Salas: 13 (Arte Multiplex Belgrano, Cinemark Palermo, Atlas Patio Bullrich, BAMA Cine Arte, Lorca, Hoyts Unicenter, Showcase Norte, Cinemark Los Palmares de Mendoza, Del Paseo de Mar del Plata, Paseo Aldrey de Mar del Plata, Del Centro de Rosario, América de Santa Fe y Cinema Paradiso de La Plata).
El realizador alemán Christian Petzold es un verdadero artista del melodrama, un cultor y conocedor del género que se permite experimentar con él como no muchos lo han hecho. Transit, sin embargo, no es —como algunos han aseverado— un film totalmente experimental sino uno que juega con un enroque temporal que resignifica todo el tiempo lo visto. Es que Transit es una película basada en una novela de 1942 sobre la ocupación nazi en Francia, aunque está contada como si transcurriera hoy. Pero no se trata de una actualización completa. La novela sigue siendo la misma (hay fascistas ocupando Francia), pero no hay carros de la Gestapo ni cascos sino policías comunes y corrientes, taxis modernos y celulares.
La metáfora no es muy compleja que digamos: Petzold intenta mostrar cómo el trato que en la actualidad se le da a los refugiados no es muy distinto de lo que sucedía entonces, con una sociedad civil que daba la espalda a los que eran perseguidos y necesitaban protección. Pero el director de Seguridad interior, Fantasmas, Phoenix/Ave Fénix, Triángulo y Yella está lejos de plantearse hacer un docudrama político convencional sino que usa los recursos y las figuras del melodrama para contar esa especie de purgatorio en vida que fue para muchos y sigue siéndolo hoy ser un perseguido político, un refugiado, un paria social.
Transit arranca como una película de espías de los años ‘40 y al principio sorprende el choque entre los diálogos propios de una película sobre la Francia ocupada y las locaciones actuales, pero una vez que uno se acomoda al sistema —con la clásica voz en off en tercera persona propia de las adaptaciones ms afrancesadas del noir— la película se convierte en un melodrama casi clásico.
La historia, obviamente, es larga y compleja de resumir. Involucra una misión que sale mal, un hombre con una carta de asilo que no es suya para irse a México, un escritor muerto, una fuga de Paris a Marsella, un encuentro ahí con una madre y su hijo inmigrantes y, luego, con la mujer del escritor, de la que este hombre se enamora. Y mientras esperan ese papel que les permita fugarse de la Francia ocupada (curioso es también que los personajes siendo ocupados sean y hablen en alemán), las cosas y personajes se siguen complicando, con un juego de confusión de identidades, realidad y fantasía típicas tanto del género como de la obra de Petzold.
Este thriller de espías va dando paso de a poco a una película romántica que puede ligarse tanto a Casablanca como a la relectura nouvelle vague de ese tipo de cine clásico, a la Alphaville. Es un experimento conceptual en el sentido que por momentos podría parecer un film de ciencia ficción, en otros uno de época pero posmoderno tipo Bastardos sin gloria y, finalmente, un emotivo melodrama centrado en las idas y venidas de Gregg, un sobreviviente de un campo de concentración que tiene que ayudar a una pareja a escapar pero que, por las circunstancias y su propio involucramiento con los personajes, empieza a girar la rueda del destino hacia lugares inesperados.
Es, sí, una película más compleja que las anteriores del propio realizador, pero esos giros dramáticos y formales se sostienen por el peso emocional que carga el protagonista, un hombre con varios puntos de contacto con el Bogart de aquel clásico film. Si bien su aspecto no tiene nada que ver con el del galán de Hollywood, este hombre atrapado en Marsella entre el amor y el deber durante una ocupación remite emocionalmente a ese clásico personaje.
Pero Petzold no invita a la nostalgia sino que la utiliza para hacer un film conceptual y político sin dejar de buscar la emoción genuina del espectador. En el poderoso final uno ya se olvidó por completo de todas las tácticas de aplicado estudiante de la historia del cine que es el realizador alemán y se entrega al rostro del protagonista, un hombre en tránsito perpetuo pero que comprende, también, que no todo en el mundo pasa por él.
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
-Clásico de clásicos de la historieta argentina (y mundial), la obra de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López llegó casi siete décadas después al universo audiovisual con más hallazgos y logros que carencias. La primera temporada de solo 6 episodios deja mucho material para el análisis y con ganas de más.
-Acompaña a este texto un episodio de nuestro podcast Acerca de Nada en el que Batlle y Pablo Manzotti analizan esta transposición, y un informe sobre la producción.
El director de películas como Un amigo para Frank (2012) y Ciudades de papel (2015) y de decenas de episodios de series y de videoclips musicales tiene el desafío de dar el puntapié inicial a una nueva franquicia capaz de emular (y en un futuro suplir) a los Avengers.
En el marco de la 12ª Semana de Cine Portugués, se presentan en la Sala Lugones (Av. Corrientes 1530) con 7 funciones cada una la nueva película de Carneiro (tuvo su estreno mundial en la Quincena de Cineastas del Festival de Cannes 2024) y la ópera prima de Mateus (producida por Pedro Costa y estrenada en el último Festival de Locarno).
El director de Ciencias Naturales (2014), El Pampero (2017) y Las Rojas (2022) estrenó en la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata 2024 un film sobre las diferencias familiares y de clase que ahora llega al Gaumont y otras 27 salas (la mayoría Espacios INCAA).
Gracias Charly.... el cine imprescindible siempre nos encuentra. Un saludo.
Dufo, te cito y te copio en una frase que me costaba escribir en la que vos definis con total precisión una de las impresiones que me causó la película. Como menciona Dufo en su breve y claro comentario, hay en el film una sensación de traslado permanente e inminente que nunca se produce que expresa el drama de los refugiados: una circularidad y una espera sin fin mientras tanto se asoma el amor en una forma inasible.
TRANSIT de Christian Petzold FRIO E INTELIGENTE Lo más notable del film es su coherencia narrativa. El film no se desvía nunca de su objetivo. La destreza cinematográfica del director engancha al espectador aunque algunos de los momentos del film resulten crípticos o poco claros. No obstante ello, hacia el final podemos concluir que estamos ante una película precisa y coherente aunque ciertamente no convencional. Nos es un film para el deleite de los sentidos sino uno para el disfrute intelectual, una pieza fría y calculada que opera como un mecanismo de relojería al servicio de un ejercicio estilístico que Christian Petzold construye con maestría. Comentario Completo: https://thecharlysmovies.blogspot.com.ar https://charlybarny.wixsite.com/charly-barny-movies
Gran film, una emoción tras otra, una narración , que por compleja, no deja de ser atractiva, con recursos muy originales. Muy recomendable
Muy buena. Ya en "Bárbara" y mucho mas en "Ave Fénix" pude reconocer a este gran realizador.-
El ayer puede ser hoy y también mañana.
Cuando la vi en BAFICI, escribi en el Foro en caliente lo siguiente... Habiendo visto Barbara y Ave Fenix no se podia obviar esta TRANSIT, en donde continua algunas de sus mañas narrativas que mixtura estilos y géneros de una forma bastante libre pero consiguiendo climas realmente fascinantes en muchos de sus momentos. Esa sensación de traslado permanente e inminente que nunca se produce, para expresar el terrible drama de los refugiados: una circularidad y una espera sin fin en donde mientras tanto asoma el amor de la forma más inasible posible. Todo el tramo final de la película participa de la misma potencia que admiramos en el maravilloso desenlace de Ave Fénix... gran cine. Por supuesto es para ver de nuevo una pelicula fuera de serie luego de algunas semanas muy flacas...y ahora vienen todas juntas....